El movimiento de los “chalecos amarillos”, un fenómeno de protesta que parece albergar en su seno a corrientes tan disimiles como a la izquierda y la derecha radical, en Francia, está tomando últimamente un giro antisemita, según un reporte del diario Yediot Aharonot. La comunidad judía ha reportado un creciente número de videos, grafitis y amenazas antisemitas en sitios claves y en las redes sociales.
La Casa Jabad ubicada sobre el Boulevard de los Campos Elíseos cerró, el sábado pasado, por primera vez sus puertas por preocupaciones de seguridad, al igual que otras sinagogas.
El rotativo indica como ejemplo que sobre la carretera entre París y Marsella un enorme cartel acusaba al presidente francés, Emmanuel Macron, de ser una marioneta de los judíos. “Macron es una puta de los judíos”, rezaba la enorme pancarta que colgaba de un puente en esa arteria principal. Mientras que las redes sociales se han visto inundados con mensajes antisemitas tales como: “Los judíos ricos trajeron a Macron al poder para que sea su marioneta y ellos son los que tiran de los hilos. Los judíos son responsables de la reducción de los impuestos a los ricos y de toda la situación financiera”.
En otro video, un activista de los chalecos amarillos invitaba a manifestar, durante un encendido de las velas de Janucá del movimiento jasídico Jabad, diciendo: “El pueblo judío celebra mientras los franceses no tienen para comer”.
El cómico antisemita francés Dieudonné M’bala M’bala, y sus admiradores, no dejaron pasar la oportunidad para sumarse a los manifestantes y hacer el saludo nazi.
El director de la Oficina Nacional para la Vigilancia contra el Antisemitismo, Sammy Ghozlan, sostiene que el movimiento de los chalecos amarillos tiene una base antisemita que repite teorías de conspiración sobre los judíos y el poder, y que ese lenguaje ha estado presente desde un comienzo, aunque existe en los márgenes de la protesta. No obstante, en Francia se ha registrado un aumento del 69 por ciento de los incidentes antisemitas en 2018, en relación al año pasado.
La Fraternidad Internacional de Judíos y Cristianos, una organización sin fines de lucro que ayuda a la inmigración judía a Israel, destacó que a raíz de los eventos de violencia, en Francia se ha registrado un aumento del número de interesados, y se han recibido decenas de pedidos de familias enteras.
“Solamente el viernes pasado recibí una decena de llamadas telefónicas, lo que es muy raro porque usualmente no llaman los viernes”, apuntó Uriel Saada, director del Departamento Francia de la organización, a Yediot Aharonot.
El rabino Yechiel Eckstein, presidente de la Fraternidad manifestó al periódico que: «El antisemitismo en Francia se ha generalizado, se ha vuelto muy descarado en los últimos años, y las autoridades aún están actuando tímidamente en contra de la situación, estamos preparados con los recursos necesarios para asistir a todo judío que desee emigrar a Israel a través de nosotros y para que sea absorbido allí con éxito”.
En los primeros diez meses de 2018, más de 2.300 judíos franceses emigraron a Israel, mientras que el número de aquellos que solicitaron información a la fundación ha crecido en un 30 por ciento en las últimas semanas.
Desde España parece una noticia algo exagerada, no hay noticias de un antisemitismo ni nada parecido, aunque nunca se sabe con ideologías que prosperan a base de difundir conspiraciones, con líderes que pueden justificarse por el miedo al imaginario poder vigilante judío. Fue en Francia donde surgió el antisemitismo en el siglo XIX, poco después de aparecer la Revolución, la Enciclopedia, cuando los judíos pudieron integrarse entre iguales como civiles europeos, en Francia surgieron personajes como el centro de la civilización, el arte, las libertades, la democracia, etc. también es de donde cogen la inspiración los individuos más rastreros de Europa. El libro, otro más, para explicar lo que ocurre es “A vueltas con la cuestión judía”, del 2011, de Elisabeth Roudinesco, conocida psicoanalista francesa, judía de origen rumano. Aunque la autora es de izquierdas como lacaniana que es, no es una lectura que parezca comunista, más bien transmite un gran conocimiento. La discriminación de los judíos, más bien religiosa, pasó a odio visceral a mediados del siglo XIX en la culta e ilustrada Francia. Sorprende que hubiera tantos intelectuales antisemitas o los que colaboraron aportando sin pretenderlo otro argumento para los antisemitas, además lo mismo de izquierdas, de derechas, ateos, católicos, protestantes, muchos de estos eran judíos que renegaban de ser judíos, otros contradiciéndose, o utilizándose entre ellos aun siendo incompatibles, o manipulando a escritores populares como Victor Hugo, o Nietzsche criticó duramente a los antisemitas y a los que utilizaban sus libros para justificar el odio a los judíos, pero la tomaron con los judíos y no había forma de quitárselo de la cabeza, hasta razonando el odio con expresiones cultas y científicas, pero con unas bases absurdas, llegando a justificar cualquier error propio o desconocido como causado por los judíos. Es el caso del francés antisemita Drumont y su libro “La Francia judía”, según la autora todavía hoy forma parte de la trilogía del odio junto con el “Mein Kampf” y “Los protocolos de los sabios de Sión”. Hitler llevó al extremo o hizo realidad el deseo de todos los antisemitas. Igual de sorprendente es que hoy día, en pleno siglo XXI, con internet, con tantos avances, tengan cabida estas ideas tan anacrónicas y se repiten los mismos argumentos absurdos, sin fundamento alguno. Francia pasó de ser el país de la Ilustración, de la Revolución, de la República y la democracia, a dejarse arrastrar por esta panda de reaccionarios, monárquicos absolutistas, ultranacionalistas, racistas y católicos, aunque también les valían cristianos, a una vuelta atrás en el tiempo hasta algún punto de la Historia de Francia que considerasen ideal, en el caso de Francia a la Edad Media como los españoles, si bien estos dan saltos espacio-temporales incluyendo a la antigua Roma y a los tiempos celtas de los druidas gallegos, probablemente con tecnología alienígena, me refiero al gran inspirador de los neonazis hispanos, el líder neonazi Miguel Serrano, antisemita que difundió en sus libros las teorías más absurdas como la de nazis marcianos con Hitler todavía vivo en un planeta extraterrestre. Según Roudinesco, “Aunque se proclama europeo en su cruzada contra los Judíos, Drumont califica de judío todo lo que no es «francés». En consecuencia, los inmigrantes son Judíos. Pero esto no basta. Para que un no Judío pueda equipararse a un Judío, tendrá que ser o francmasón, o ateo, o republicano, o protestante, o jacobino. Así, Cambacérès es considerado judío porque se considera francmasón, y lo mismo sucede con Léon Gambetta, porque es republicano y de origen italiano. Por obra y gracia de este razonamiento, Francia estaba «judaizada» por los cuatro costados, toda vez que, por culpa de Voltaire y del abate Grégoire —el primero por anticristiano y el segundo por apóstata —, los Judíos se apoderaron de todo a causa de su emancipación”, con este último término refiriéndose a la integración de los judíos en la sociedad laica de los estados europeos que ocurrió tras la Revolución Francesa. Los fascistas y neonazis actuales no son distintos de aquellas que llevaron a Europa al precipicio, los que tiraron todos los valores europeos por la borda, les daba igual ya que ellos mismos junto con sus ideologías o creencias estarían por encima de todo, para conseguir sus fundamentalistas objetivos finales no importaban los medios, los de ahora simplemente los copian, o si acaso los españoles e hispanos añaden extraterrestres nazis y planetas de Hitler. Es una pena que Francia haya caído tan bajo en tan poco tiempo, convertido en un país vulgar, el calificativo que más temen, y entre los más vulgares que surgen de la vulgaridad lo fácil es echar la culpa de todo a los judíos. Lo normal hubiera sido que los que atacasen a los judíos fuesen los inmigrantes o franceses con origen en sus antiguas colonias musulmanas, de donde surgen los numerosos actos terroristas yihadistas, la causa principal de este apoyo masivo de los europeos autóctonos a ideologías extremistas anacrónicas o absurdas. Esta vez el antisemitismo ha unido a los franceses que caen en el populismo de extrema izquierda y extrema derecha. Fue el partido de extrema derecha de Le Pen padre el primero que apareció en Europa y a partir de este ya han surgido partidos de extrema derecha en la mayoría de países europeos, incluso en España donde parecían desparecidos o no se les esperaba ya que vivían muy bien entre la derecha más moderada, sólo faltaría que también en Francia sean los primeros que propaguen este antisemitismo popular violento y ya lo próximo sería que comenzasen los pogromos.
Perdón, la causa principal del resurgimiento de las ideologías extremistas en Europa no sería el terrorismo yihadista, es una de las principales, más bien la principal es la crisis económica, junto con el gran aumento de la inmigración que estarían relacionadas, el terrorismo yihadista que surge de los inmigrantes musulmanes pone la puntilla.
El aumento del antisemitismo se debe fundamentalmente al brutal crecimiento de la población musulmana (55 millones) que está transformando a la vieja, caduca, enferma y prostituida Europa en «EURABIA».
Existe además un recrudecimiento de la irredenta zurda antijudia que muchos intelectuales europeos, todos comunistas confesos, y los políticos populacheros implementaron desde sus gobiernos, instituciones liberales, organismos y medios de comunicación socialistas, comunistas de viejo cuño y ahora los neo comunistas, han usado como argumento político para enardecer a las masas como resistencia al renacimiento de los partidos políticos de derecha, algunos de cuyos componentes si son antijudios, remanentes de la educacion que la infame iglesia católica dio durante siglos a sus correligionarios, (asesinos de cristo y …..).