¿Están los palestinos integrados en la agenda regional?

Joe Biden y Mahmoud Abbas en Belén Foto: Casa Blanca vía Twitter

Por el Brig. general (retirado) Udi Dekel

Desde la formulación de los Acuerdos de Abraham y el desarrollo de iniciativas de cooperación regional, desde el Instituto de Estudios de Seguridad Nacional (INSS) hemos buscado convencer a los funcionarios palestinos cercanos a la Mukata’a en Ramallah de que la Autoridad Palestina puede participar en ellos y lograr ganancias en varios campos, incluyendo la economía, la tecnología, la energía y el medio ambiente.

Su respuesta, en todos los canales de comunicación existentes, ha sido un rotundo “no”.

Los palestinos se niegan firmemente a integrarse a la iniciativa de normalización regional, que da legitimidad a Israel y estrecha las relaciones entre este y los países árabes.

Para ellos, reconocer la normalización formulada sin “ser contada” por la Administración Trump –elemento igualmente responsable del “Acuerdo del Siglo”– es un acto de traición.

Funcionarios estadounidenses informaron que en una reunión durante la reciente visita del presidente Biden a Medio Oriente, el presidente de los EE. UU. presentó una propuesta al presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, para unirse a las iniciativas regionales.

Esto fue parte de su intento de aprovechar el desarrollo de la cooperación entre los amigos y aliados de Estados Unidos en la región.

Pero Abbas, a su manera, no respondió a la oferta (al igual que no respondió en su momento a las propuestas de paz del primer ministro Ehud Olmert y del secretario de Estado John Kerry).

Según los partidarios de los palestinos, Fatah y Hamas por igual, los Acuerdos de Abraham tienen la intención de pasar por alto el tema palestino y, de hecho, eliminarlo de la lista de temas en la agenda regional.

En su opinión, los acuerdos regionales se entrelazan con otra idea que rechazan por completo, la paz económica, que se presenta como una intención de ofrecerles crecimiento económico a cambio de renunciar a la búsqueda de la soberanía.

Sin embargo, después de muchos años de conflicto con la Administración Trump y una ruptura de relaciones con ella, así como de decepción con la Administración Biden, que no cumplió las promesas de reabrir el consulado estadounidense en Jerusalén Este y la oficina de la OLP en Washington; funcionarios de la Autoridad Palestina expresaron su satisfacción con la visita del presidente Biden.

Desde su punto de vista, la cúspide de su éxito fue la visita del presidente a Jerusalén Este sin escolta israelí y sin banderas israelíes, lo que fue interpretado como un no reconocimiento por parte de la Administración de la soberanía de Israel en la parte oriental de la ciudad.

Además, se sintieron alentados por la declaración del presidente Biden en su reunión con el presidente Abbas con respecto al apoyo de la Administración a la solución de dos estados.

Además, en la conferencia de Yeda, que se llevó a cabo con la participación del presidente Biden y los líderes de nueve países árabes -los seis estados del Golfo junto con Egipto, Jordania e Irak- todos los participantes enfatizaron la centralidad del conflicto palestino-israelí y la necesidad de alcanzar la paz a partir de las fronteras del 4 de junio de 1967 y la Iniciativa de Paz Árabe como condición para la estabilidad regional.

Arabia Saudita, que acogió la cumbre, llegó a aclarar que no pretende llegar a la plena normalización con Israel (a pesar de la cooperación de bajo perfil entre ambos países) hasta que se resuelva el conflicto.

Desde el punto de vista de los líderes palestinos, este es un logro fundamental e importante, después de años en los que el tema palestino ha sido marginado del escenario regional.

¿Estos logros cambiarán la actitud de la Autoridad Palestina y su líder Mahmoud Abbas con respecto a los llamados a integrarse en iniciativas de cooperación económica regional, que incluyen a Israel?

Por ahora, parece que, a pesar de los cambios esperados; Abbas rechazará las invitaciones y se aferrará a su enfoque opositor hacia Israel, que se expresa, entre otras cosas, en su amenaza de cancelar el reconocimiento de Israel por parte de los palestinos y los acuerdos entre la OLP e Israel, es decir, mientras el gobierno israelí se niegue a discutir la solución de dos estados.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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