El Ministerio de Educación lanzó un nuevo sitio de internet denominado «Transparencia en la Educación», en el que exhibe cifras que describen el «cuadro educativo» de todos los municipios de Israel, y por primera vez también de todas las escuelas secundarias. Durante varias horas el portal de internet colapsó debido a la gran afluencia de internautas.
El sitio ha sido elaborado por la Dirección del Presupuesto y Economía e incluye 21 indicadores divididos en cuatro grupos: aprendizaje y rendimiento, persistencia y deserción escolar, valores y clima educativo; y personal de la escuela. Estos índices incluyen, entre otros, los porcentajes de aprobación de los exámenes de graduación (Bagrut) en cada ciudad y en cada escuela secundaria de Israel; los porcentajes de quienes aprobaron los exámenes de graduación o matriculación con excelencia, incluyendo las famosas cinco unidades de estudio en matemáticas e Inglés, el porcentaje de alumnos que abandonan la escuela en cada ciudad y en cada escuela; qué tan satisfechos están los profesores con la institución que enseñan, etc.
Además, el portal también incluye detalles de la inversión presupuestaria del Ministerio de Educación a nivel nacional, de las autoridades locales (municipalidades) y la escuela, y el mapa del presupuesto diferencial que se realiza por cuarto año. Allí, se puede observar el enfoque, en datos, de las localidades locales, durante el año escolar lectivo.
Cinco localidades en las que el porcentaje de aprobación de los exámenes de graduación (o matriculación) fue mayor entre aquellas con al menos 300 estudiantes de secundaria son Beit Jann (99,5%), Tel Mond (96,4%), Lev Hasharon (94,4%), Ramat Hasharon (93,8%) y Givat Shmuel (93,6 %). Las localidades que cierran los diez primeros puestos son Modiin Maccabim Reut (92,2%), Deir Hanna (92,2%) y Horfesh (91%). Las localidades de la categoría superior que registraron incrementos de entre el 0,5 y el 6 por ciento (Dir Hanna y Tel Mond).
Logros importantes también se registraron en las comunidades donde el número de alumnos era menor de 300, por ejemplo, Ganei Tikva, donde el porcentaje de aprobación de los exámenes de graduación fue del 100%, Ramat Negev (98,9%) Kiriat Ekrón (93,2%) y Kaokab Abu Hijah (96,7%).
¿Y quiénes tienen el porcentaje más bajo de aprobación de los exámenes de graduación? Modiin Illit (1%), Bnei Brak (9,8%) y Betar Illit (14,5%), mientras que un poco por delante de los diez últimos figuran Nevé Midvar (31,9%), Tel Sheva (38,2%), Al Kasum (38,3%) y Arara del Negév (38,5%).
Uno de los problemas más difíciles que enfrenta el sistema educativo es el número de ventajas ofrecidas a los estudiantes de secundaria de cara a los exámenes de graduación (Bagrut). Se trata de facilidades como lectura, alargamiento del tiempo de examen, examen oral o incluso una prueba adaptada.
Muchos padres ven a esas facilidades como un medio eficaz para elevar las calificaciones de los exámenes de graduación de sus hijos, por lo que envían a sus proles a un diagnóstico privado, que cuesta miles de shekels. Esto crea una situación en la que un alto porcentaje de estudiantes, especialmente de ciudades económicamente pudientes, cuenta con diagnósticos de ese tipo –que permiten facilitar el examen de los alumnos-, incluso si realmente no lo necesitan
El tema de los niños es siempre muy delicado por los histerismos que acarrea en los padres, o es que yo no tengo hijos como para entenderlo del todo. Desde hace unos años han puesto de moda la enfermedad mental en los niños de la hiperactividad, los padres presionan a los médicos para que receten pastillas, entre otras antipsicóticos, y anfetaminas legales en Estados Unidos que en Europa se venden clandestinamente, para que su hijo se concentre más y saque las mejores notas. En España son muy marcadas las diferencias sociales, culturales y puntuaciones escolares, los ricos y padres que quieren sacrificarse envían a sus hijos a colegios privados católicos, entre ellos los más habituales son los de la secta ultracatólica de el Opus Dei, donde disfrutan de todas los avances tecnológicos y aplican algunos sistemas educativos avanzados como el hablar inglés nativo en clases, aunque a cambio separan las clases por sexos, hacen que la religión católica forme parte de la vida del niño, y el extra añadido del que no se habla es que acabarán formando la élite ultraderechista o derechona del país que lleva sumiendo al país en el atraso desde los tiempos remotos, eso si no son captados por la secta y acaban siendo unos tarados ultracatólicos. La otra cara de la moneda son los colegios públicos gratuitos entre los que se pueden encontrar algunos en la corrupta región de Valencia, sin aire acondicionado, con goteras, los materiales escolares de renovación olvidados en otros destinos, o incluso colegios enteros en contenedores que alguna empresa de los amigos de la derecha agujerearon para ponerles dos ventanas y una puerta, eso sí, cobrandolos también a precio de oro. Por regiones también existen marcadas diferencias, los alumnos con mejores notas según los informes más objetivos son los de regiones ricas como País Vasco y Cataluña, además de Castilla y León, aunque de esta no sé exactamente el motivo, mientras que en el sur, como Andalucía, estarían los más atrasados y, por ejemplo, los índices de lectura más bajos. Luego vienen las compensaciones que no se mencionan, las corrupciones, trampas en los exámenes, enchufes y clientelismo hasta en empresas del estado, o los exámenes no deben ser igual de rigurosos en el norte que el sur, al menos los trabajos de los alumnos que he visto en universidades no admiten ningún tipo de comparación. En España existe una lucha de poder entre izquierda y derecha, o Iglesia Católica que vendría a ser lo mismo, que alcanza también la educación, con constantes cambios en los modelos educativos globales según cambia el gobierno, aparte de las particularidades permitidas de cada región, sobre todo en las regiones separatistas. La población más corriente española también encabeza los índices de escolaridad de Europa, los encabeza por la cola, y es normal es el adolescente que falta a las clases, con notas muy bajas o repitiendo cursos, perdiendo el tiempo drogándose y aculturizado, aunque sabedor que después encontrará un curso de peluquería o de cocinero o un título subvencionado por los sindicatos, y junto con las pequeñas estafas hasta será el que sacará al país adelante. Pero volviendo a las élites y a la población media, al margen de las pastillas para niños hiperactivos y de la titulitis española, las nuevas tecnologías y la información en internet están cambiando la norma, ya no es imprescindible asistir a colegios y pagar cursos caros para aprender una especialidad o encontrar información y libros actualizados y especializados, salvo que persista la costumbre española del que te vean es lo único importante. Ya se habla, desconozco si es cierto, de la desaparición de los títulos universitarios especializados y masters, que hasta hace poco eran una fiebre en España, y a cambio se buscarán profesionales que demuestren tener conocimientos sin necesidad de mostrar su colección de títulos.