Del rico pasado judío de Rumania, que poseía una importante comunidad cercana al millón de personas en 1939, poco a poco se van rescatando del olvido y la desmemoria algunos pedazos, como hace ahora este Museo del Teatro Hebreo, sito en la ciudad de Iasi.
por Ricardo Angoso
La población mayoritariamente ashkenazí, aunque con comunidades sefardíes asentadas en varias localidades rumanas, y obviamente con un importante protagonismo social, político, económico y cultural en la vida de este país durante el periodo de entreguerras. Las comunidades judías contaban con periódicos de gran tirada, escuelas, hospitales, editoriales, clínicas y, por supuesto, teatros donde se presentaban las obras de importantes autores judíos, primordialmente en idish, pero también en rumano excepcionalmente.
Fruto de la importancia del teatro en la vida cultural judía de Rumania, que cayó en el olvido tras el Holocausto y la llegada al poder de los comunistas aupados por los soviéticos en esta nación, las autoridades locales de la ciudad de Iasi decidieron abrir este Museo del Teatro Hebreo de Rumania, en el año 2020, para rendir homenaje a los autores, artistas, dramaturgos y a los hombres y mujeres que dieron vida a esta importante faceta del mundo cultural judío durante un periodo que arranca en el siglo XIX y que agoniza en los años 50 y 60, fruto del desinterés creciente cuando no abierta hostilidad del nuevo régimen comunista hacia los judíos en general.
Como nos indica la página web de esta institución novedosa e importante para la comprensión de la historia de los judíos rumanos en todas sus facetas, “El Museo del Teatro Judío de Rumanía, inaugurado en Iași, ciudad donde se creó el primer teatro profesional en lengua idish del mundo en 1876, tiene como objetivo reconstruir los momentos importantes del teatro judío y capitalizar el patrimonio de las instituciones culturales representativas. de ello en el espacio rumano. Situada en la planta baja de la Casa de los Museos, incluye una exposición permanente distribuida en 11 salas”.
Las instalaciones de este Museo están presentadas con un gran acierto, atendiendo a las modernas técnicas museísticas y con un buen servicio de guías y asistencia al público, tal como pude comprobar en mi vista al mismo, donde fui atendido por la excelente guía Andreea Usache, una buena conocedora de la vida judía de la ciudad y una divulgadora excepcional de la misma.
Como no podía ser menos, una sala de este museo está dedicada a Avram Goldfaden y la misma refleja, a través de un cuaderno-manuscrito, fotografías y carteles, el nacimiento del teatro idish en el mundo y del cual su fundador fue este personaje fundamental para el desconocido teatro judío rumano. En la Sala Avram Goldfaden encontramos todos los elementos para entender porque es considerado el padre del teatro judío en Rumania. Otras dos salas del Museo llevan por título Los inicios del teatro judío (siglos XIX-XX) y contienen carteles y otros documentos originales, que dan testimonio de los espectáculos realizados por la banda de Goldfaden por todo el país, en el período posterior a las actuaciones en los teatros de Iasi.
En lo que respecta a otros contenidos de este Museo, la página web nos informa de que en su interior podremos encontrar una exposición permanente con cuatro salas dedicadas al Teatro Judío Estatal de Iași (1949-1963), que contienen carteles de representaciones de los primeros años de actividad de esta institución, una instalación de títeres, decorados, programas de teatro, un taller de sastrería, maquetas de un edificio del teatro original de la ciudad demolido en 1963 y una galería con fotografías del colectivo artístico de teatro hebreo del Estado de Iași, ya desaparecido debido a la falta de interés por parte de las autoridades comunistas por mantener estas instituciones y también por la migración masiva de los judíos tras el final de la Segunda Guerra Mundial (1945).
RECUPERAR LA HISTORIA Y LA MEMORIA DE LOS JUDIOS RUMANOS
Sobre la historia más reciente, el Museo tiene varias salas dedicadas al Teatro Barașeum, un teatro de revistas judío, inaugurado en Bucarest entre 1941 y 1945, y paradójicamente abierto en el periodo más negro de la historia de los judíos de Rumania como si no pasara nada. Aquí se pueden encontrar fotografías, una réplica de un traje de la importante artista Sara Kanner, carteles y programas de teatro. La sala del Teatro Judío Estatal de Bucarest es un reflejo de la institución cultural fundada el 1 de agosto de 1948, que aún hoy funciona sin interrupción. En esta sala se pueden descubrir objetos de decoración, fotografías, carteles y una pantalla en la que se proyectarán películas y espectáculos.
Finalmente, el Museo tiene una sala interactiva donde se invita al público, pero especialmente orientada hacia los niños y los más jóvenes, para que puedan expresar sus opiniones, dibujar sobre la temática que han conocido y dar rienda suelta a su creatividad acerca de lo expuesto en esta institución. Esta función didáctica de explicar a los más jóvenes la diversidad cultural del país antes del Holocausto es fundamental en Rumania, ya que hasta fechas muy recientes las autoridades rumanas habían construido un relato en que los rumanos aparecían como ajenos a las matanzas perpetradas contra los judíos antes y durante la Segunda Guerra Mundial, echando balones fuera, que se dice vulgarmente, y culpando a los alemanes de ser los únicos responsables de lo acontecido, algo que es, por supuesto, absolutamente falso. Una reconsideración histórica sobre estos capítulos siniestros que pusieron fin a la vida judía en este país es absolutamente necesaria y este Museo, sin duda, contribuye a la recuperación de la memoria histórica y a la reivindicación de la antaño rica vida hebrea en Rumania.
Más información sobre este lugar y horarios en:
www.muzeulliteraturiiiasi.ro/muzeul-teatrului-evreiesc-in-romania/
Fotos: Salas del Museo del autor de la nota