Como parte de su esfuerzo global en pro de un ambiente mejor, la sucursal israelí de Ikea dejará de vender y suministrar artículos desechables de plástico.
La medida, que se hará efectiva en diciembre de este año afecta tanto empaques como accesorios de muebles, incluyendo además utensilios de cafetería y las pajillas usadas para beber y como agitadores.
Las pajillas se han convertido en un verdadero símbolo del efecto nocivo que tiene en la naturaleza el desperdicio plástico. Muchos animales marinos confunden piezas plásticas con alimento, lo cual les produce daños a la salud y hasta la muerte.
Es imposible no verse afectado por el video que se hizo viral en las redes en el que unas personas extraen a la fuerza una pajilla de las fosas nasales de una tortuga marina, que seguramente lo confundió con alimento y trató de ingerirlo. Lo mismo ocurre con las bolsas plásticas, que se parecen mucho a las medusas flotantes con las cuales se alimentan las tortugas, y los aros plásticos de envases de latas y botellas, que bloquean los picos y cuellos de muchos animales marinos, matándolos de inanición.
Sólo en el océano Pacífico los desperdicios plásticos se aglomeran en una mancha flotante más grande que toda la extensión de Perú, la mayor de las cinco similares islas de basura plástica que flotan en los distintos océanos.
Con esta prohibición, Israel se convertirá en el tercer país donde Ikea hace efectiva su política ambiental, que incluye además la introducción de nuevas líneas de productos amigables hacia el ambiente, tales como cortinas y alfombras hechas con plástico reciclado.