La economía israelí registró un crecimiento inesperadamente fuerte en el tercer trimestre a medida que la inversión creció, informó la Oficina Central de Estadísticas. Pero el crecimiento del gasto de los consumidores se desaceleró y las exportaciones cayeron.
El producto interno bruto se expandió a una tasa anualizada preliminar del 3,2% en los tres meses, un ritmo más rápido que el 3% que los economistas habían pronosticado. Además, la Oficina de Estadísticas revisó sus cifras de crecimiento del segundo trimestre en 0,6 puntos porcentuales, hasta el 4,9%.
Pero detrás de las inesperadas altas cifras de crecimiento, el desempeño de la economía fue más mixto, dijo Ofer Klein, economista jefe de Harel Insurance & Finance.
El crecimiento del gasto de consumo, que ha sido el motor del crecimiento económico en los últimos años, bajó a una tasa anualizada de 2,9% en el tercer trimestre, y cayó del 9,3% del segundo trimestre.
Las exportaciones, sin contar los diamantes pulidos y las empresas startup, cayeron a un ritmo de 6,3% en el tercer trimestre, después de registrar una ligera subida del 11,3% en el segundo trimestre.
Mientras tanto, la inversión en activos fijos, que abarca desde construcción residencial hasta compras de maquinaria y equipo, aumentó a una tasa del 12,1%, pero Klein no cree que continúe el crecimiento vertiginoso.
«Pueden haber influido las inversiones de Intel en su fábrica de Kiriat Gat», dijo Klein. El fabricante de chips estadounidense inauguró esta semana una línea de producción de un costo de 6 mil millones de dólares. En general, la inversión en maquinaria y equipo en el trimestre se disparó a un ritmo anualizado del 13,5%.
La inversión en edificios residenciales, que el ministro de Finanzas Moshe Kahlón ha estado tratando de alentar para detener el aumento de los precios de la vivienda, subió a una tasa anualizada del 9% en el trimestre, su ritmo más rápido este año.
Aunque las exportaciones de bienes y servicios fueron en general bajos en el tercer trimestre, las exportaciones de diamantes pulidos aumentaron a un ritmo del 35,8% y los ingresos por turismo, contados por los estadísticos como exportaciones de servicios, avanzaron un 25,7%.
«Las exportaciones, a pesar de las revisiones de los trimestres anteriores, siguen siendo un punto débil para la economía israelí debido al shekel fuerte y a los flojos mercados de exportación del mundo», agregó Klein. No obstante, Harel revisó sus previsiones de crecimiento del PIB para este año a 3.1% y 3.3% en 2017.
La economía de Israel ha estado creciendo con el trasfondo de un aumento en el gasto de los consumidores a medida que suben los salarios, el interés se mantiene en mínimo récord y el desempleo ha caído a su tasa más baja en tres décadas. Si bien esto socava la competitividad de las exportaciones de las empresas israelíes, el shekel fuerte ha mantenido bajos los precios de los productos importados, al igual que los bajos precios de la energía.
El rápido crecimiento, especialmente para el gasto de los consumidores, también ha llenado las arcas del gobierno con dinero de impuestos, reduciendo el déficit y permitiendo a Kahlón bajar los impuestos. La semana pasada, la agencia de calificación crediticia Fitch Ratings elevó la calificación soberana de Israel a A a A+.
Un día no muy lejano B»H Israel será potencia mundial. Le gusté a quien le guste! Am Israel Jai!
En Fitch el soverign credit rating de Israel es el mismo que el de Chile, A+.
No somos potencia mundial pero no está nada mal 🙂 !חזק ואמץ
Esperemos que así sea Meir, y posamos con nuestros ojos ver lo que dices. Pero mientras tanto no cambiemos el modelo económico que mas se ajuste a nuestra realidad seguiremos viendolo de lejos. Mientras estemos obsecionados con seguir modelos económicos de países con poblaciones 10 o 50 veces mas grande que la israelí, cuando aún pretendemos ser el «Hong Kong» de Oriente Medio en vez de «Nueva Zelanda», cuando queramos ser más Seúl, Londres, Washington o Sidney y menos Bélgica, Norueg, Finlanfia o Suiza mas acordes a nuestra escala geográfica y demográfica, mientras aún idealizemos la Escuela Económica de Chicago y estemos obsecionados con Milton Friedman, me temo que seguiremos ensanchando la brecha económica y seguíremos en la senda de «país rico henchido y saturado de pobres».