El Instituto Weizmann llama a la comunidad científica a participar en el debate público contra el terrorismo

Vista aérea del Instituto Weizmann de Ciencias. Foto: Amos Meron/CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons.Vista aérea del Instituto Weizmann de Ciencias. Foto: Amos Meron/CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons.

Fundado en 1934 con el apoyo de Israel, el Instituto Weizmann de Ciencias es una de las principales instituciones de investigación multidisciplinaria del mundo en ciencias naturales y exactas.

Sus científicos fueron pioneros en campos fundamentales, como la investigación del cáncer, y entre otras cosas, crearon la primera computadora electrónica israelí, y también un acelerador de partículas.

El lunes 16 de octubre, casi 10 días después del sorpresivo ataque de los terroristas de Hamás sobre Israel, los directivos del instituto publicaron una carta pública, titulada “Unidos contra el terrorismo y la violencia: un llamado a la comunidad científica internacional”.

La carta comienza diciendo que sus autores escriben “no sólo como científicos del Instituto Weizmann de Ciencias, sino también como colegas investigadores y defensores de la verdad, el conocimiento y la humanidad”.

A lo largo del escrito, los científicos de Weizmann expresan su preocupación por el conflicto, y señalan el camino en el que ellos mismos, y también la comunidad internacional, pueden colaborar en reconstruir y colaborar con la nación israelí y con las víctimas. 

“Como institución líder en investigación científica en Israel, estamos comprometidos a hacer nuestra parte para ayudar a la nación a sanar y reconstruirse, lo que incluye alojar a refugiados en nuestras instalaciones u organizar donaciones para las víctimas”, expresaba el comunicado.

Pero además, los científicos señalaban la importancia de combatir el terrorismo con la difusión de información fidedigna para disminuir el impacto de “discursos de odio, noticias falsas y atroz propaganda antisemita”.

La carta concluye de la siguiente manera: “Debemos reconocer que, como científicos, nuestras palabras tienen peso y nuestras declaraciones públicas tienen el poder de influir en las opiniones, las políticas y, en última instancia, el curso de la historia. Frente a la oscuridad, que nuestras voces sean la luz que nos guíe”.

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