Frente Multinacional procurará desbaratar o reducir el flujo de fondos a Hamás

por Dr. Israel Jamitovsky

Hace varias semanas y desde esta columna, abordé el enorme flujo de fondos  destinados a Hamás y en especial a  financiar  su maquinaria de guerra, echando mano  a tales efectos, a las vías mas sofisticadas. Según el cotidiano financiero británico The Economist, se estima que aludimos a   más de un billón de dólares anuales. No se trata sólo del flujo de fondos. Hamás posee un genuino imperio financiero compuesto por el blanqueo de capitales, compañías mineras, empresas constructoras, etc.

Pues bien, ante los crímenes de lesa humanidad cometidos por Hamás el 7 de Octubre, distintos países occidentales emitieron hace escasos días un comunicado oficial anunciando la formación de un frente destinado a desbaratar o reducir el flujo de fondos a Hamás .Este frente apuntará a la colaboración e intercambio de información entre distintos órganos y servicios de inteligencia  de distintos países en el espacio financiero.

Este frente está formado por países como Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Alemania, Israel, Suiza, Francia, Estonia, Liechtenstein, Luxemburgo, Holanda, Nueva Zelanda y otros países que por el momento optaron por no hacer pública su participación.

La tarea obviamente es muy compleja. Formal y oficialmente y desde hace muchos años,  las organizaciones terroristas que operan en la Franja de Gaza no pueden recibir apoyo financiero alguno, pero hasta el momento lo lograron y  sortearon todos los escollos. El aparato financiero de Hamás opera a través de  diversos y sofisticados fondos destinados a supuestos colectivos de beneficencia y filantropía, pero  que en realidad se vuelcan a su  quehacer terrorista  y al de otro colectivo terrorista, el de  la Yihad Islámica.

Recientemente el Tesoro Norteamericano informó que Hamás recibió 20 millones de dólares a través de la Casa de Cambios Redin, a cuyas oficinas se puede acceder en la parte antigua de Estambul y en un zona muy   concurrida por turistas.  En ese mismo contexto, el Tesoro Norteamericano sancionó a Baynes-la mayor bolsa de criptomoneda del mundo- con una multa de 4 billones de dólares por violar las sanciones norteamericanas

El antedicho frente apunta a distintos  fines. Ante todo desentrañar el genuino origen de los fondos, detectar  los organismos, conglomerados financieros e individuos que  los promueven y colaboran  así como  las distintas vías a la que echan mano.  En especial  intentar ubicar clara e inequívocamente cuales son los mecanismos de la economía global a la que las organizaciones terroristas recurren y se valen.

Un hecho interesante a recalcar. Varios países que conforman al antedicho frente, manifestaron su viva preocupación e inquietud ante la posibilidad que los   fondos destinados  al quehacer terrorista, se vuelquen  a fortalecer la acción de estos grupos en sus propios países. En el último mes, trascendió que los servicios de inteligencia de dichos países proporcionaron a sus pares israelíes abundante información relacionada   con fondos que apuntan a financiar el quehacer terrorista.

En este frente el rol principal corresponde a            Estados Unidos. El Ministerio de Hacienda Americano y las unidades de inteligencia en el espacio financiero, marcaron a más de 1000 personas y conglomerados financieros que guardan relación  con colectivos terroristas. La secuela fue la imposición de sanciones a estos  colectivos y limitaciones en  cuanto a entablar algún tipo de relación financiera con los mismos.

Desde el comienzo de la guerra desatada por Hamás, los americanos percibieron un incremento en el quehacer económico de Hamás y otros colectivos terroristas y en un plano mas concreto 30 hombres de negocios fueron ubicados e individualizados relacionados con el despliegue terrorista de Hamás. En este contexto sancionaron a Musa Dudín, residente en Judea y Samaria y estimado por muchos analistas como el responsable de las inversiones financieras de Hamás. Posteriormente impusieron a sanciones a distintas personas residentes en Irán por cuyo intermedió se plasmó el flujo de fondos a Hamás, así como a empresas del Líbano que blanquearon fondos y los hicieron llegar posteriormente a Hamás en Gaza.

Federación Rusa: Pecar por desagradecida

Obviamente no es realista pensar que con la conformación del este frente multinacional así como las sanciones adoptadas, se podrá desbaratar totalmente  el flujo de fondos a Hamás, pero por lo menos intentar reducir su dimensión. Ante las medidas adoptadas por Occidente, Hamás resolvió centrar su actividad financiera en países que comparten su postura como Turquía, Sudán,   Argelia, la Unión de Emiratos y en especial Qatar.  Lo de Turquía no sorprende y analistas sostienen que su sistema bancario colabora con Hamás a evadir las sanciones norteamericanas y por el hecho que su presidente siempre se ha identificado con Hamás, en su espacio residen en la actualidad varios dirigentes de Hamás.

El acercamiento a Israel promovido por Turquía previo al estallido de las hostilidades fue por razones meramente comerciales y pragmáticas por  lo que atinadamente  Israel se movió con cautela y procuró que este acercamiento  no sea  a costa de las excelentes relaciones  que mantiene con Grecia y Chipre. En alguna red social israelí, percibí un llamado a boicotear en Israel a los numerosos productos de fabricación turca, que por cierto abundan en distintos espacios del mercado israelí.

A todo ello lamentablemente se han incorporado potencias como China y Rusia .La postura de la Federación Rusa deja por cierto de desear y peca de desagradecida. Israel jamás condenó la agresión rusa  a Ucrania pese a reiteradas solicitudes de hacerlo particularmente de Estados Unidos y lo más importante se negó a proporcionar armamento a Ucrania, le suministró equipamiento médico. Es cierto lo hizo defendiendo intereses vitales para su seguridad, de tal suerte de  poder continuar actuando cercano a la frontera con Siria – bajo la égida soviética- y de tal modo  impedir la amenazante presencia iraní. Pero aún así y ante los crímenes de lesa humanidad cometidos por Hamás, cabía esperar de Putin y su gobierno una  mínima reciprocidad.

Tanto en  el espacio ruso como en el chino, la distorsión de la versión de los hechos de la  guerra promovida por Hamás  fue tremenda y lo peor es que no se redujo a la esfera gubernamental, sino que respaldada por Irán  y el propio Hamás se propagó igualmente por las redes sociales a las que acceden millones de personas. Todo ello es en buena medida una secuela de la nueva versión de la guerra fría a la que estamos asistiendo actualmente. Habida cuenta que a Israel se le inserta con  Occidente, el respaldo a Hamás configura igualmente un ataque a Estados Unidos, mucho  mas si se tiene en cuenta que en los últimos años se produjo un acercamiento entre China y Rusia.