Gracias a un hígado donado por su tía, una bebé llamada Shay Hillel Peretz superó un trasplante y una delicada operación. El dato fue que solamente pesaba cuatro kilogramos al momento del suceso.
Realizado en el Centro Médico Infantil Schneider, la operación estuvo a cargo del doctor Michael Gurevich, junto con un equipo de enfermeros. Al respecto, confirmó: «Se trata de un caso único que se recuerdan pocos como este en la literatura médica».
Más allá del bajo peso que tenía la niña, el estómago permaneció abierto. Esto se dio debido a una diferencia entre el tamaño del órgano donado y el corto espacio abdominal de la bebé.
Por otro lado, luego del exitoso hecho, la trasladaron a la UCI con la panza aún abierta. Lo hicieron con una venda de vacío para prevenir infecciones. Horas después se lo cerraron y comenzó el proceso de recuperación.