Los científicos nazis y judíos que trabajaron juntos en la NASA y llevaron al hombre a la Luna

Abe Silverstein en el túnel de viento supersónico (1955) - Foto: Wikimedia Commons

Segunda parte *

Tal colaboración sin el furor público “sería imposible hoy en día”, expuso Charles Bolden, ex administrador de la NASA, astronauta y general de división del Cuerpo de Marines. Bolden dijo que puede entender cómo se sentían los judíos pues él tuvo que colaborar con científicos rusos a los que consideraba sus enemigos. “No tengo la menor duda de que tuvieron que dejar de lado sus orígenes de ideas personales para trabajar profesionalmente por el bien del país, eso es lo que pasó con Abe Silverstein y los otros judíos”, añadió Bolden. “Estamos poniendo lo que es bueno para el país por delante de cualquier cosa personal. Estoy casi seguro de que no lo veríamos hoy”.

Abe Silverstein – Foto: Wikipedia – Dominio Público

Cientos de páginas de documentos de la NASA sobre el Apolo, docenas de historias orales de alemanes y judíos, no alcanzan para entender cómo estos dos grupos opuestos interactuaron en uno de los mayores logros técnicos de la historia. Algunos creen que la Operación Paperclip estaba moralmente contaminada.

“¿Cómo es posible que estas personas, que utilizaron mano de obra esclava, vinieran aquí?” preguntó el rabino Abraham Cooper, director de acción social del Centro Simon Wiesenthal. “Es una cosa de realpolitik (política realista). Si no los agarramos nosotros, el otro lado (los rusos) lo harán. Pero hay un precio a pagar a la humanidad cuando se toman ese tipo de decisiones. Como judío, tengo mis dudas”.

Rosenbaum, que dirigió la Oficina de Investigaciones Especiales del Departamento de Justicia que procesaba crímenes de guerra, adopta una postura similar: “Todos ellos tuvieron alguna responsabilidad en el abuso de los prisioneros de los campos de concentración y en los trabajos forzados en la fábrica”.

Muchos tecnólogos espaciales no quieren juzgar lo que ocurrió, argumentando que era una época diferente y que los alemanes se convirtieron en americanos ejemplares.

El ex administrador de la NASA Daniel Goldin, un ingeniero aeroespacial judío de Nueva York, dijo que apoyaba la inclusión de ingenieros de cohetes alemanes en el programa Apolo. “No haberlos traído habría sido un crimen”, señaló Goldin, que fue el administrador más antiguo de la historia de la NASA. “Podría ser dogmático al respecto, pero si no hacíamos esto la Guerra Fría pudo haber acabado con el mundo”.

A nivel personal, Goldin luchó con su conciencia en sus primeros encuentros con los alemanes. Se unió al centro de la NASA en Cleveland bajo el mando de Silverstein y se convirtió en uno de los primeros defensores de los motores de cohetes eléctricos. En 1963, conoció al mayor experto mundial en este campo, el especialista alemán en cohetes, Ernst Stuhlinger.

“Tuve que luchar contra mis instintos”, reveló. “Este fue el primer alemán con el que hablé. Aquí estaba el padre de la propulsión eléctrica, y yo era sólo un niño. La noche anterior estaba bastante nervioso”.

Después de conocer a Stuhlinger, lo recordó como “un hombre muy gentil e inteligente”.

Las interacciones entre Von Braun y Silverstein estaban en un nivel mucho más alto y el mejor documentado en el registro histórico, pero relaciones similares eran típicas en todas las filas de la NASA.

“Papá fue parte de la generación de la Segunda Guerra Mundial que sintió que era por el bien del país”, dijo Reuben Slone, hijo del ingeniero judío Henry Slone.

SOBRE LOS CIENTIFICOS ALEMANES:

Los alemanes fueron llevados en oleadas a mediados y finales de los años 40 para trabajar en la agencia de misiles balísticos del ejército en Ft. Bliss, una desolada fracción del desierto de Texas y luego al Arsenal Redstone del ejército en Huntsville, donde ayudaron a ser pioneros en los primeros misiles balísticos de Estados Unidos, incluyendo el Redstone y el Júpiter. Se transfirieron a la NASA cuando fue creada en 1958.

Los alemanes se asentaron juntos en un barrio que los lugareños apodaron “Kraut Hill”, Muchos de ellos eran cultos en música clásica y literatura, algunos tenían antecedentes nobles, y bastantes contaban con doctorados de las mejores universidades de Europa.

Las familias alemanas forjaron su propia comunidad cercana, fundando una iglesia luterana, construyendo muebles en sus talleres de carpintería y celebrando juntos las fiestas. Por lo que se ve, trabajaron duro para asimilarse, consiguiendo la ciudadanía, patrocinando la creación de una orquesta sinfónica en Huntsville e impulsando con éxito un campus de ingeniería de la Universidad de Alabama en Huntsville. Von Braun ordenó a sus hombres, a pesar de su pobre inglés, que nunca hablaran alemán cuando otros estuvieran cerca.

“Estaban muy agradecidos de tener la oportunidad de venir a este país”, señaló Heidi Weber Collier, hija del ingeniero de orientación y control Fritz Weber y el archivero no oficial de los alemanes.

A finales de los 50, Von Braun se había convertido en una sensación americana, apareciendo en las portadas de las principales revistas y en los programas de televisión de Disney como un mago espacial futurista. Se tornó en una de las principales voces que alimentaban el entusiasmo del público por el espacio. Sus antecedentes nazis fueron raramente conocidos, si es que alguna vez fueron mencionados.

Como muchos de los científicos alemanes, mantuvo una formalidad que a veces no estaba en sintonía con la cultura americana.

Slone, el ingeniero judío de Cleveland, le dijo a su hijo Reuben que cuando Von Braun entraba en la sala, todos los ingenieros juniors tenían que estar atentos y saludar con respeto. Para los alemanes, los títulos eran importantes.

En un cóctel en 1960, un asombrado ingeniero americano le preguntó a la mano derecha de Von Braun, Eberhard Rees, “¿Quiere decir que han estado trabajando juntos por casi 20 años, y lo han estado llamando Dr. Von Braun todo este tiempo?” “¡Oh, no!” respondió Rees. “Siempre lo llamé Herr Doktor Von Braun (señor doctor Von Braun)”.

Von Braun es sin duda el más conocido de los científicos alemanes, pero ellos llenaron casi todos los departamentos clave del Centro Marshall de Vuelos Espaciales.

Kurt Debus dirigió el lugar de lanzamiento que más tarde se llamaría Centro Espacial Kennedy. Rees era el director técnico de Von Braun y lo sucedió como jefe de Marshall. Arthur Rudolph fue jefe del desarrollo del cohete Saturno V. Werner Karl Dahm se convirtió en uno de los aerodinamistas jefe de la NASA. Konrad Dannenberg fue subdirector del Saturn V.

“Vaya, eran buenos ingenieros”, dijo Gerald Griffin, director de vuelo del Apolo e ingeniero aeronáutico, que más tarde se convirtió en jefe del Centro Espacial Johnson en Houston.

SOBRE LOS CIENTÍFICOS JUDIOS

En el lado judío:

Silverstein ayudó a establecer todo el programa de vuelos espaciales humanos antes de que se creara la NASA en 1958.

Abraham Hyatt, que huyó de Ucrania con su familia antes de la Segunda Guerra Mundial, fue director de planificación de la sede.

Milton Rosen era el jefe de la dirección de misiones científicas de la NASA.

George Low se convirtió en jefe adjunto de la NASA, conocido por su defensa de la valiente decisión de 1968 de orbitar la luna después de un solo vuelo de prueba humano del sistema Apolo.

Louis Rosenblum fue un tecnólogo clave en energía.

Henry Slone se especializó en propulsión.

Erwin Zaretsky era uno de los mayores expertos del mundo en rodamientos y lubricación de maquinaria

Von Braun y Silverstein no podrían haber sido más diferentes, aunque ambos tenían una presencia dominante y siempre estaban impecablemente vestidos.

Von Braun era un aristócrata prusiano, hijo de un barón. Asistió a las mejores escuelas técnicas de la Alemania de la preguerra. Aunque era un líder dinámico, su enfoque de la ingeniería era cauteloso y conservador.

Von Braun era miembro del Partido Nazi y oficial de la organización de seguridad de las SS, un puesto que probablemente no podía rechazar sin perder su trabajo como jefe de investigación de misiles del ejército alemán.

La industria tecnológica estadounidense de hoy en día ha sido objeto de críticas similares por sus vínculos con gobiernos extranjeros opresivos. La muerte de Von Braun en 1977 precedió a las investigaciones más profundas del Departamento de Justicia sobre los alemanes.

* Link de la primera parte: https://aurora-israel.co.il/los-cientificos-nazis-y-judios-que-trabajaron-juntos-en-la-nasa-y-llevaron-al-hombre-a-la-luna/

Fuente: Grupo de Facebook Personalidades judías de todos los tiempos. Compilado por Raúl Voskoboinik.

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