Arreglar una corriente eléctrica débil en parte del cerebro puede tratar el Parkinson, según una investigación israelí

19 septiembre, 2022 ,
Imagen ilustrativa: neuronas dentro del cerebro humano. Foto: onimada

Según científicos israelíes, arreglar corrientes eléctricas débiles en parte del cerebro puede tratar el Parkinson. Afirman que su investigación abriría un nuevo enfoque para combatir la enfermedad y permitir la detección cuando las personas son jóvenes.

Un problema clave en el desarrollo de fármacos para el Parkinson es que, aunque es solo una enfermedad, muchos expertos la consideran un término para varias enfermedades con rasgos compartidos. Las mutaciones genéticas subyacentes al Parkinson solo se identificaron alrededor del 15% de los casos.

Como resultado, los científicos se esfuerzan por encontrar características comunes en los cerebros de los pacientes de Parkinson que podrían ser el objetivo de los medicamentos. La doctora Shani Stern, neuróloga de la Universidad de Haifa, descubrió algo fundamental en un estudio.

Imagen ilustrativa: un cerebro humano. Foto: onimado

Se trata de que, independientemente si los pacientes tenían o no una mutación, todos tenían una reducción en la tasa de corrientes sinápticas en partes específicas del cerebro. Esto es en relación con las personas sanas.

Stern y sus colegas escribieron que los cambios que identificaron en el cerebro “son centrales y convergentes con la enfermedad de Parkinson”. “Descubrimos mecanismos que comparten todos los casos de Parkinson que examinamos. Estos son mecanismos que no se sabía que estuvieran relacionados con el Parkinson. Y ahora tenemos nuevos objetivos para los cuales se podrían desarrollar fármacos en el futuro, lo que podría hacer que se parezcan más a las neuronas sanas”, explicó en declaraciones a medios.

El método para el estudio involucró la “reprogramación” de las células cerebrales en cédulas madre. El análisis se realizó en células derivadas de las cédulas madre. Este proceso permitió a los expertos ver cómo se comportan las células a diferentes edades y descubrieron que las corrientes sinápticas se reducen cuando las células son jóvenes.

“Nuestros hallazgos implican que los cambios existen en los pacientes de Parkinson mucho antes de que se den cuenta de un proceso de enfermedad que está ocurriendo en su cerebro. Si realizamos esta secuenciación en una persona joven y encontramos un cuadro similar al que se encuentra entre las personas que han desarrollado la enfermedad de Parkinson, podemos suponer que este individuo desarrollará la enfermedad en una etapa posterior”, añadió Stern.

Y concluyó así: “Actualmente, la mayoría de los tratamientos están destinados a prevenir la agudización de la enfermedad más que a prevenirla. Si podemos identificar el potencial para desarrollar la enfermedad de Parkinson en una etapa temprana y desarrollar tratamientos que puedan detener el avance de la enfermedad, podremos comenzar un tratamiento preventivo en una etapa en la que la mortalidad de las células nerviosas sea limitada. Esto nos permitirá ralentizar significativamente la progresión de la enfermedad”.

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