Un grupo de investigadores del Laboratorio Conjunto de Investigación en Rehabilitación Neurológica de la Universidad Ben-Gurión del Néguev y Adi-Negev Nahalat Eran arrojó nuevos descubrimientos sobre las dificultades en los tratamientos de pacientes post-ictus.
El ictus, resultado de una interrupción repentina del flujo sanguíneo al cerebro, puede causar daños neuronales significativos. Aproximadamente el 72% de los pacientes post-ictus sufren algún tipo de deterioro cognitivo, manifestado en problemas de memoria, atención y funciones ejecutivas.
El reciente estudio publicado por la BGU reveló que estos pacientes enfrentan dificultades significativas no solo para su independencia, sino para seguir instrucciones, lo que impacta directamente en su proceso de rehabilitación.
¿Cómo llegaron a esta conclusión? Los científicos analizaron a 31 pacientes que habían sufrido un ictus y los compararon con un grupo control de 36 personas de edades similares (55-75 años), y a través de tareas computarizadas, se midieron habilidades como la velocidad de procesamiento de información, la inhibición de respuestas y la precisión al seguir instrucciones.
El primer grupo mostró una disminución en la precisión y los tiempos de respuesta, además de un deterioro en la velocidad de procesamiento de información y la capacidad de inhibir respuestas automáticas.