El olvidado y abandonado cementerio judío de Galati (Rumania), único testimonio arquitectónico de una comunidad desaparecida para siempre

27 diciembre, 2023

por Ricardo Angoso

Galati, una ciudad portuaria a orillas del río Danubio, situada en la región de Moldavia en Rumania, tuvo su primer asentamiento judío, según registros escritos, en el siglo XVII. El cementerio judío más antiguo de la ciudad data de 1629 y hubo otro cuyo origen se retrotrae al 1774, aunque aparentemente existieron cementerios anteriores en los siglos XVI y XVII. La Gran Sinagoga, mencionada en documentos de 1780, fue reconstruida en 1813. El registro comunal judío de Galați se remonta a 1812, aunque desconocemos en qué lugar se encuentra el mismo.

Los registros censales de la ciudad del año 1803 muestran que 72 judíos fueron declarados contribuyentes. En 1834, la comunidad fundó un hogar para enfermos que se convirtió en hospital en 1846. La primera escuela primaria moderna para niños judíos se creó en 1860. En 1863, según datos comprobados, se fundó un templo coral reformista y en 1864 se estableció un comité de la Alliance Israélite Universelle. La asociación Înfrățirea Zion (Hermandad de Sión) creó una logia en 1873, que finalmente se afilió a B’nai B’rith. Una Asociación de Artesanos Judíos se fundó en 1875.

Paralelamente al desarrollo de la vida judía, también se reportan varios pogromos y acciones antisemitas. Hay noticias de que un libelo antisemita publicado en 1796 provocó atrocidades contra los judíos de Galaţi. En 1812, los revolucionarios griegos quemaron varias sinagogas, al igual que los griegos locales nuevamente lo hicieron en 1842. En un violento pogromo acontecido en 1846 se saquearon sinagogas y se destruyeron casas y tiendas judías. En 1867, tras ser expulsados de Rumania, varios judíos se ahogaron en el Danubio al ser arrojados por cristianos cerca de Galaţi, lo que provocó protestas en toda Europa.

En 1876, el Comité de Sociedades de Hospitales, Escuelas y Caridad Israelitas reemplazó la organización corporativa de la comunidad. En 1895, se creó una asociación de la comunidad judía, que fue reconocida como entidad jurídica en 1906.  Un año después, en 1894, se abrió una segunda escuela primaria para niños, seguida en 1898 por una escuela de oficios (convertida en escuela secundaria para niños en 1919). Otras instituciones educativas incluyeron una escuela primaria para niñas, fundada en 1899; y una escuela de limpieza que se inauguró en 1901. La comunidad también abrió dos baños rituales, un orfanato, un hogar para ancianos y una cantina para los pobres. En la vida laboral, los artesanos y comerciantes judíos participaron activamente en el desarrollo económico y comercial de Galaţi durante todo el período de su presencia en la ciudad.

EL DESARROLLO DE LA VIDA JUDIA TRAS LA PRIMERA GUERRA MUNDIAL

La población de judíos en la ciudad aumentó luego como resultado del desarrollo del puerto sobre el Danubio, pasando de aproximadamente de 7.000 judíos, en 1841, a 13.992, en 1899. Tras la Primera Guerra Mundial y el desarrollo industrial ligado al portuario de la urbe, las cifras de la población judía aumentaron, pasando de una comunidad de 11.461 en 1924 a 19.912 en 1930, representando el 20% de la población de la ciudad. Los judíos participaban en el comercio, la banca, la industria y la artesanía a comienzos del siglo XX y así hasta el comienzo de la Segunda Guerra Mundial

Después de la emancipación de los judíos en Rumania y la reorganización comunitaria de 1919, la junta directiva de la comunidad judía fue elegida por votación directa. Hubo rivalidades políticas por el liderazgo entre sionistas, representantes de la Unión de Judíos Rumanos y representantes de los partidos políticos locales. En 1928, Baruch Zosmer, un sionista, se convirtió en vicealcalde de la ciudad.

En 1914 había 20 sinagogas y una escuela talmúdica en la ciudad de Galati. Los rabinos más importantes de la ciudad fueron Avraham Margulies, Yitsḥak Shapira, Avraham Ya’akov, David Derbaremdigher y Ya’akov Margulies. Entre 1881-1919, Galați fue el centro del movimiento sionista en Rumania; en 1926 se fundó allí la organización sionista revisionista del país. En el período de entreguerras estuvieron activas organizaciones juveniles sionistas y asociaciones idishistas, así como las asociaciones deportivas Macabi y Hagibor. Se publicaron publicaciones judías de diversas orientaciones en idish, rumano y alemán.

Entre las personalidades judías destacadas de la localidad se encontraban el industrial Max Auschnitt; el activista sionista Samuel Pineles; el pintor Reuven Rubin; los escritores Hirsh Mendel Pineles, Joseph Brociner, Barbu Nemțeanu, Sebastian Costin, Nina Cassian y Edgar Reichmann; el pianista Radu Lupu; y el paracaidista Abba Bardicev.

DE LOS AÑOS VEINTE AL HOLOCAUSTO

Las relaciones entre los judíos, la administración local y la población cristiana no siempre fueron fluidas. A principios del siglo XIX surgieron conflictos entre griegos y judíos, que culminaron con la destrucción de varias sinagogas durante la Revolución griega (1821). Como ya nos hemos referido antes, varios pogromos tuvieron lugar en Galati en 1842, 1846, 1867 y 1868, y sólo disminuyeron después de la intervención de los cónsules extranjeros. En 1859, se acusó a los judíos de asesinato ritual, en concreto de asesinar a un niño griego y de utilizar su sangre para preparar matzot para Pésaj. Varios judíos fueron arrestados. La turba atacó el barrio hebreo y mató a algunos judíos. Los disturbios antijudíos, organizados por las autoridades junto con la turba, continuaron durante tres días. Los disturbios terminaron tras la intervención de los cónsules extranjeros presentes en la ciudad, entre los que destacó el cónsul francés. 

Entre 1922 y 1923, varios grupos antisemitas organizaron manifestaciones y, en junio de 1940, cuando varios judíos cruzaron la frontera hacia la Besarabia gobernada por los soviéticos, un incidente entre ellos y los guardias fronterizos rumanos degeneró en un pogromo. Después de que Rumania entrara en la Segunda Guerra Mundial, el 22 de junio de 1941, hombres judíos de entre 18 y 60 años fueron arrestados y encarcelados; Finalmente, ya en plena puesta en marcha de la “solución final” a la rumana, fueron trasladados a varios campos dentro de la ciudad de Galați y obligados a realizar trabajos forzados.

El número de judíos en Galați disminuyó de 13.511 en 1941 a 12.946 en 1942. Cuando Rumania se unió al bando aliado en la guerra el 23 de agosto de 1944, los soldados alemanes prendieron fuego a la ciudad y varias sinagogas fueron destruidas. Con la llegada de los comunistas al poder en Bucarest, en 1947 había aproximadamente 15.000 judíos viviendo en Galați; su liderazgo procedía del Comité Demócrata Judío. Aunque las escuelas judías fueron nacionalizadas en 1948, en dos de ellas todavía se enseñaba idish. Continuó funcionando una escuela talmúdica y en 1969 se organizaron cursos de hebreo y judaísmo. El número de habitantes judíos disminuyó gradualmente como resultado de la emigración. En 1969, quedaban aproximadamente 2.000 judíos; y en 2003 había sólo 241, con una sinagoga en funcionamiento. No tengo datos de cuántos judíos quedan en la actualidad.

Entre el Holocausto planificado por las autoridades rumanas colaboradoras con los nazis, la llegada del comunismo impuesto por los ocupantes soviéticos en 1945 y las migraciones de miles de judíos hacia Israel, Estados Unidos y otros países occidentales, la vida judía de Galati fue desapareciendo paulatinamente hasta su casi desaparición total actual.

EL CEMENTERIO JUDIO DE GALATI

La comunidad judía local posee un cementerio con entrada por la calle Str. Stefan cel Mare, número, 1.  Como ya informamos antes, hubo otros cementerios judíos abiertos en 1629 y otro en 1774, pero desaparecieron y desconocemos su antigua ubicación. Ninguno de ellos está abierto en la actualidad ni quedan vestigios. Este cementerio judío de Stefan Cel Mare se estableció a finales de la década de 1890 y el último entierro judío ortodoxo conocido en el mismo fue en 2000. Dado su origen reciente, entendemos que las lápidas anteriores a la fecha fueron trasladas de otros cementerios más antiguos a este recinto.

El tamaño actual del cementerio es de 12 hectáreas. Aproximadamente, hay 17.000 lápidas en el cementerio, todas en su ubicación original. La vegetación excesiva en el cementerio es un problema constante que altera las tumbas y las piedras. El cementerio no tiene secciones especiales ni ningún tipo de división. La lápida más antigua que se conoce data del año 1895, aunque algunas borradas por la erosión parecen anteriores. Las lápidas en bruto de mármol, granito o hierro del cementerio, las de forma plana, las finamente pulidas y con inscripciones, las lápidas dobles, o los obeliscos, tienen inscripciones en hebreo y rumano. Algunas lápidas tienen vallas metálicas alrededor de las tumbas, aunque aparecen abandonadas, sucias y oxidadas.

El cementerio contiene monumentos conmemorativos especiales a los soldados judíos fallecidos en la Primera Guerra Mundial. El propietario actual del cementerio es la comunidad judía local. Los límites del cementerio abarcan la misma superficie que tenían en el año 1939 y no ha habido ampliaciones. Actualmente, este recinto sagrado es vigilado por dos guardias o empleados nada amables, violentos y más bien hostiles, tal como pudo comprobar quien suscribe estas líneas. Aparte de que su trabajo no se entiende muy bien, pues el recinto está sucio, descuidado, abandonado, en estado selvático y repleto de una vegetación por todo el emplazamiento que impide verlo y conocerlo en condiciones, las amenazas a los visitantes son constantes y es su forma de entender la “hospitalidad”. Es toda una aventura digna de Indiana Jones conocer el cementerio judío de Galati.

Páginas consultadas y citadas:
Enciclopedia Yiyo:
https://yivoencyclopedia.org/article.aspx/galati

Historia de la Galati judía:
https://kehilalinks.jewishgen.org/galati/galatz_history.htm

Fotos del autor de la nota: Cementerio Judío de Galați 

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