«El ataque ruso a Ucrania es una grave violación del orden internacional», declaró el ministro de Exteriores, Yair Lapid, que remarcó que «Israel condena el ataque y está listo para brindar ayuda humanitaria a los ciudadanos de Ucrania».
Según agregó, «Israel es un país que ha vivido guerras y la guerra no es la forma de resolver los conflictos».
A su vez, aseguró que «las primeras horas y los primeros días de cualquier guerra son también los últimos en los que todavía puede detenerse», e instó «a volver a la mesa de negociaciones con la mediación de las potencias mundiales para resolver las disputas de manera pacífica».
«Israel tiene relaciones profundas, duraderas y buenas con Rusia y Ucrania. Hay decenas de miles de israelíes y cientos de miles de judíos en ambos países», por lo que «mantener su seguridad y protección es una de nuestras principales consideraciones», recalcó Lapid en un comunicado difundido por el Ministerio de Exteriores.
Israel, que ha mantenido un perfil muy bajo a lo largo de la crisis de Ucrania por sus delicadas alianzas con todas las partes implicadas, emitió ayer una primera declaración oficial condenando el reconocimiento ruso de las repúblicas autoproclamadas del Donbás.
El Estado judío es uno de los principales socios exteriores de Estados Unidos y de la OTAN, tiene estrechos vínculos con Ucrania y también un entendimiento estratégico con Rusia en Oriente Medio, con quién se coordina para atacar puestos iraníes y de milicias aliadas en Siria.
Estas últimas semanas, las autoridades israelíes ya evacuaron a unos 4.000 de sus ciudadanos residentes en Ucrania ante el aumento de tensión, pero se estima que unos 8.000 siguen ahí, por lo que hoy el Gobierno instó de nuevo a que se vayan del país por sus fronteras terrestres con Polonia, Eslovaquia, Hungría, Rumanía y Moldavia.
«Coordinamos de antemano con estos países la salida segura y sin problemas de los israelíes», aseveró Lapid, que pidió otra vez que se marchen del país «mientras las carreteras estén abiertas». EFE y Aurora
Israel condena el ataque de Rusia a Ucrania, que «viola el orden internacional»
Yair Lapid Foto: Ministerio de Exteriores vía Facebook
El que esto escribe, por la fecha de su nacimiento, pertenece a la generación inmediata a la post “2nd Guerra Mundial”. De ahí, que desde que tiene memoria, como tal concepto, todo y en todos los campos dependía de su familia, en un más amplio sentido del que hoy generalmente concebimos, paro eso, la familia. “Papá Estado” donde existía, ejercía una paternidad muy muy lejana, más bien de “padrastro” y por supuesto ajena a la cotidianeidad de aquellos duros días, que a finales de los 40s, principios de los 50s tocaron vivir a prácticamente tres generaciones (Abuelos, padres e hijos), donde el comer tres (3) veces al día, era un auténtico lujo al alcance de muy pocos.
Así, esa/s mi generación/es, desde muy pronto supimos que nadie nos iba a regalar nada. Que aquello que pudiésemos conseguir tendría que ser en base a sacrificio y esfuerzo, compartidos éstos, con ese amplio concepto que de la familia cito. La concepción de la felicidad, frustración… eran meras ·zarandajas” para las que la dureza del día a día, no dejaba prácticamente espacio.
Teniendo claro lo que antecede, la gran mayoría de esa/s mi/s generación/es, nos fuimos abriendo camino a la vez que andábamos, con más cabeza y/o suerte unos que otros, pero la situación no daba lugar a esperar la protección de ese “Papá Estado”, al que con harta frecuencia en la actualidad se acude, en el deseo de que sea él, quien nos abra el camino por el cual transitar.
En mi caso: el camino que abrí al andar, fue fruto de la disciplina que desde mis años mozos elegí y viví. El respeto a la camaradería y el sentirme miembro de una colectividad, no excesivamente numerosa, ni bien remunerada, pero sí con un alto sentido de clase y una formación reglada en materias, a priori tan dispares como: las humanidades y las ciencias y dado el “plan de carrera” íntimamente ligadas entre – sí, como algunas de las que a continuación cito: Historia, Moral, Psicología, Matemáticas – Física (proyecciones, mecánica aplicada, electricidad – electrónica – comunicaciones), Astronomía, Meteorología – Oceanografía – Climatología, Hidrografía (no de GPS, de la astronómica, correcciones y triangulación) amén de aquellas materias científicas accesorias que complementariamente exigían las principales (un “poco” de geología – geomorfología – edafología). Unido esto, a la imperiosa necesidad de “saber y conocer, quién era de y de dónde venía”, me condujeron por “derroteros”, que haciendo ahora “balance de mi vida”, algunas veces me pregunto si esa es mi propia historia vital.
Conste amable “editor”, “supervisor” y posible lector, del sucinto C.V. que anteriormente desarrollo, que no es aspirando a ninguna “plaza”. Estoy en situación de “retiro”, pero ese mi escenario profesional, no me impide que por esa formación a la que aludí y aquellos destinos y actividades desarrolladas. A los “dictadores” y a sus “adalides” los huela a distancia, afirmando a través de varios comentario míos, incluso uno en este “Digital” publicado, que el “bocado de Ucrania”, era el aperitivo, qué detrás irían las repúblicas bálticas. Hoy la “fiera consentida”, en plena ingestión de Ucrania, ya avisó: ¡Ojo, Suecia y Finlandia…, de NATO, nada de nada…!
Lógicamente, fuera de época, “se permitió la apertura de la veda”, lo cual le “da libertad total al furtivo, para que cace”. Del personal y profundo conocimiento que tengo de Suecia y de una rama de sus fuerzas armadas y de los hijos de “Papa Estado” que pululan por Stockholm, Goteborg, Malmo, Kalmar o Vasteras, para el aspirante a Zar, o mucho me equivoco y quisiese equivocarme o son un simple “paseo militar”. Hecho éste más pronto que tarde repetido en el Pacifico, por su “congénere”, salvo que al “tomador de sol”, Mr. J. Biden, los mismos que lo “pusieron”, lo depongan.
La situación actual no va de “Halcones” o de “Palomas”, va de defenderse como los “gatos panza arriba”. El “ruso medio”, más “jodido” que está, no se va a poner, pero aunque de los “hitos patrios” no se come, al menos engañan el hambre y la necesidad secular a la que llevan siglos sometidos.
Solamente esperar, desear y confiar: que la alianza Ruso – Iraní y la aspiración de salida de los primeros al Mediterráneo, no se lleve por delante a su hoy “friendly” turco. Que la insostenible situación ruso – china en extremo oriente, los mantenga entretenidos a ambos y que la protección de “Papa Estado” en Israel, no sea tal motivo de adocenamiento, que llegado el caso, no haya quienes esperen que los defienda ese traído y llevado “Papá Estado”. Sepan que son ellos los que tienen que defender a “Papa Estado”. La historia tristemente se repite con más frecuencia de la que los humanos deseamos. JG