Por Orna Mizrahi
El texto final de la Resolución 2695 (31 de agosto) del Consejo de Seguridad de la ONU, que aprobó la extensión del mandato de la Fuerza de Paz de las Naciones Unidas en el Líbano (FPNUL) para operar en el sur del Líbano sobre la base de la Resolución 1701 de 2006, es un logro para la actividad diplomática israelí, asistida por Estados Unidos, Gran Bretaña y los Emiratos Árabes Unidos.
Al igual que en resoluciones anteriores, esta vez también incluye críticas a Israel por violaciones, y específicamente en relación con la demarcación en la parte norte de la aldea de Ghajar.
Sin embargo, a pesar de la decidida oposición de Hezbollah, la resolución preserva e incluso fortalece las cláusulas –que se incluyeron en la versión del año pasado de la resolución– para garantizar la libertad de movimiento de la fuerza (FOM) sin coordinación previa conocida ni solicitudes explícitas al Gobierno libanés, para permitir a su gente llegar a todos los lugares necesarios para llevar a cabo sus investigaciones, eliminando al mismo tiempo los obstáculos a su movimiento y previniendo el riesgo a la fuerza y el acoso a sus soldados.
La resolución también incluye una referencia a las últimas medidas provocadoras de Hezbollah, incluidas nuevas posiciones e infraestructura a lo largo de la Línea Azul, que interfiere con las actividades de la FPNUL y su capacidad para comprobar si hay túneles que cruzan la línea.
También pide que se retire la tienda de campaña que los activistas de la organización levantaron en la zona del Monte Dov.
Como tal, los frenéticos esfuerzos por parte de los representantes libaneses –con el claro estímulo de Hezbollah– para cancelar la cláusula de libertad de movimiento de la fuerza fracasaron.
Nasrallah sostiene que Israel busca convertir a los soldados de la FPNUL en sus espías.
El Líbano exigió que todas las actividades de la FPNUL se llevaran a cabo en coordinación y con el conocimiento del ejército libanés, e incluso amenazó con retirar su petición de prórroga del mandato, pero al final tuvo que conformarse con una declaración general sobre la necesidad de coordinación entre la FPNUL y el gobierno libanés.
La decisión fue apoyada por 13 de los 15 miembros de las Naciones Unidas, mientras que, de manera inusual, Rusia y China se abstuvieron.
Para Hezbollah era importante cancelar la cláusula de libertad de movimiento, aunque en la práctica la FPNUL rara vez la implementó durante el último año por temor a la reacción de la organización.
Además, en los casos en que recurrió a la cláusula FOM, pagó un alto precio, como ocurrió en diciembre de 2022, cuando un ataque a un vehículo de la FPNUL que pasaba por una aldea chií provocó la muerte de un soldado y heridas a otros.
Está claro que, a pesar del compromiso de los representantes oficiales del Líbano de implementar la resolución, Hezbollah seguirá actuando resueltamente para impedirlo y garantizar la presencia y actividad continua de la organización en el sur del Líbano, en flagrante violación de la Resolución 1701, incluso a costa de nuevos enfrentamientos con la FPNUL.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies
Entre la espada y la pared. Si no actuaran aunque sea poquito…pueden recibir azotes de sus co-mandan.nazrallan-tes, además de no poder cobrar el plus.Están obligados. o cuando han visto a un talibán que ve pasar cerca una muchacha en short que se dirige a la piscina,…y se le salen los ojos…pero con el látigo en el aire?