Pero no fue así para Gilberto Bosques, quien se convirtió en un héroe cuando conoció el sufrimiento de millones de judíos.
Por Ricardo Angoso
El 14 de julio de 1940 ha pasado a la historia de Europa por ser uno de los días más tristes y aciagos de Francia. Ese día, las tropas de Hitler entraron en la capital francesa, París, y colocaron la enseña nazi en las principales calles de las abandonadas y casi vacías calles parisinas. Miles de franceses, algunos en bicicleta, otros andando y los más agraciados en coches, huían por las carreteras de Francia de los despiadados alemanes que habían osado invadir su país. Muy pronto, la mayor parte de las embajadas y consulados en París tendrían que cerrar sus puertas e instalarse en la parte “libre”, en la zona que quedó bajo administración bajo el gobierno colaboracionista del mariscal Pétain, conocido como el “gobierno de Vichy”.
En esa terrible situación por la que atravesaba, la embajada de México, en la que estaba destacado el cónsul Gilberto Bosques, decide dirigirse a Marsella y abrir sus oficinas en esta ciudad costera francesa teóricamente alejada de la guerra. El mexicano presidente Lázaro Cárdenas lo nombró cónsul general en París y no embajador, pues en palabras de Bosques, esto le daría más libertad para dedicar tiempo a sus estudios, en este caso del sistema educativo galo. No obstante, también actuaba como enviado personal del presidente de México en Europa. Bosques, quien entre la caída de la República española en abril de 1939 y junio de 1940 había ayudado a miles de republicanos a escapar hacia México fletando barcos o dándoles ayudas económicas, se vería embarcado muy pronto en otra importante misión.
Pero antes de adentrarnos en su labor heroica conviene que repasemos su biografía anterior. Gilberto Bosques Saldívar había nacido en Chiautla de Tapia (Puebla) en 1892 y desde muy joven participó activamente en la vida política de su país. Aunque siempre Implicado en la política, se hizo profesor normalista y dedicó una buena parte de su vida y estudios a la pedagogía, siendo un gran experto en el México de su tiempo en esta materia. Fue diputado federal en dos ocasiones (1924-1928 y 1934-1938) y más tarde como ya hemos dicho fue nombrado Cónsul General de México en París por Cárdenas.
Cuando ya los nazis habían conseguido la rendición de Francia, Bosques siguió trabajando en dar refugio a los miles de españoles que huían de la dictadura de Franco. Muy pronto, recibió instrucciones de la cancillería mexicana para que, por instrucciones del presidente Lázaro Cárdenas, tramitara visas para los españoles que escapaban del régimen dictatorial recién instalado. El encargado de instrumentar la política de asilo era el diplomático Isidro Fabela, muy cercano al general Cárdenas. Era tan grande la afluencia de refugiados que buscaban una visa mexicana, que Bosques alquiló dos castillos (el de Reynarde y el de Montgrand), para convertirlos en centros de asilo mientras se arreglaba su salida hacia México. Entre 800 y 850 perseguidos políticos fueron alojados en uno de los castillos, mientras que en el otro quedaron 500 niños y mujeres. Poco a poco fueron saliendo los exiliados, a los cuales el gobierno mexicano les ofreció la nacionalidad mexicana de inmediato en caso de que quisieran adoptarla.
Desde Marsella el diplomático mexicano también tuvo que hacer frente al hostigamiento de las autoridades francesas pro alemanas, al espionaje de la Gestapo, del gobierno de Franco y de la representación diplomática japonesa, que tenía sus oficinas en el mismo edificio de la delegación mexicana. El cónsul amplió su apoyo a los refugiados antinazis y antifascistas. Tramitó visas mexicanas, en especial a personas vinculadas con partidos comunistas y de izquierda, que estaban en la mira del fascismo. Las autoridades francesas permitieron estas actividades al considerar que se estaban librando de personajes conflictivos.
Fuente citada y consultada:
https://es.wikipedia.org/wiki/Gilberto_Bosques
LA LABOR DE BOSQUES EN LA EXPEDICION DE MILES DE VISAS
Muy pronto, como era de prever, empezaron a llegar al consulado mexicano judíos que huían desesperadamente de los territorios ocupados por los nazis y otros procedentes de Francia temerosos de ser deportados a los campos de la muerte. Las autoridades francesas, además, colaboraban abiertamente con los nazis en la persecución y deportación de los judíos, en uno de los capítulos más infames de la historia de Francia.
Pero Bosques, al igual que había hecho con los republicanos españoles, comenzó a emitir visas también para los judíos, tal como nos relata un periódico mexicano: “Así, durante su gestión logró liberar del régimen fascista a miles de judíos, españoles, franceses, libaneses e italianos; emitió alrededor de 40 mil visas a mujeres y hombres para migrar a México, pero también tuvo que hacer frente al hostigamiento de las autoridades pro alemanas, del gobierno Franquista y del espionaje de la Gestapo, y de los diplomáticos japoneses”.
Sin embargo, México declaró la guerra a los países del Eje, incluida Alemania, y apostó claramente por los aliados en la Segunda Guerra Mundial, lo que hizo insostenible la relación con el régimen de Vichy. En 1942, cuando Alemania ya cosechaba algunos reveses, México rompió sus relaciones con Vichy el Cónsul Bosques fue el encargado de entregar la nota de ruptura a las autoridades colaboracionistas francesas.
Lo que siguió después quizá era lo imaginable: “Inmediatamente después las tropas de la Gestapo alemana tomaron el consulado, y confiscaron ilegalmente el dinero de la oficina. En tanto que el Cónsul Gilberto Bosques, su esposa y sus tres jóvenes hijos, y el personal del consulado, 43 personas en total, fueron trasladados hasta la comunidad francesa de Amélie-les-Bains en los Pirineos Orientales. Después, violando las normas diplomáticas, se les llevó a Alemania, al pueblo Bad Godesberg, y se les recluyó en un “hotel prisión”.
Fuente citada y consultada:
https://www.cndh.org.mx/noticia/nacimiento-de-gilberto-bosques-saldivar-salvo-la-vida-de-miles-de-personas-refugiadas-del
Todos los diplomáticos mexicanos retenidos por los alemanes, entre los que se encontraba Bosques y su familia, fueron canjeados en 1943 por un grupo de prisioneros alemanes capturados en Veracruz, en el oeste de México. El intercambio se hizo en Lisboa, Portugal, y desde allí el grupo embarcó hacia México. Cuando Gilberto Bosques regresó a México en abril de 1944 fue recibido por miles de refugiados españoles que lo esperaban en la estación del ferrocarril de la ciudad de México para recibirle. Su gran labor humanitaria es reconocida a nivel internacional, pues gracias a él miles de personas encontraron refugio e iniciaron una nueva vida. Con su misión personal, la cual cumplió con toda pasión y conciencia, hizo “deber de la política exterior mexicana salvar a cuanto refugiado antifascista tocara las puertas del consulado mexicano”. Después de la caída del nazismo, fue ministro extraordinario y plenipotenciario en Portugal (1945-1949) y en Suecia y Finlandia (1949-1953). Además, fue embajador en Cuba entre 1953 y 1964.
Fuente citada y consultada:
https://www.gob.mx/sre/prensa/la-secretaria-de-relaciones-exteriores-honra-la-memoria-de-don-gilberto-bosques-saldivar?idiom=es).
Bosques, después de ser reconocido por su gobierno por su labor humanitaria, falleció el 4 de julio de 1995, a 102 años de edad, en la Ciudad de México, de causas naturales.
FUENTES CITADAS Y CONSULTADAS:
Secretaría de Relaciones Exteriores de México:
https://www.gob.mx/sre/prensa/la-secretaria-de-relaciones-exteriores-honra-la-memoria-de-don-gilberto-bosques-saldivar?idiom=es
Wikipedia:
https://es.wikipedia.org/wiki/Gilberto_Bosques
BBC:
https://www.bbc.com/mundo/america_latina/2010/01/100115_2342_schindler_mexicano_gm
Gilberto Bosques…
Un gran hombre, digno de ser recordado y de quien México debe sentirse orgulloso.
Orgullo para Mexico. Benefactor de la humanidad