El Teatro Tzavta de Tel Aviv vuelve a abrir sus puertas poniendo en escena una importante e imperdible pieza producida en colaboración con “La Orquesta de Teatro Israelí” dirigida por Yossi Ben Nun. Se trata de una obra de Hanoch Levin, que se creo señalando el vigésimo aniversario de su muerte (2019).
La obra se titula “Ishel y Romanetzka” y es una muy recomendada pieza en la que actúan grandes artistas: Dror Keren, que ya se ha convertido en un experto de obras de Levin, tras haber sido el protagonista en numerosas de ellas. Lo acompaña nada menos que una orquesta de 17 músicos dirigida por Yossi Ben Nun, que además es el compositor y arreglador de la música que tan oportunamente acompaña al texto de Keren, y también la voz de la soprano Goni Cnaani. Todos ellos se unen para crear una verdadera perla teatral y musical muy divertida y que conserva todos los elementos de Hanoch Levin. Seguramente si el autor estaría vivo le gustaría mucho esta puesta en escena. La obra se presenta en este mes en Zavta de Tel Aviv, pero se pondrá en escena en otros varios teatros del país mas adelante.
La historia es muy sencilla: comienza con una cita que Ishel concreta el jueves por teléfono en una húmeda tarde de verano, con una al parecer “hermosa y atractiva” joven que se llama Romanetzka. Deduce por el nombre que la cita será de lo mas romántico posible. Todo parece muy prometedor e Ishel se prepara para la aventura, y lo que harán el sábado cuando se encuentren. Pero las cosas no son como se imagina. Ishel es un soltero pobre y Romanetzka resulta ser una joven nada agraciada y sin esperanzas. Juntos emprenden un viaje nocturno por las calles de Tel Aviv. Y el público sale en este paseo con ellos a través de las muy detalladas explicaciones de Ishel, y las situaciones que no tienen escape, pero que tienen todo el humor desesperado y negro de Levin.
Solo nos queda recomendar muy cálidamente la obra, en la que Dror Kern vuelve a demostrar que es un excelente actor, Goni Cnaani nos sorprende con los sonidos que salen de su garganta y por sobre todo la música de Ben Nun, que se une al humor y la creatividad de la historia divertida de Hanoch Levin.
Fotos Chiquita Levov