Según el Instituto Nacional de Investigación de Población de Irán, el crecimiento poblacional se está desacelerando rápidamente. Con una población actual de 86 millones, el ritmo de envejecimiento es cinco veces superior al de su crecimiento.
Este envejecimiento de la población es el resultado de una combinación de una mayor esperanza de vida y una drástica caída en las tasas de natalidad, tendencias comunes en muchas naciones en desarrollo.
Los últimos datos generan preocupación, porque este fenómeno tiene fuertes efectos sobre la economía y la situación social del país.
Ante este panorama, el gobierno iraní ha implementado campañas públicas para incentivar la procreación. En ciudades como Teherán, se pueden ver carteles y vallas publicitarias con mensajes que promueven familias numerosas.
Sin embargo, se cree que son las dificultades económicas las que han llevado a muchas parejas a ignorar las políticas gubernamentales destinadas a fomentar la natalidad, lo que agrava la situación demográfica.
La ONU estima que, para el año 2050, un tercio de la población iraní tendrá más de 60 años. El ministro del Interior, Eskandar Momeni, advirtió en diciembre que, de no revertirse esta tendencia, Irán podría enfrentar una crisis demográfica grave, con una posible reducción de su población a menos de la mitad en los próximos 75 años.