“Cualquier judío que vota a los demócratas odia su religión, odia todo lo relacionado con Israel y debería avergonzarse de sí mismo”.
Donald Trump. Ante las elecciones para la presidencia de Estados Unidos.
Trump, el último de los mohicanos.
No lo dudo, Trump quedará en la historia como aquel gran hombre, que ayudó al pueblo judío, tal como lo hicieron en sus épocas Alejandro Magno, Ciro Rey de Persia, y Napoleón Bonaparte en Francia.
En su anterior presidencia, ha vetado (con la ayuda de Nikki Haley-cristiana ella) más de 100 resoluciones que se habían gestado contra Israel en la ONU (Naciones Unidas).
Y no se trata de dar un vuelto, se trata de poder abrir los ojos y ver los graves y casi diarios peligros a los que se ve expuesto el pueblo judío, en diferentes versiones y combinaciones, sea contra el propio Estado de Israel como en las diferentes diásporas.
Sus palabras y dichos, similares a los discursos proféticos, son sustentados en este presente por el trágico 7-10-23, y por toda la violencia pro-palestina desatada en particular en Europa Occidental y en las Universidades norteamericanas, todo motorizado por árabes y musulmanes palestinos o no, junto o aliados a grupos de izquierda y denominados “progres”.
Terminar la guerra en Ucrania.
La guerra Ucrania- Rusia debe concluir. La escalada de este conflicto desde febrero 2022 debe terminar.
Se trata de dos países que, más allá de sus diferencias son poblaciones de origen eslavo, y se debe cerrar este capítulo de matanza inútil, por razones múltiples, donde destaca desactivar un foco de incendio en el viejo continente y con amenaza de destrucción nuclear.
Trump intenta corregir el garrafal error de su predecesor Biden, y de los países de Europa occidental, que en lugar de enfrentar a Putin, deberían ocuparse de sacarse de encima a los millones de musulmanes, que ellos mismos han dejado ingresar. Y hoy por hoy, y cada día cometen atropellos y masacres no vistas desde la época nazi de la Segunda Guerra Mundial.
Irán. La cabeza del ofidio.
Desde que asumió, este gran presidente y proactivo en todo sentido, ha destapado la olla de la cuestión palestina.
Poniendo en evidencia, la falta de verdadera solidaridad de los países árabes y musulmanes hacia sus “supuestos paisanos” de Gaza.
Apoyando enérgicamente a Israel, ha logrado poner a Hamás contra las cuerdas.
De alguna forma, gracias a él, se han podido recuperar rehenes vivos, y por desgracia otros cuerpos de los asesinados por el grupo terrorista palestino.
Hoy por hoy, se encuentran bombardeando a los Hutíes en Yemen, el último brazo ejecutor y títere del régimen persa.
Es decir, ayuda a Israel con el discurso y su diplomacia, y también en el campo de batalla.
Para concluir este bloque, con Hamás, Hezbollah, y los Hutíes fuera de juego, solo resta dar el golpe final al gobierno de los Ayatolas.
Cuando esto suceda, la inmensa mayoría del pueblo iraní se sublevará, y entonces el mundo podrá cambiar.
La serpiente puede que conserve por un tiempo la movilidad de su cola, pero ya no tendrá cabeza.
A la ciudad y al mundo. Final.
Donald Trump está intentando limpiar USA de infiltrados y agitadores pro-palestinos.
Sacarlos de los campus universitarios, y poder disminuir el antisemitismo qué ha sido inyectado a todo el cuerpo social.
Su plan es genial y es bueno para la paz en Israel y en todo el mundo.
Mientras que Biden fue siempre un “apretador serial”, Trump es un visionario y un negociador serial.
Bajo su manto se firmaron los increíbles Acuerdos de Paz de “Abraham”, y no cabe duda que uno de los objetivos del cruel ataque del 7-10 fue impedir o retrasar el acuerdo de paz entre Israel y Arabia Saudita lo que habría modificado reitero para bien todo el escenario político y económico mundial.
Gracias desde el corazón.
Aunque sabemos que muchos judíos no son proclives a “reconocer y agradecer”, yo diría al presidente Trump que ellos no me representan. No son parte de lo que yo pienso y veo y siento hacia usted. Y en lo personal guardo para usted un espacio en mis rezos y en las diarias plegarias. También y no dudo, muchos otros judíos piensan de igual forma y desbordan de agradecimiento hacia su persona. Un hombre justo y de buen corazón.
Que D’os lo ilumine siempre y le dé larga vida a usted y su familia. Y le devuelva todo lo bueno que usted hace por todas las personas de bien. Aún para aquellos que lo ignoran o no entienden su accionar.
Para concluir, al final, todo el mundo se beneficiará de poder concretarse su política, que es la única que puede salvar a este mundo, que nunca estuvo tan cerca de una tercera y letal Tercera Guerra Mundial.
Shavua Tov!
Dr. Natalio Daitch