El Consejo Económico Nacional de la Oficina del Primer Ministro de Israel publicó un informe que releva los efectos de la producción y venta de autos eléctricos a nivel nacional.
A partir de los datos del informe se desprende que los autos eléctricos representaron un ahorro para los consumidores en 2024. Sin embargo, su impacto en la economía israelí no fue tan positivo debido a la política tributaria actual.
En 2024, el costo promedio de un auto eléctrico para el consumidor fue 3.700 NIS menor que el de un vehículo de gasolina. La diferencia tiene que ver con su menor costo operativo y de mantenimiento. Se estima que para 2034 el ahorro anual para los consumidores aumentará a 3.500 NIS por vehículo.
Sin embargo, bajo la política tributaria actual, los autos eléctricos generaron un costo adicional de 740 NIS por unidad para la economía israelí en 2024, pero se espera que este costo pueda reducirse en la próxima década, alcanzando un costo total de 1.600 NIS menos que un auto regular por cada auto eléctrico.
Además, según el informe, alcanzar las metas establecidas por el Ministerio de Energía e Infraestructura sobre la adopción de vehículos eléctricos generará un beneficio económico de 1.200 millones de NIS para el país.
A la hora de adquirir un coche, uno eléctrico es mucho más caro que uno equivalente de gasolina, sin ayudas de los gobiernos no lo compraría casi nadie, pero tiene otras muchas ventajas aparte del menor costo a largo plazo, la principal es la ecología, sobre todo en los últimos años que se hace cada día más evidente el cambio climático, ya solo quedan poco más que Trump y sus seguidores, o también los españoles de derechas y fascistas, continuando las viejas o interesadas consignas antiecológicas. Los incendios de California, las temperaturas veraniegas que duran hasta el otoño o hasta algunos días en invierno, los fenómenos atmosféricos extremos, etc. hacen abrir los ojos a más ciudadanos o al menos se preocupan por informarse sin la influencia de ideologías sectarias. Y es que en países como España es la izquierda, sobre todo los comunistas, los que acaparan el ideario del ecologismo, casi que los grandes partidos comunistas españoles llevan la ecología por bandera, mientras que la derechona y los fascistas dirigen a los españoles hacia la estupidez del antiecologismo, así es como España es uno de los países con más horas de sol de Europa pero apenas cuenta con instalaciones de placas solares, tan solo en los últimos años algunas empresas se han puesto a ofrecer estos productos porque el gobierno ahora da unas ayudas para su instalación y ha facilitado un poco los trámites para recibir dinero a cambio de la energía sobrante.
En el caso del coche eléctrico España también es uno de los países europeos a la cola, la imprescindible red de cargadores es paupérrima en toda España y muchos de los que hay son de baja calidad, o apenas se ven coches eléctricos y otros vehículos eléctricos circulando por las calles españolas, por mucho que los españoles los vean constantemente en los anuncios de televisión y en Youtube. Ni siquiera los compran con las ayudas del gobierno, que no son poca cosa, hasta 7.000 euros para los coches, ó 1.300 euros para las motos eléctricas, pero no hay manera, ni ahora mismo que estos vehículos han mejorado mucho más y bajado el costo, sobre todo por los nuevos coches eléctricos de China. O algunas motos eléctricas equivalentes a 125 cc, que muchos españoles pueden conducir sin un carnet especial para motos, tienen una potencia y velocidad punta muy superior a las de gasolina, siendo los españoles, sobre todo los niñatos, grandes aficionados a ir a toda velocidad o a todo puño, y la velocidad es una de las argumentaciones de una especie de movimiento popular que se ha extendido entre los españoles contra los vehículos eléctricos. El otro gran argumento es el precio de compra, aparte de otros muchos bulos conspiranoicos, o se quejan de que no pueden hacer grandes viajes como los de gasolina o diesel, cuando muchos no salen nunca de la provincia donde residan, por ejemplo yo apenas he necesitado alguna vez recorrer más de 100 km, la mayoría de las veces cojo el coche para unos pocos kilómetros o para 20-30 km como mucho. Con un cargador en la vivienda o en el garaje, cuyos permisos de instalación facilita el gobierno español, el costo por kilómetro es muy inferior al equivalente en gasolina, carlo que para sacar ventaja de esto también hay que ser un mínimo de previsor o tener algo de lo que muchos españoles seguramente entienden por ser judíos, naturalmente esto lo entienden despectivamente.
Ahora mismo con la ultraderecha en auge también en España, donde apareció de repente para anular el ascenso de los comunistas tras la crisis de las subprimes que se cebó muy especialmente con la muy clasista sociedad española, seguramente tendrán que sacar alguna bandera ecologista. Y es que me he encontrado que hasta los adeptos de la secta de los Testigos de Jehová cuando van tocando las puertas para reclutar nuevos adeptos ahora también argumentan que el ecología es una de las preocupaciones que se resuelven uniéndose a su secta porque Dios tiene la solución. En España, la derechona y los fascistas desde siempre han sido antiecología, son iguales o peores que los peores republicanos americanos, tan solo alguna vez se ha visto a unos pocos neonazis españoles unirse a protestas animalistas de comunistas contra los toros, aun siendo un asunto tabú entre la derechona y los fascistas españoles, solo porque Hitler o los nazis se dice que fueron un partido ecologista, eran muy de exaltar el campo y el bosque alemán, o también promulgaron leyes para proteger a los animales. Si bien, aunque Hitler era vegetariano y le gustaba mucho su perra Blondie (Rubita en español), esta supuesta ecología más bien parece una interpretación forzada de la tradición por el agrarismo como la esencia de la raza alemana, o por los intereses de los muchos nobles dueños de grandes extensiones de campo y de sus habitantes, terratenientes que en esa época existían en Alemania junto con las rencillas separatistas, como lo fue el propio Bismarck, el artífice de la unificación de Alemania a finales del siglo XIX. Otro posible motivo de este particular ecologismo nazi bien pudo ser la extinta medieval religión cátara que los nazis incorporaron en su disparatado conglomerado de creencias paganas y ocultistas. El catarismo fue una religión europea medieval, por algún motivo desconocido los nazis alemanes se aficionaron al catarismo influenciados por un tal Otto Rahn, una nazi homosexual, que los nazis contrataron como uno de sus grandes expertos en ocultismo, éste fue el que les inculcó las maravillas del catarismo, hasta que los nazis se hartaron de él por la falta de pruebas o resultados concluyentes, y le asesinaron, o también se especula que un buen día se fue desnudo al pico helado de una montaña, para reflexionar al estilo cátaro, y allí se quedó. En la Edad Media, los cátaros fueron exterminados por la Iglesia Católica por herejes, si bien se parecían mucho a los católicos de la época, por ejemplo predicaban la salvación mediante el ascetismo y el estricto rechazo del mundo material, percibido por los cátaros como obra demoníaca. En esta religión eran muy de abstinencia sexual, como hacían los católicos medievales, o por ejemplo de estas costumbres cátaras también deriva una que más copian las nazis ecologistas o adoradores de Hitler, la de solo comer vegetales, aunque al menos los cátaros también comían pescado, lo de incluir el pescado también era copiado de lo que inculcó la Iglesia Católica en toda Europa, porque en la Edad Media todos creían que los peces no eran alimentos del Demonio solo porque eran como los vegetales, porque no fornicaban.
Curiosamente, durante la dictadura fascista española los filonazis falangistas no procuraron destruir del todo las diferencias de cada región, que es el gran problema que tienen en España con las tradiciones campestres o pueblerinas, debido a las regiones separatistas, pero con uno de sus habituales juegos malabares convirtieron cada diferencia regional en una cosa beneficiosa y hasta propia de la raza española, incluyendo las lenguas, o más bien dialectos según ellos, de las regiones separatistas, regiones separatistas que también son muy aficionadas a exaltar lo rural y el folclore propio, por ejemplo el separatismo de los catalanes tiene su origen en una revuelta campesina contra España, o los vascos conservan muchas tradiciones rurales, muy diferentes a las que se ven en España, que promocionan y respetan mucho. Una gran parte del trabajo de conservación de las tradiciones propias locales, cuando ya muchas estaban casi extinguidas, se lo encargaron a sus mujeres fascistas, la Sección Femenina de Falange fue la encargada de primero estudiarlas para luego dictar los trajes, letras de canciones, bailes y comidas de las regiones españolas, remodelados a su gusto o según sus caprichos, sin un criterio histórico. Se limitaban a seguir las estrictas normas pudorosas de la Iglesia Católica Española, y más o menos unificaban las tradiciones folclóricas en una para todos los pueblos o provincias similares. Así que seguramente muchas de estas tradiciones inventadas regionales españolas de hoy día, que siguen muy vigentes y sirven para que los turistas se vayan con la imagen de la España más tradicional, son las mismas que las inventadas por estas ineptas caprichosas fascistas falangistas. «En los Coros y Danzas, sus concursos y exhibiciones, aparece un espectáculo folclórico reconstruido, en el cual la mediación de las instructoras de la Sección Femenina tenía un papel fundamental, dado que la recogida de la información en los pueblos y la instrucción de los grupos locales dependía de unas normas y unas técnicas que no tenían nada que ver con el mantenimiento de las costumbres y los estilos tradicionales de tipo local. Bien al contrario, como puede verse en las fichas que las instructoras debían enviar a la Regiduría Central de Cultura en Madrid, la indeterminación en la recogida de los datos, por un lado, y, por otro, la homologación de las muestras de música y las danzas a patrones estandarizados es la norma. A esto habría que unir la dedicación amateur de las afiliadas y la falta general de medios técnicos para el trabajo de recopilación. Con todo, se procuraba también mantener el “prestigio” de la labor folclórica, por ejemplo, invitando a Ramón Menéndez Pidal a escribir el prólogo para el libro Canciones y danzas de España (1953) o mediante la constitución, a través de la Vicesecretaría de Educación Popular del Ministerio de Educación, del Premio Nacional de Folclore, cuya primera edición, en 1945, recayó en Manuel García Matos. La propia Sección Femenina, en este como en los otros ámbitos de su actividad, reunía en sí misma el control absoluto de las tres funciones de su labor: recuperación, enseñanza y difusión. En lo que tiene que ver con el trabajo folclórico, creó un cuerpo de Instructoras de Bailes Regionales y Música, que eran formadas, con los propios textos y métodos publicados por la organización, en sus Escuelas Nacionales y Provinciales de Mandos. Pero, además, hay otros elementos que inevitablemente llevaron a la mistificación y falseamiento de los estilos folclóricos originales. El primero es de carácter moral y conllevaba la censura de cualquier elemento cultural o formal que no estuviera acorde con la ideología nacional-católica. Así fueron cambiadas las letras anticlericales o antirreligiosas de las canciones, o tenemos que hasta 1957 todas las danzas eran interpretadas únicamente por mujeres, aunque se tratara de bailes mixtos en su inmensa mayoría. En lo que respecta a la indumentaria de los trajes regionales que se lucían en los bailes, por ejemplo, y a decir de las propias afiliadas y participantes en los Coros y Danzas, los trajes incluían como prenda tradicional interior los famosos pololos o pantaloncillos recogidos en la pierna, que era obligatorio igualmente llevar bajo las faldas en la práctica deportiva. Otros cambios marcados por la decencia indumentaria fueron aplicados a escotes y largura de las mangas en varios casos y a la propia interpretación de las danzas. Igualmente importante, es la norma obligatoria de que los grupos y los coros debían dedicarse al aprendizaje y práctica de los repertorios de su respectiva “provincia”, de manera que se confunde constantemente el carácter local de muchas manifestaciones, sean danzas o trajes o canciones, con su asimilación provincial y si es el caso regional. Así, el llamado traje regional no es sino una recopilación selectiva de trajes locales, que se extienden a un ámbito comarcal (como en el caso del traje regional de Valencia, dividido en dos facies, “de Ribera” y “de Montaña”) o preferentemente provincial y de ahí obtienen representatividad regional: el traje de charra de Salamanca, el extremeño, procedente de Montehermoso (Cáceres), o el de “maga” canaria pueden ser ejemplos representativos de esta mixtificación «.
Después de todo y de un modo paradójico, los mismos que destruyeron las tradiciones españolas fueron los últimos en verlas, este trabajo manipulador de las mujeres falangistas supone una referencia de valor histórico sobre muchos trajes regionales, o de algunas de sus partes aun originales copiadas de trajes tradicionales reales, y oficios artesanales relacionados ya perdidos, una de las informaciones más completas sobre los sucedáneos de los trajes regionales españoles de la Sección Femenina disponible al público es la descripción de muchas de las piezas que componían cada traje provincial de los 50 regalados a Eva Perón durante su famosa visita a la España franquista, colección que se ofrece a través del portal de internet Acceder (Red de Contenidos Digitales del Patrimonio Cultural del Ministerio de Cultura argentino). Los fascistas y filonazis españoles lograron manipular a los españoles para equiparar lo rural con la modernidad, y las diferencias regionales con el centralismo fascista, casi absurdo de estos fascistas españoles, y centralismo que sigue muy vigente hoy día aun con las democracias, fue en un prodigioso ejercicio de funambulismo, cuando todo español que se precie de serlo sabe que estos fascistas españoles de hombres y mujeres de campo tienen poco o nada, unos son unos pijos, o quieren serlo, tan solo utilizan las tradiciones españoles como unas pintorescas costumbres de la chusma o para enseñarlas a los extranjeros. Lo mismo se podría decir de sus supuestas políticas apoyando a las clases populares urbanas, hace unos pocos años la izquierda criticaba las campañas políticas de la derechona española haciendo un broma que entendía cualquier español que se precie de serlo, acerca de las obligadas visitas electoralistas a los barrios obreros, donde los políticos del derechista Partido Popular parecían un pez fuera del agua. Ahora no tanto la izquierda hace esta broma, la derechona y los fascistas españoles han aprendido a contrarrestrarla, se han vuelto más expertos en populismo o en manipular también a las clases populares españolas.