Más de 70 millones de personas en todo el mundo vive en la pobreza como resultado del aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y energía en las semanas posteriores a la guerra. Este dato lo comunicó ayer las Naciones Unidas.
El ente estima que 51.6 millones de personas más cayeron en la pobreza en los primeros tres meses tras la invasión rusa. Esto elevó el número total a nivel mundial en este umbral al 9% de la población global. Otros 20 millones de personas viven con 3.20 dólares al día.
En países de bajos ingresos, las familias gastan el 42% de sus ingresos en alimentos. Pero a medida que las naciones occidentales sancionan a Rusia, los precios del combustible y comida básica se dispararon. Los puertos bloqueados de Ucrania y su incapacidad de exportar granos a países de bajos ingresos subieron más los precios.
“El impacto del costo de vida casi no tiene precedentes en una generación. Y es por eso por lo que es tan grave”, dijo el administrador del PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) Achim Steiner, en la presentación del informe. “La velocidad de esto es muy rápida”, añadió George Molina, economista jefe del PNUD y autor del informe.
Algunos de los países más vulnerados son Haití, Argentina, Egipto, Irak, Turquía, Filipinas, Ruanda, Sudán, Kenia, Sri Lanka y Uzbekistán. En otros como Afganistán, Etiopía, Malí, Nigeria y Yemen, los impactos de la inflación son más duros para aquellos que ya están en la línea de la pobreza más baja.
Otro informe de la ONU informó que el hambre en el mundo aumentó en 2021 con 2.300 millones de personas con dificultades moderadas o severas. Esto es un problema para obtener comida.
Para que las naciones en desarrollo con problemas de liquidez y deudas logren estabilizarse, el PDNU pidió una extensión de los pagos de la deuda. Estos se habían hecho durante la pandemia entre las naciones más ricas del mundo.