El ministro de Deportes de Arabia Saudita, el príncipe Abdulaziz bin Turki Al Faisal, aseguró que el gobierno de su país está «alentando las ofertas del sector privado» para comprar los equipos ingleses Manchester United y Liverpool.
Dado que los propietarios de ambos clubes están buscando compradores, Al Faisal dijo que Riad “definitivamente apoyaría” las ofertas del sector privado saudita para cualquiera de los clubes.
De todos modos, los saudíes podrían tener importantes competidores. Una información publicada por el medio Daily Star aseguró que el gigante tecnológico Apple podría estar interesado en enviar una oferta por el club de Manchester. Otro posible comprador es Amancio Ortega, propietario de Zara y el español más rico.
Manchester United es actualmente propiedad de la familia judeoamericana Glazer, mientras que Liverpool es propiedad de Fenway Sports Group, que también es propietario de los Boston Red Sox de Major League Baseball.
“Hay mucho interés, apetito y pasión por [el fútbol]”, dijo el ministro saudí en una entrevista con la transmisión de BBC Sport el jueves. La Premier League “es la liga más vista en Arabia Saudita y la región y tiene muchos fanáticos. Definitivamente lo apoyaremos si entra algún sector privado [saudí], porque sabemos que eso se reflejará positivamente en los deportes dentro del reino«.
La medida probablemente generaría críticas de los fanáticos del fútbol del Reino Unido. Ya hubo protestas luego de que el fondo soberano saudí comprara el Newcastle. Durante un partido, los fanáticos mostraron una pancarta que representaba a un hombre vestido con atuendo saudita sosteniendo un machete ensangrentado junto a un ejecutivo de negocios parado sobre una bolsa de dinero que goteaba sangre.
Al igual que Qatar, que actualmente alberga la Copa Mundial de la FIFA, Arabia Saudita ha sido acusada de utilizar los deportes para mejorar la reputación internacional del país y ocultar las críticas sobre ciertas políticas, principalmente los abusos de los derechos de las mujeres, las leyes anti-LGBTQ+ y las restricciones a la libertad de expresión.