Las fuerzas libanesas trasladaron el contenido del vehículo accidentado a un centro militar e iniciaron una investigación supervisada por las autoridades judiciales, informó hoy en un comunicado la institución castrense, al confirmar que el camión llevaba «munición» a bordo.
El vehículo de Hezbollah volcó ayer por la tarde en la aldea mayoritariamente cristiana de Kahale, a las afueras de Beirut, y poco después estallaron choques armados entre los responsables del camión y residentes de la zona, donde murieron dos personas, según la nota del Ejército.
El grupo terrorista chií proiraní arguyó ayer que su equipo fue atacado por hombres armados de «milicias presentes en el área» que buscaban hacerse con el «control» del camión siniestrado y anunció que uno de sus miembros falleció después de ser trasladado a un hospital.
En su comunicado, Hezbollah afirmó que el vehículo había partido del Valle de la Bekaa, uno de los principales bastiones del grupo en el este del país y fronterizo con Siria, y que se dirigía a la capital libanesa, sin ofrecer detalles sobre su contenido.
El incidente ha reabierto el debate sobre el tráfico de armas y el arsenal en manos del grupo terrorista chií, en cuyo marco diversos líderes políticos han llamado a luchar contra el contrabando armamentístico. Los partidarios de Hezbollah y sus aliados argumentan que las armas son necesarias para combatir a Israel.
Muchos otros han pedido contención y evitar acrecentar las divisiones religiosas e ideológicas en el país.
La población de la aldea de Kahale es mayoritariamente cristiana, en un país donde las divisiones religiosas siguen siendo patentes en casi todas las esferas y a menudo están en el centro de disputas no solo políticas sino también de incidentes de diversa índole. EFE y Aurora