Los conflictos entrelazados de Siria

14 noviembre, 2016
Foto: SDF vía Facebook

Jonathan Spyer

Las Fuerzas Democráticas de Siria (FDS), respaldadas por EE.UU., anunciaron recientemente el inicio de la operación para la conquista de la ciudad siria septentrional de Raqqa. La operación ha sido bautizada «Furia del Éufrates».

Raqqa es la capital del «Califato», establecido por el Estado Islámico. En tándem con el esfuerzo actual para recapturar la ciudad iraquí de Mosul del Estado Islámico, la pérdida de Raqqa representaría el eclipse final del Estado Islámico como entidad cuasi-soberana. A esta altura, sería volver a la  fuerza de guerrilla /insurgencia /terrorista que era antes del estallido de la guerra civil en Siria.

Es probable que la conquista de la ciudad sea un proceso lento. Sin embargo, no hay dudas sobre el resultado final. El Estado Islámico, cuyo principal lema en árabe es baqiya watatamadad (permanecer y expandirse), se ha estado, en realidad, contrayendo desde el punto más alto de su avance en el otoño de 2014. Su eventual desaparición, al menos como entidad cuasi-estatal, está asegurada.

Pero Siria está albergando no sólo la guerra contra el Estado Islámico, sino también toda una serie de otros conflictos entrelazados.

Uno de estos conflictos adicionales enfrenta a los dos principales candidatos por el papel principal en la lucha contra el Estado Islámico en Raqqa.

Observe: existe actualmente en Siria no menos de cinco conflictos identificables que están teniendo lugar en estos momentos.

Estos son: las organizaciones  rebeldes islamistas sunitas, apoyadas por Turquía, contra la dictadura de Assad;  el FDS (Fuerzas Democráticas Sirio, dominado por el YPG kurdo), respaldado por Occidente, en contra del Estado Islámico;  el grupo YPG kurdo contra el régimen de Assad; los rebeldes sunitas antes mencionados contra el Estado Islámico; y, por último, los rebeldes sunitas contra el FDS.

Foto SDF vía Facebook
Foto SDF vía Facebook

El problema para los que tratan de crear una fuerza para que tome la ciudad de Raqqa -y al hacerlo destruir al Estado Islámico – es que las dos fuerzas capacitadas para llevar a cabo esta operación son el FDS de mayoría kurda, y  los rebeldes sunitas islamistas apoyados por Turquía. ¡Pero estas fuerzas están en guerra entre ellas! Tras el anuncio del FDS sobre el inicio de la campaña en Raqqa, el presidente turco, Recep Erdogan Tayepp expresó su oposición a la decisión, reiterando su aseveración de que el YPG kurdo no es más que «otra organización terrorista… una rama lateral» del PKK.

Tras el anuncio del FDS, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Joseph Dunford, se reunió con el jefe del Estado Mayor turco Hulusi Akar, en Ankara. Tras la reunión, Dunford, dijo que EE.UU. colabora con Turquía para desarrollar un plan de largo plazo para «tomar, mantener y gobernar» la ciudad.

Dunford afirmó que EE.UU. cree que FDS, una fuerza mayoritariamente no-árabe, «no es la solución» para «mantener y gobernar» Raqqa, de mayoría árabe suní.

Un lector reflexivo se dará cuenta de que la declaración de Dunford no dice que las FDS no son adecuadas para la tarea de capturar la ciudad; sino sólo para mantenerlas después.

La raíz de las profundas diferencias entre el FDS y los rebeldes apoyados por Turquía se encuentran no sólo en el suelo del norte de Siria. Más bien, están inextricablemente vinculadas a la insurgencia librada por los kurdos de Turquía contra una sucesión de gobiernos de Ankara, desde 1984.

La fragmentación de Siria ha ofrecido una oportunidad histórica para los kurdos sirios, que la han aprovechado. El PYD, la franquicia kurda siria de la organización PKK, estableció tres cantones autónomos a lo largo de la frontera sirio-turca en 2012. En 2015, en el contexto de la lucha contra el Estado Islámico, lograron unir a dos de ellos: Jazeera y Kobani . El 17 de marzo de 2016, la coalición de gobierno en estas áreas anunció la formación de la Federación del Norte de Siria: “Rojava” o el Kurdistán sirio.

Desde octubre de 2015, EE.UU. ha tomado nota que el YPG  kurdo es un socio formidable y útil en el terreno para el poder aéreo de la coalición contra el Estado Islámico. Pero los propios kurdos, si bien celebran la alianza con EE.UU., han procurado desde hace mucho otro objetivo, es decir, unir los tres cantones, conectando Jazira / Kobani con Afrin en el extremo noroeste del país.

Desde el punto de vista de Turquía, la perspectiva de un partido ligado al PKK controlando completamente 800 kilómetros de frontera entre Siria y Turquía es totalmente inaceptable. Desde mediados de 2015, la insurgencia kurda ha irrumpido una vez más contra el gobierno turco. En el marco de la represión generalizada desatada tras el golpe, Erdogan detuvo al político kurdo más prominente de Turquía, Salahattin Demirtas del HDP.

Desde 2012, los instrumentos que Turquía ha elegido utilizar para contener a los kurdos sirios han sido los movimientos rebeldes islamistas, principalmente del norte de Siria, de los elementos más moderados pasando por Jabhat al Nusra y, posiblemente, en cierta época también el Estado Islámico.

A mediados de 2016, el apoyo al Estado Islámico ya no era una opción, y los rebeldes eran demasiado débiles para este fin. Así, en agosto, Turquía lanzó audazmente una intervención directa en el norte de Siria. El Estado Islámico era el objetivo ostensible, pero el propósito claro era bisecar el norte de Siria, dejando una superficie suficientemente infranqueable para que desapareciera el peligro de que los kurdos unan sus cantones.

Este proceso no ha sido completado todavía. Los kurdos están aún al oeste del Éufrates, en la ciudad de Manbij. Y la ciudad estratégica de Al Bab, controlada por el Estado Islámico permanece invicta. A los turcos les gustaría ayudar a sus clientes rebeldes a tomar la ciudad y poner fin a cualquier posibilidad adicional de unificación kurda. Pero he aquí, que en estilo laberíntico usual, otros jugadores entran en el cuadro.

Al Bab está cerca de Alepo. Es posible que los rusos hayan advertido a Erdogan que la ciudad sigue estando fuera de sus límites.

Pero el punto a tener en cuenta es que el proceso de formación de coaliciones contra el Estado Islámico en Siria se complica por el hecho de que dos miembros potenciales de la coalición – el FDS respaldado por Estados Unidos y el ejército turco con sus aliados árabes suníes – están actualmente ocupados en un conflicto directo entre ellos.

En este sentido, es de destacar la enorme brecha entre los logros militares de los kurdos sirios y su escasez de éxitos similares en los ámbitos diplomáticos y políticos. Mientras los comandantes del YPG llaman a los ataques aéreos estadounidenses contra el Estado Islámico, ningún país ha reconocido a la Federación del Norte de Siria, y ha recibido poca cobertura por parte de los medios.

La visita apresurada de Dunford a Ankara refleja el estado diplomático de juego. Es decir, que la agenda de un gobierno de Turquía, incluso el respaldo abierto a los jihadistas sunitas, debe ser consentido; mientras que el apoyo al aliado kurdo puede ser descartado. Puede que los kurdos tengan pocas opciones en el asunto. Pero deben tener cuidado de no encontrarse rápidamente abandonados  una vez que termine la Operación “Furia del Éufrates”.

Fuente: Jpost.com

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