Una de las portavoces del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adrienne Watson, indicó en un comunicado que un pacto entre los responsables israelíes es «la mejor vía» para el país y sus ciudadanos.
«Estamos profundamente preocupados por los acontecimientos de hoy en Israel, que subrayan aún más la necesidad urgente de un acuerdo», afirmó Watson.
La portavoz señaló que, como el presidente estadounidense, Joe Biden, le dijo recientemente a Netanyahu, «los valores democráticos han sido siempre, y deben seguir siendo, un sello distintivo de la relación EE.UU.-Israel».
«Las sociedades democráticas se fortalecen por los controles y equilibrios, y los cambios fundamentales en un sistema democrático deben ser buscados con el mayor apoyo popular posible», destacó Watson, quien reiteró el respaldo «inquebrantable» de EE.UU. a la seguridad y la democracia de Israel.
Más de medio millón de israelíes salieron el domingo a las calles a manifestarse tras el cese del ministro de Defensa, quien se convirtió en el primer miembro del Gobierno en oponerse públicamente al avance de la polémica reforma judicial impulsada por Netanyahu.
La reforma judicial, impulsada por el primer ministro y sus socios ultraderechistas y ultraortodoxos de coalición, busca otorgar más poder al Ejecutivo en detrimento de la Justicia, cuya independencia se vería socavada.
A pesar de las críticas desde incontables sectores y de las advertencias de su impacto no solo en la separación de poderes, sino también en la economía de Israel, el Gobierno continúa avanzando con algunos de los pilares de la reforma, incluyendo una ley que otorgaría control de facto al Gobierno sobre el comité de selección de jueces.
El Ejecutivo tiene la intención de aprobar esa norma esta misma semana, algo que ha motivado a los organizadores de las manifestaciones a intensificar las protestas. EFE