Los cinco cementerios judíos de Berlín

Berlín era la ciudad alemana antes de la Segunda Guerra Mundial que contaba con la mayor población judía del país (160.000) y la comunidad estaba muy eficazmente organizada, contando con hospitales, escuelas, sinagogas, varios cementerios y centros culturales.
Desgraciadamente, esta vida fue borrada del mapa en la larga noche nazi (1933-1945) y apenas quedan vestigios materiales de ese vibrante y rico periodo.  

Por Ricardo Angoso

Al tiempo que paulatinamente se va recuperando la rica (y escasa) herencia cultural judía de la ciudad de Berlín, hay que destacar la belleza e interés de los grandes cementerios que aún quedan en la capital alemana, casi los últimos rastros arquitectónicos de un pasado que se desvaneció tras el Holocausto y del que apenas quedan testigos para dar fe del mismo. Y ya se sabe, que aquello de lo que no queda nada, ni siquiera un fósil, es previsible que la gente piense que nunca existió. Sin embargo, la memoria judía de Alemania está viva -y nunca mejor dicho- en sus imponentes y grandes cementerios, donde su ornamentación, número y calidad artística nos muestran la grandeza y riqueza de un pasado imposible de borrar para siempre.

Los cinco cementerios judíos de la ciudad son: el de Mitte, en la calle Hamburger Strasse; el de Prenzlauer, en la calle Schönhauser Allee; el de Weissensee, en la calle Herbert-Baum-Strasse; el Adass Yisroel, en la calle Wittlicher Strasse; y, finalmente, el Heerstrasse/Scholzplatz, en la calle Heerstrasse. Todos ellos -los cinco- pueden ser visitados (consultar horarios y días de cierre) y conviene ser recorridos con una buena guía o mapa de los mismos. Aquí reseñamos los cinco y esperamos que esta nota te sea útil en una visita a Berlín.

EL CEMENTERIO DE MITTE (HAMBURGER STRASSE, 26)

Esta instalación, situada no muy lejos del centro de la ciudad de Berlín, fue abierta en el año 1672, época de esplendor de la comunidad judía de la urbe, y cerrada temporalmente en 1827. Más tarde fue de nuevo reabierto y hay noticias de que en el año 1872 había ya casi 12.000 lápidas, de las cuales 2.767 habían sido transcritas a una larga lista mecanografiada que guardaba la dirección de la institución. La mayor parte de los textos de estas lápidas estaban escritas en hebreo y tan sólo unas pocas contenían frases en alemán.

En la época oscura de Alemania (1933-1945), bajo dominio nazi, la Gestapo llevó a cabo una acción, en 1943, con el fin de destruir las instalaciones y forzar a sus empleados a trabajar en la destrucción del recinto sagrado, algo que conseguirían tres años más tarde, en 1945, y que completó la desaparición de casi todas sus lápidas. La Gestapo ordenó excavar, a lo largo del cementerio una gran zanja, se sacaron los huesos de los difuntos del suelo y se destruyeron las lápidas. En abril de 1945, 2.427 soldados y civiles muertos en las luchas callejeras durante la batalla de Berlín se enterraron en el cementerio. También otros 3.000 judíos muertos o asesinados durante la Segunda Guerra Mundial fueron enterrados en este lugar, pero sin lápidas y muchos sin identificar correctamente.

Finalmente, una vez terminada la guerra, el cementerio logró conservar algunas de sus lápidas, entre ellas cabe destacar la del destacado y conocido filósofo berlinés Moses Mendelssohn (1747-1803), cuya lápida mortuoria fue de nuevo repuesta en el año 1962.

La instalación fue reabierta en forma de parque tras la guerra, en 1948, colocándose una placa bilingüe en la entrada que recordaba la historia del cementerio y los avatares que había sufrido a lo largo de su historia. A partir del año 1974 el lugar fue declarado de interés histórico y comenzó a ser visitado libremente por todos los públicos. En 1988, una vez que se asistió a un ligero renacimiento de la vida judía de la ciudad, algunas lápidas fueron restauradas y trasladadas para su definitiva reparación tras décadas de abandono. Sin ser uno de los cementerios judíos más importantes de la ciudad vale la pena visitarse por el significado que tuvo durante la época oscura y por haber sido en tiempos uno de los más importantes de la ciudad.

Entre las personas destacadas de la vida judía que estuvieron enterradas en el cementerio, hay que destacar rabino el David Fränkel (1707-1762), el joyero de la corte Iessei Veitel Heine Ephraim (1703-1773), el conocido doctor Marcus Herz (1747-1803) y el ya citado filósofo Moses Mendelssohn (1729 -1786), entre algunos de los más destacados. Lástima que la destrucción padecida y también el abandono no nos permitan contemplar este recinto, ahora convertido, como ya se ha dicho, en un parque.

EL CEMENTERIO DE PRENZLAUER BERG

Es uno de los lugares que debe visitarse en un recorrido por el Berlín judío, pues está muy bien conservado, hay lápidas de una indudable belleza y el lugar es muy apacible. El cementerio de Schönhauser Allee fue oficialmente abierto en 1827 y cerrado en 1880, comprendiendo en su interior 22.500 tumbas y 750 panteones familiares, algunos de una gran riqueza y finamente decorados. Durante la Segunda Guerra Mundial fue dañado, aunque levemente, por los bombardeos aéreos y los ataques artilleros. Lamentablemente, debido a estos ataques, muchas lápidas y panteones resultaron afectados, aunque el conjunto se salvó casi completamente, algo que no se puede decir de la mayor parte de las instituciones judías de la ciudad y de otras partes de Alemania.

El recinto, que ha sido declarado de interés histórico y que se encuentra en buen estado, alberga numerosas tumbas y panteones de hombres prominentes y familias pudientes judías del siglo XIX. Este cementerio, ni que decir tiene, es uno de los más representativos de la ciudad, lugar imprescindible para adentrarnos en el mundo judío de la Alemania del siglo XIX.

Entre sus tumbas, repasando los nombres, las profesiones y los textos de sus lápidas, encontramos una historia rápida y viva de la comunidad judía de esa centuria, que aportó numerosos hombres ilustres, entre los que podemos destacar: los políticos Eduard Lasker (1829-1884) y Ludwig Bamberger (1823-1899); el rabino y cualificado conocedor de los textos judíos Samuel Holdheim; el empresario de la época James Henry Simon (1851-1932); el literato Ludwig Geiger (1848-1920); el fundador de la ciencia del judaísmo Leopold Zunz (1794-1886); el destacado rabino y teórico reformista del mundo judío Abraham Geiger (1810-1874); el compositor Giacomo Meryebeer (1791-1864); el director de escuela y pedagogo Baruch Auerbach (1793-1864); el director de la Escuela Libre Judía y primer concejal judío de Berlín David Friedländer (1750-1834); el banquero Joseph Mendelssonhn (1770-1848), y finalmente, por citar tan sólo algunos nombres entre los centenares que podríamos citar, el pintor Max Liebermann (1847-1935).

En lo que respecta a los lugares que debemos visitar por su curiosidad e interés artístico, hay que reseñar las tumbas de Gerson von Bleichröder (1822-1893), realizada y diseñada por Reinhold Begas, en mármol de carrara; de Sophie Loewe (1847-1876); de Moritz Manheimer (1826-1916) y de Leopold Ullstein. En cualquier caso, una visita a este lugar no nos defraudará y un paseo por todo el cementerio nos reconfortará y ayudará a conocer la rica herencia de la vida judía alemana.

Como nota macabra final, hay que reseñar que en las postrimerías de la Segunda Guerra Mundial en este recinto se escondieron varios jóvenes desertores, en abril de 1945, pero fueron descubiertos por la Gestapo y colgados en los árboles del cementerio. Una placa conmemorativa recuerda este episodio: “No querían más asesinatos; y eso significó su muerte” (“Den Tod anderer nicht zu wollen, das war ihr Tod”).

EL CEMENTERIO DE WEISSENSEE

A finales del siglo XIX, y debido sobre todo al alto crecimiento demográfico de la comunidad judía, los dirigentes de la misma decidieron comprar un terreno de 43 hectáreas con el fin de abrir un nuevo cementerio que albergase los restos de una comunidad en rápido desarrollo. Finalmente, el encargo y el diseño de la obra recayó en la figura del profesor de arquitectura Hugo Licht, quien proyectó un desarrollo práctico, funcional y optimizado para el nuevo emplazamiento funerario.

El 22 de septiembre de 1880 se abrirían las puertas del nuevo cementerio, que estaba dividido en varios bloques ordenados geométricamente y marcado con letras y números. A la entrada del recinto también había un hall y se dispusieron dos entradas. El recinto fue sucesivamente ampliado a lo largo de los tiempos, siendo realizadas las primeras obras en 1910 y en años posteriores. En 1914 se proyectó levantar un monumento conmemorativo dentro del recinto para los soldados judíos fallecidos en la Primera Guerra Mundial, obra que finalmente fue concluida en el año 1927 por el arquitecto Alexander Beer.

Durante la era nazi, el cementerio siguió con sus actividades, casi clandestinas, hasta el año 1938, y dentro del recinto se celebraron actividades religiosas y las fiestas sagradas judías sin problemas hasta dicha fecha. También algunos judíos de la ciudad se refugiaron ilegalmente huyendo de las persecuciones emprendidas por los nazis a partir de la Noche de los Cristales Rotos (1938), en que fueron incendiadas y destruidas numerosas sinagogas e instituciones judías, al tiempo que comenzaron las deportaciones masivas de miles de judíos hacia los campos de exterminio o centros de trabajo que encubrían la esclavización de los trabajadores hebreos. En este lugar, al parecer, celebraba oficios religiosos Martin Riesenburger, quien más tarde se convirtió en rabino de la comunidad judía de Berlín Oriental, y que sobrevivió a la Shoá junto a su mujer escondiéndose en el cementerio. Entre 1943 y 1944, Riesenburger enterró allí a los judíos muertos jugándose la vida y escapando de la Gestapo.

Entre 1938 y 1945, ya con la “caza” a los judíos en marcha, la Gestapo realiza numerosas redadas y controles de los edificios e instalaciones del cementerio con el fin de apresar a los trabajadores y a los judíos que se habían cobijado huyendo de las persecuciones desatadas por el régimen nazi. Estas circunstancias tan adversas para los judíos provocaron que el índice de suicidios aumentase dramáticamente en la capital alemana; tan sólo en el año 1942 se producirían 812.

La guerra, además, provocaría la destrucción de al menos unas 4.000 lápidas del cementerio sobre un total de 115.000 registradas, aunque a diferencia de otras instituciones se salvaría de la destrucción y el cierre. Luego, tras la división de la ciudad en dos partes, el cementerio quedaría en la zona comunista y caería en olvido hasta el año 1989, cuando fue derribado el Muro de Berlín. Las nuevas autoridades alemanas, una vez unificado el país, contribuirían con importantes ayudas a la rehabilitación del cementerio y a la restauración de las lápidas más deterioradas por el paso del tiempo. Resulta increíble el vigor y la energía que tiene la nueva comunidad judía de Berlín, que se nutre mayoritariamente de judíos llegados de la extinta Unión Soviética y otras partes del Este.

Entre las lápidas de importantes judíos enterrados en el camposanto, hay que destacar las de David Casel (1818-1893); el músico especializado en música religiosa Louis Lewandowski (1821-1894); el experto en ciencia de judaísmo Moritz Steinschneider (1816-1907); el rabino Martin Riesenburger (1896-1965); el filósofo Hermann Cohen (1842-1918); el escritor de leyendas y cuentos Micha Josef Bin-Gorion (1865-1921); el conocido resistente comunista Herbert Baum (1912-1942); los también resistentes al nazismo Richard Holzer (1911-1975) y Charlotte Holzer (1909-1980); el cantante Joseph Schwarz (1881-1926); el hombre de negocios Albert Mendel (1866-1922); el arquitecto Louis Fränkel (1863-1922); el manufactero tabaquero Josef Garbàty-Rosenthal (1851-1939); el artista gráfico Lesser Ury (1861-1931) y, finalmente, por citar tan sólo algunos prominentes figuras de la comunidad, el artista gráfico Lesser Ury (1861-1931).

EL CEMENTERIO ADASS YISROEL

Es uno de los más pequeños y menos visitado de la ciudad de Berlín. Fundado a finales del siglo XIX, en 1873, durante la época nazi fue seriamente dañado y destruido. También los bombardeos y los ataques aliados le causaron serios daños, aparte de la desaparición de numerosas lápidas y panteones. Aunque tiene menor interés histórico y artístico que los anteriores recintos funerarios reseñados, si se tiene tiempo merece la pena visitarse y recorrerse, pues al igual que los otros descritos revela la rica vida judía que tenía la capital alemana. El cementerio cuenta con apenas 3.000 lápidas y una buena parte de las que contenía desaparecieron durante la era nazi y luego con la guerra. Es el cementerio más tradicional y ortodoxo de la capital alemana, aunque no goza de la monumentalidad de los reseñados anteriormente.

Entre las tumbas que deben visitarse y destacarse, hay que reseñar en la nómina las del rabino Esriel Hildesheimer (1820-1899), el profesor del seminario rabínico David Hoffmann (1843-1921), el experto en historia judía y geografía palestina Hirsch Hildesjheimer (1855-1910), el acróbata y artista de circo Siegmund Breitbart (1893-1925) y el escultor Jakob Plessner (1871-1936), por citar tan sólo algunas de las más importantes figuras enterradas en el recinto.

EL CEMENTERIO DE HEERSTRASSE

Al quedar todos los cementerios judíos en Berlín Este, es decir, en la parte ocupada por los soviéticos y asignada a los comunistas alemanes, que establecieron en esa zona la capital de la nueva República Democrática Alemana (RDA), la comunidad judía occidental establecida en Berlín se vio en la obligación de crear un nuevo cementerio para su uso propio.  En 1953, se oficializa la creación de la Comunidad Judía de la parte Oeste de la ciudad y en el Este se crea otra con sus propios líderes y autoridades.

Como fruto de ese proceso de división del país, en 1955 se abrió este cementerio en 3,5 hectáreas de terreno boscoso en Schlossplatz. Desde 1956 se han realizado aquí más de 5.000 entierros en este lugar ubicado en la calle Heer, que da nombre al cementerio. En 1990, tras el proceso de unificación alemana y la inesperada caída del Muro de Berlín, las dos comunidades judías vuelven a conformar una sola. Entonces este cementerio, junto con los cuatro de la antigua parte comunista de la ciudad vuelven a estar en manos de la comunidad judía resultante de la fusión de las dos hasta ese momento existentes.

En las páginas de la Comunidad Judía de Berlín hemos podido leer esta reseña que nos da algunas noticias de actualidad sobre este cementerio: “En el año 2000 finalmente se completó una ampliación del cementerio que se había retrasado mucho tiempo. A lo largo del Promenaden Weg se colocaron lápidas raras de la época medieval. Estas piedras del llamado Juden-Kiever proceden del antiguo cementerio judío del barrio berlinés de Spandau. Fueron descubiertas durante excavaciones arqueológicas. También se colocó una piedra conmemorativa para honrar a las víctimas del Holocausto, “en memoria de aquellos que perdieron la vida durante el reinado de la inhumanidad de 1933 a 1945”. Una urna que contenía cenizas de las víctimas del campo de concentración de Auschwitz fue instalada frente al monumento durante una ceremonia el 30 de septiembre de 1984”.
Fuente citada y consultada: http://www.jg-berlin.org/en/judaism/cemeteries/heerstrasse.html.

Cuando Berlín fue liberada por los soviéticos, en mayo de 1945, de los 160.000 judíos que alguna vez vivieron en Berlín, 55.000 fueron asesinados, 7.000 se suicidaron, 90.000 emigraron y 8.000 fueron liberados. Aparte de esa irreparable pérdida en vidas humanas, todas sus instituciones sociales, culturales, religiosas, sanitarias y educativas habían sido cerradas y destruidas. Estos cementerios, aunque algunos fueron destruidos desde sus raíces, como el de Mitte, sobrevivieron a duras penas durante el periodo nazi y la Segunda Guerra Mundial, aunque sufrieron por los bombardeos aliados. Reseñar también que, durante el periodo comunista sobre todo a partir de 1974, el cementerio de Adass Yisroel fue profanado en varias ocasiones y sufrió graves daños sin que las autoridades de la RDA hicieran nada para reparar sus deterioradas instalaciones.

Fotos del autor de la nota: Cementerio de Hamburger Strasse

Direcciones:

Cementerio de Adass Yisroel: Wittlicher Strasse, 2
Cementerio de Weissensee: Herbert-Baum Strasse, 45
Cementerio de Prenzlauerberg (Jüdischer Friedhof Prenzlauer Berg): Schönhauser Allee, 23-25
El Viejo Cementerio Judío (Alter Jüdischer Friedhof): Große Hamburger Straß, 26-27
Cementerio de Heerstrasse: Heer, 141

Vídeo del cementerio de Weißensee:


Vídeo del cementerio de Mitte, en la Große Hamburger Straß:

Información sobre los cementerios judíos de Berlín:
http://www.jg-berlin.org/en/judaism/cemeteries.html

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