El Gabinete de coronavirus acordó hoy reabrir este domingo los comercios de calle no esenciales, cerrados desde mediados de septiembre en Israel, con un máximo de cuatro clientes al mismo tiempo, ante las alertas por un ligero aumento de la morbilidad.
La reapertura de los negocios de calle, prevista en la segunda fase de la desescalada que comenzó el pasado domingo, quedó retrasada una semana y generó numerosas protestas entre los comerciantes, que exigen ayudas al Gobierno por las pérdidas de este segundo cierre nacional.
Israel está llevando a cabo una desescalada por fases para aliviar el confinamiento que comenzó el 18 de septiembre y hoy el coordinador nacional de la pandemia, Romi Ganzu, recomendó no avanzar hacia la tercera fase el próximo 15 de noviembre, por la tendencia al alta de las infecciones.
Los contagios diarios no han conseguido bajar de 500 y ayer superaron las 800 infecciones en 24 horas.
«Sabemos que ha habido un cierto aumento de la morbilidad, por lo tanto, si vemos este fin de semana, antes de la tercera etapa principal, que hay un incremento, tendremos que detenernos y tal vez endurecer las restricciones», advirtió el primer ministro, Benjamín Netanyahu.
La desescalada en Israel, planificada en seis fases cada quince días, comenzó el 18 de octubre con la apertura de establecimientos sin atención al público y los centros preescolares para menores de seis años.
La segunda fase de la desescalada permitió esta semana la vuelta a clase de estudiantes de entre seis a diez años y la apertura de salones de belleza, sinagogas y pensiones (B&B), así como servicios profesionales que operan de uno en uno, pero pospuso los negocios de calle.
La lenta reactivación económica de ahora intenta evitar el rebrote de contagios que provocó la desescalada tras la primera ola de la pandemia y obligó a imponer un segundo confinamiento nacional de un mes.
Con unos nueve millones de habitantes, Israel ha registrado más de 317.000 infecciones y 2.597 fallecidos desde el inicio de la pandemia en marzo y hoy mantiene controlada la presión hospitalaria con menos de 400 pacientes graves. EFE