La nueva embajada de los Estados Unidos será inaugurada en Jerusalén la próxima semana, pero las obras de construcción de firmas estadounidenses e israelíes continuarán durante los próximos 6 años.
La inauguración será en gran parte simbólica, ya que al principio solo el embajador se mudará a ella, mientras que el resto de misión diplomática está aún está lejos de hacerlo.
El consulado estadounidense de la capital se extiende a través de 6.000 metros cuadrados de construcción real, con derechos de hasta 25,000 metros cuadrados, derechos que se realizarán en su totalidad durante los próximos seis años para crear el nuevo complejo de embajadas.
En honor al movimiento inminente, se realizaron trabajos de ajuste en la estructura existente, incluidos los cambios interiores en la forma en que se organizan los espacios y la mejora de las medidas de seguridad en las entradas y vallas.
Según el plan, se construirá un muro perimetral de más de tres metros de altura y se pavimentará una ruta de escape. Se pondrá en funcionamiento un sótano, que hasta ahora ha permanecido cerrado, y se construirá una cámara y una oficina opulentas y de alta gama para el embajador.
La construcción del muro no es un movimiento declaratorio, ya que hasta que se complete el trabajo en él, la misión será una embajada sólo en el nombre. Además, incluso después de la ceremonia de inauguración festiva, el embajador de EEUU solo podrá hacer un uso limitado del complejo, utilizándolo para reuniones y actividades diarias, pero no residiendo allí permanentemente.
En la segunda fase, que se llevará a cabo en los próximos tres años, se agregarán pisos a la estructura y un nuevo edificio que albergará a los empleados de la embajada que llegarán desde Tel Aviv.
Al mismo tiempo, la embajada se comunicó con un agente de bienes raíces de Jerusalén para ayudarlo a localizar propiedades en alquiler, con el fin de trasladar otras unidades a la capital también.