Las actrices estadounidenses Gwyneth Paltrow y Angelina Jolie se sumaron a las acusaciones de acoso y abuso sexual contra el productor de cine Harvey Weinstein que han destapado recientemente varias publicaciones y que se habrían producido supuestamente a lo largo de dos décadas.
Paltrow relató al diario The New York Times que antes de rodar la película «Emma» (1996), cuando tenía 22 años y comenzaba su carrera, Weinstein la convocó en su hotel y le sugirió ir a su habitación a hacerle masajes, algo que rechazó.
«Era una niña, iba a participar (en la película), estaba petrificada», dijo al diario Paltrow, cuya pareja de entonces, el también actor Brad Pitt, se enfrentó al productor a raíz de ese avance no deseado.
Según la actriz, Weinstein la amenazó para que no lo contara. «Pensaba que me iba a despedir», añadió.
Angelina Jolie, en un correo electrónico, señaló que a finales de la década de los 90, durante el lanzamiento de la cinta «Playing by heart», también rechazó avances del productor de cine en una habitación de hotel, el denominador común de varias de las alegaciones que han salido a la luz estos días.
«Tuve una mala experiencia con Harvey Weinstein en mi juventud y como resultado elegí no trabajar nunca con él de nuevo y advertir a otros cuando lo hacían», declaró Jolie, quien calificó dicho comportamiento hacia mujeres «en cualquier campo, en cualquier país, inaceptable».
La revista The New Yorker publicó un reportaje que se suma a las alegaciones de acoso y abuso sexual hacia Weinstein que hizo el periódico The New York Times, citando a «docenas» de antiguos y actuales empleados.
De acuerdo a la información de The New Yorker, tres mujeres alegan que fueron violadas por Weinstein, entre ellas la actriz italiana Asia Argento, cuatro hablan de tocamientos no deseados que se pueden considerar abuso y otras cuatro de exhibicionismo. EFE
Se han escrito muchos libros y muchos artículos sobre las interioridades de Hollywood, con orgías, abusos sexuales, pederastas, drogas, incluso asesinatos y psicópatas en serie por parte de adinerados y famosos. El psicópata más famoso de la historia reciente es Charles Mason, asesinó a Sharon Tate, actriz y pareja embarazada de Roman Polanski, posteriormente Polanski, judío, tuvo que huir de Estados Unidos acusado de drogar y violar a una menor de edad. Se han publicado abusos a actrices de la talla de Judy Garland, por ejemplo durante el rodaje de El Mago de Oz los enanitos realizaban constantes tocamientos, y por lo que parece las actrices callaban, aparte de para no perder contratos, porque era lo normal. Una polémica más reciente de la que se hicieron eco todos los medios tras la muerte de la actriz Maria Schneider, que denunció haber sido violada analmente durante la escena de la mantequilla con Marlon Brando en «El último tango en París», película de culto en España porque fue de las más comentadas cuando muchos cruzaban la frontera durante la dictadura fascista para ver alguna teta o, mejor, pelo púbico. La réplica del director fue que no le dijeron nada para sacar el máximo realismo y probablemente la superestrella Marlon Brando le introdujo mantequilla en el ano pero se supone que no la penetraría, si bien ocurrió sin consentimiento de la actriz. Al margen de este nuevo escándalo sexual, en Estados Unidos los estudios publican organizaciones independientes, con cifras bastante extensas, sobre casos de abusos sexuales, violaciones y abusos a menores entre la población general son escandalosos, y la mayoría de los delitos no se denuncian. En otros países occidentales como España, un país similar a Estados Unidos, con las mayores desigualdades sociales de occidente, misoginia, plusmarquista mundiales en consumos de drogas, alcohol y delitos, extrañaría mucho que las cifras fuesen muy diferentes, pero no hay tantos datos ni ganas de obtenerlos.