El Gobierno aprobó hoy una ley que limita el poder de supervisión del Parlamento en cuestiones vinculadas a la gestión de la COVID-19, tras anularse esta semana una serie de restricciones por parte de un comité parlamentario.
La nueva regulación otorgará un plazo de 24 horas a la Knéset (Parlamento) para revocar decisiones gubernamentales sobre restricciones para frenar la propagación de la pandemia.
Cuatro comités parlamentarios específicos podrán, sin embargo, revisar las medidas hasta dos semanas después de su aprobación.
El comité especial de coronavirus de la Knéset, que anuló en los últimos días varias restricciones ordenadas por el Ejecutivo, como el cierre de restaurantes y de playas y piscinas en fines de semana, verá sus poderes muy limitados y no podrá volver a dejar sin efecto futuras regulaciones.
La parlamentaria Yifat Shasha-Bitón, que encabeza este comité, fue duramente criticada durante la última semana por miembros de su propio partido, el Likud -partido del primer ministro, Benjamín Netanyahu-, que la acusaron de ceder ante las presiones de la oposición y poner en riesgo la salud pública.
La nueva ley, que entrará en vigencia a partir del próximo 10 de agosto, tendrá validez hasta el 30 junio del 2021.
Ayer por la mañana, antes de su aprobación, manifestantes se concentraron en las inmediaciones de la Knéset y bloquearon calles aledañas para protestar contra la nueva norma. EFE