Libre albedrío

14 agosto, 2023
Foto: Pixabay

“Y como consecuencia de que escuchen estos mandamientos, los guarden y los lleven a cabo, el Eterno tu D’os guardará para ti el pacto y la bondad que Él juró a tus ancestros”.
Deuteronomio capítulo 7, versículo 12.

La creación y su objetivo.

Cuando algunos rabinos discuten el tópico de la reencarnación, algunos sostienen que todo el objetivo del Creador de hacer bajar almas a un mundo material es que la persona (formada por un cuerpo que reviste a un alma), tenga capacidad de poder elegir. A los fines de que el alma pueda pasar pruebas y poder superarse, siendo que el mundo u olam en hebreo viene de la palabra elem que quiere decir ocultamiento. Y esto implica, que Hashem se oculta bajo el ropaje de lo que nosotros llamamos naturaleza, pero está presente, aunque su presencia no la podemos percibir en forma directa.

Libre albedrío.

Es la potestad del ser humano de poder elegir, entre dos opciones o caminos. En principio sin presiones, y donde el Todopoderoso no pone obstáculo a dichas decisiones, pero aclara que cada sendero tiene consecuencias, y hace gala al dicho: “el que avisa no traiciona”.

El tema del libre albedrío del ser humano, es discutido por otros pensadores dado que el otro argumento tiene que ver con que la capacidad de decisión de toda persona se verá influenciada por el lugar donde nació, su familia y el pueblo donde se ha criado y crecido, y la cultura circundante.

Libre albedrío y determinismo.

En la parashá o capítulo semanal, leída el shabat pasado, en Ekev, da entrada a este planteo de la libre elección y el punto de los premios y castigos como consecuencia de la opción elegida.

Por lo tanto, el libre albedrío y el determinismo encajan perfectamente dentro de la cosmovisión judía, de tal forma que la oportunidad que se le presenta a la persona, y la respuesta que ese fulano ofrece a la situación, es la prueba que puede conducir a la caída o a la resurrección, al abismo o a la salvación.

Un D’os que se limita.

Tanto en la creación del mundo, Hashem tiene que atenuar la intensidad de su luz infinita (tzimtzum o contracción de sí mismo), a los fines de posibilitar que exista un mundo físico-material capaz de tolerar su presencia. Y, por otro lado, algunos estudiosos dicen, que D’os limita su Omnisciencia, esa capacidad de saber todo lo que pasará, en este caso se refiere a lo que nosotros los humanos llamamos futuro. Por este sendero, es posible explicar de alguna manera la idea del libre albedrío y su inmediata consecuencia que es la recompensa o el castigo (sea en este mundo o en el mundo venidero).

El juego de las escondidas.
Final.

Ese Creador que es Omnipotente, Omnipresente, y Omnisciente, desea jugar a las escondidas. Él se oculta, pero quiere ser buscado y encontrado. Y se apega tanto a esta regla, que deja que muchos ni siquiera quieran buscar, o se interesen en indagar donde se encuentra su Padre Celestial.

Hay muchos que juegan y hay otros que deciden que no les interesa participar. Estos últimos, seguramente no pueden liberarse del velo terrenal o de aquello que denominamos el vestido del Todopoderoso o Naturaleza.

Por ende, la divinidad tuvo que entregar la Torá y el decálogo, ya que se necesitó y se necesita para poder nivelar a escala humana la influencia del Yetzer Hará (la mala inclinación o el alma animal).

Matán Torá (la entrega de la Torá) nos dice que hay una alternativa, el único camino deseado por ese D’os que no vemos, pero que de alguna forma manifiesta respuesta si lo buscamos.

Por medio de las Sagradas Escrituras, el hombre posee la única herramienta (según la cosmovisión judía), que le otorga una alternativa de vida espiritual dentro un marco físico, y esto se ve cuando los dos triángulos del Maguén David (Estrella de David) se entrecruzan en armonía.

Es que el libre albedrío, ha ocupado al fin su espacio, dentro del determinismo, haciendo que todo el mundo que acepte este camino pueda alcanzar una libertad espiritual genuina, dentro de las cadenas y ese ovillo de situaciones vitales, cuyo sentido y objetivo, solo de esta forma podríamos llegar a comprender. 

Shavua Tov.

Dr. Natalio Daitch

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One thought on “Libre albedrío”
  1. Me da la impresión que éste texto se inspira de los shiurim de los Lubavich. Creo que actualmente se dividen en dos facciones: los que creen que el Rebbe zatsuk»l fué el Mesías y los que no lo creen. Los Lubavich que conocí eran muy amistosos y un poco misioneros, si mal no recuerdo el Rebbe zatsuk»l les había dicho que debían aplicar a sus congéneres el pasuk «uparatsta iama vekedma, tzafona vanegba» para acercarlos a la religión. Personalmente el tzimtzum, shvirat hakelim, y el tikkun nunca me pareció que tuvieran algo que ver con el ietzer hara. Mi educación religiosa fué tradicional, no jasídica.

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