La emblemática ciudad italiana profundiza su estrategia para regular el flujo turístico y apunta contra los que no reserven con antelación
Por Nazareno Rosen
Venecia, una ciudad icónica y destino ansiado para millones de visitantes, ha decidido reforzar su estrategia para regular el flujo turístico. A partir del próximo año, implementará oficialmente una tarifa de entrada más elevada para ciertos turistas, una medida que busca controlar la saturación de visitantes. En lugar de la entrada general de 5 euros aplicada el año pasado, Venecia cobrará ahora 10 euros a aquellos que decidan visitar la ciudad sin reservar con antelación, duplicando la importación inicial para quienes planeen su excursión en el último momento.
Esta decisión surge tras el éxito de la primera prueba piloto realizada durante el verano de 2023, un esfuerzo que permitió a las autoridades venecianas observar los efectos directos de la tarifa sobre el flujo turístico y la preservación del patrimonio. La ampliación de esta política refuerza la intención de Venecia de proteger su infraestructura y mejorar la experiencia tanto para los residentes como para los visitantes.
Detalles de la tarifa de entrada para 2025
Los turistas que realicen su reserva con al menos cuatro días de antelación pagarán una tarifa estándar de 5 euros, mientras que aquellos que opten por decidir su visita en el último minuto tendrán que desembolsar el doble: 10 euros por persona. Esta medida no solo apunta a desalentar las visitas improvisadas en épocas de alta demanda, sino también a fomentar una planificación anticipada que permita gestionar mejor la capacidad de la ciudad.
La tarifa no se aplica en todos los días del año; únicamente se cobrará durante 54 días específicos, que corresponden al período del 18 de abril al 27 de julio de 2025, y en momentos de mayor afluencia. En concreto, los turistas deberán pagar el impuesto durante los fines de semana y festivos, de 8:30 a 16:00 horas, cuando el flujo de personas alcance su punto más alto.
Este sistema, según las autoridades, permitirá evitar las aglomeraciones y ofrecer a los visitantes una experiencia de calidad, al mismo tiempo que se mitiga el impacto negativo del turismo masivo en el delicado entorno urbano de Venecia.
Éxito de la prueba piloto en 2023
Durante el verano de 2023, Venecia puso en marcha un proyecto piloto que sirvió para evaluar el impacto de un impuesto de entrada destinado a excursionistas de un solo día. Esta tarifa de 5 euros, introducida con el fin de reducir la cantidad de visitantes y proteger los espacios turísticos, fue implementada entre el 25 de abril y el 14 de julio, un período de 29 días distribuidos en momentos de alta afluencia. La medida, aunque polémica, resultó ser efectiva en términos de recaudación y control de flujos, pues más de 485.000 visitantes descargaron el código QR requerido y abonaron la tasa.
La experiencia piloto generó 2,4 millones de euros en ingresos, fondos que, según las autoridades de Venecia, han sido destinados al mantenimiento y restauración de áreas populares entre los turistas. A pesar de las protestas iniciales y algunos retrasos en la implementación, la medida fue calificada como un “éxito” por el gobierno local, que demostró el piloto un primer paso hacia la sostenibilidad del turismo en la ciudad.
Este resultado positivo ha impulsado a Venecia a oficializar y expandir el cobro en 2024, demostrando que, más allá de los ingresos generados, el impuesto es visto como una herramienta de gestión turística efectiva que marca una diferencia en el cuidado del entorno urbano y cultural de la ciudad.
Finalidad de los ingresos recaudados
Los fondos recaudados a través de la tarifa de entrada no solo han sido una fuente significativa de ingresos para Venecia, sino también un medio directo para preservar el atractivo y la habitabilidad de la ciudad. Durante el período de prueba de 2023, los 2,4 millones de euros generados por este impuesto fueron asignados a proyectos de restauración y mantenimiento en áreas de alta concurrencia turística, un uso estratégico que responde a la necesidad de contrarrestar los efectos del turismo masivo en la infraestructura y el patrimonio veneciano.
Las autoridades locales han defendido que estos recursos permiten realizar intervenciones cruciales en espacios emblemáticos de Venecia, los cuales se ven afectados diariamente por el tránsito constante de visitantes.
Este enfoque también es una de las razones por las cuales el principal funcionario de turismo de la ciudad, Simone Venturini, ha descrito, en diálogo con medios locales, la iniciativa como una auténtica “revolución cultural” para la gestión turística. Según Venturini, el éxito de esta medida radica no solo en los fondos recaudados, sino en la posibilidad de crear un modelo que beneficie tanto a los residentes como a los visitantes, asegurando que el turismo contribuya activamente a la conservación de Venecia.
Críticas al impuesto de entrada
A pesar de los elogios de las autoridades locales, la tarifa de entrada de Venecia no ha estado exenta de críticas y oposición. Algunos sectores consideran que el impuesto no ha logrado su objetivo principal: reducir el número de turistas. Entre los detractores, destaca el concejal de la oposición Giovanni Andrea Martini, quien ha calificado la medida de “fracaso”, argumentando que no ha sido efectiva en limitar la cantidad de visitantes que recorren la ciudad, aunque sí ha generado ingresos.