Israel avanzó hoy hacia la convocatoria de nuevas elecciones con la aprobación en el Parlamento en lectura preliminar de una ley para disolver la cámara, ante la imposibilidad de cerrar un pacto de gobierno entre los potenciales miembros de una coalición.
El Likud, el partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu, y vencedor de los últimos comicios del 9 de abril, ha impulsado esta iniciativa con el respaldo de sus posibles socios, rechazada por la oposición, horas antes de que el próximo miércoles a medianoche concluya el plazo para presentar una propuesta para un Ejecutivo apoyado por al menos 61 diputados.
Después de que un comité parlamentario aprobase su votación en el pleno, 65 legisladores han respaldado el proyecto de ley, 43 se han opuesto y 6 se han abstenido, informó la cámara.
Este gesto también ha sido interpretado como una estrategia de Netanyahu para presionar en las negociaciones y sacar finalmente adelante un proyecto de gobierno.
Si tras esta lectura preliminar la moción pasa otras tres rondas de votaciones, la Knéset (Parlamento) que se constituyó el 30 de abril se disolverá y el país se verá abocado a nuevas elecciones en noventa días, lo que no ha sucedido nunca.
Desde abril, Netanyahu intenta obtener los apoyos para conseguir una mayoría simple y tiene como plazo dos días más, cuando expira el plazo de dos semanas extra que tuvo que pedir al presidente, Reuvén Rivlin, por los obstáculos a los que hace frente.
El principal, una ley de reclutamiento al servicio militar para los judíos ultraortodoxos, a la que se oponen de pleno dos partidos religiosos y que es exigida por un tercero, encabezado por el ex ministro de Defensa, Avigdor Lieberman, como requisito indispensable para dar su apoyo al gobierno.
Mientras tanto, Netanyahu y Lieberman se habrían reunido para tratar de desatascar las conversaciones, aunque, según el diario «Yediot Aharonot», no se han producido avances. EFE