Yitzhak Rabin, Bill Clinton y el rey Hussein Foto: GPO Avi Ohayon vía Flickr CC BY-SA 3.0

Por el embajador Dr. Oded Eran

Un cuarto de siglo después, la contribución del extinto primer ministro Yitzhak Rabin durante su segundo mandato (1992-1995) demuestra haber sido un eslabón importante en la configuración de la región que rodea a Israel.

Primero, su voluntad de avanzar en las negociaciones con los palestinos, a pesar de su escepticismo sobre sus perspectivas, facilitó un gran avance en las relaciones regionales e internacionales de Israel.

El acuerdo de paz con Jordania y las relaciones con éste se basaron en la total confianza de que gozaban Yitzhak Rabin y el rey Hussein, y hasta el día de hoy permite la cooperación entre los dos países.

La Conferencia de Madrid (1991) y los acuerdos entre Israel, los palestinos y Jordania llevaron a la cooperación entre Israel y los países árabes del norte de África y el Golfo en cuestiones económicas, hídricas, medioambientales, de refugiados y de desarme.

De hecho, este fue el avance significativo en la actitud árabe general hacia Israel, que hasta entonces veía a Egipto como una única excepción, pero que desde principios de la década de 1990 se extendió a otros elementos árabes.

En este sentido, los Acuerdos de Abraham son la renovación de un proceso que comenzó durante el segundo mandato de Yitzhak Rabin como primer ministro de Israel.

Las relaciones de Israel con Estados Unidos y la Unión Europea también experimentaron una mejora significativa durante ese período, gracias a la relación personal de Rabin con el presidente estadounidense Clinton y su cooperación con el entonces ministro de Exteriores Shimon Peres en la promoción de las relaciones con Europa.

La expansión del sistema de relaciones internacionales de Israel, que también incluyó el establecimiento de relaciones con India y China incluso antes de los Acuerdos de Oslo, creó una nueva realidad en el Medio Oriente.

La lección que se puede aprender de la conducta del gobierno israelí bajo el liderazgo de Rabin en esos años es que combinar la iniciativa política mientras se mantiene la seguridad y se genera confianza personal con los líderes regionales e internacionales puede generar activos estratégicos duraderos.

Que la memoria de Yitzhak Rabin sea una bendición.

Fuente: INSS The Institute for National Security Studies

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