Más de 70 años después de la «Shoah», el Instituto Wiesenthal de Viena para Estudios del Holocausto, heredero y guardián del legado del más famoso «cazanazis» del mundo, Simon Wiesenthal, espera ampliar sus investigaciones históricas a otros traumas colectivos y dictaduras en todo el mundo.
Recientemente instalado en su nueva sede en el centro de la capital austríaca, cuenta con un departamento de investigación, documentos únicos, una biblioteca y becas que ofrece a especialistas jóvenes, explica el historiador Béla Rásky, director del Instituto.
Hasta ahora, desde el comienzo del programa internacional de becas en 2012 se ha estudiado sobre todo la historia del Holocausto y el racismo en la región de Europa central y del este.
Y es que el fundamento de la entidad, independiente del Centro Wiesenthal de Los Ángeles (EEUU), es el legado de Simon Wiesenthal (1908-2005), quien, tras sobrevivir a doce campos de concentración nazis, dedicó los restantes 60 años de su vida a la persecución de los criminales de guerra del Tercer Reich.
Con su trabajo detectivesco, minucioso y perseverante, consiguió encontrar y llevar ante la Justicia a más de 1.100 nazis huidos, entre ellos al jefe de la sección antisemita de la Gestapo, Adolf Eichmann, a quien consiguió localizar en Buenos Aires en 1954.
Eichman fue capturado en 1960 por el Mossad, el servicio de inteligencia exterior israelí, trasladado clandestinamente de Argentina a Israel, donde fue sentenciado a muerte en 1961.
Wiesenthal descubrió también a Karl Silberbauer, el sargento que detuvo a Ana Frank, o a Franz Stangl, comandante del campo de la muerte de Treblinka (Polonia) que fue capturado en 1967 en Brasil.
Hacia el final de su vida, cuando la persecución de los criminales de guerra «llegaba a su fin a medida que iban muriendo tanto las víctimas como los agresores», tuvo la idea de fundar un centro de investigación científica, relata Rásky
Financiado a partes iguales por el Estado austríaco y la ciudad de Viena, el instituto empezó a trabajar en 2009 en un pequeño apartamento atestado de actas, recuerda.
«Auschwitz», «Theresienstadt», «Eichmann», son algunas de las etiquetas de resonancia tétrica que se leen en las cajas de cartón con documentación heredada, que, a la espera de un lugar definitivo y de su iniciada digitalización, se apilan ahora en una de las habitaciones de la nueva y amplia sede del instituto.
Inaugurada en enero pasado en un edificio medieval, alberga además un museo minúsculo que muestra objetos de Wiesenthal, como su lupa o un mapa en el que marcó los campos de concentración y exterminio nazis, o algunas de sus cartas y discursos filmados.
También hay salas de conferencias -la organización de actos para transmitir los resultados de los estudios es otro pilar del instituto- y la biblioteca, que con 14.000 libros no cesa de crecer.
Asimismo, el archivo, que ya se ha ido ampliando con los años, abarcará en breve parte de la documentación de la Comunidad Israelita de Viena que sobrevivió bajo el nazismo.
«Visto de forma clásica, tendría que decir que el objetivo de este instituto es el estudio del Holocausto, de la persecución de los judíos en Europa», reconoce Rásky.
Sin embargo, el deseo expreso de Wiesenthal fue, «desde un principio, ampliar el objeto de estudio, por ejemplo, al genocidio de los armenios o la persecución de los gitanos en Europa», añade.
Por eso, el legado de Wiesenthal debe «abrirse» a la cultura general de la memoria histórica, y puede facilitar, entre otros, estudios comparativos de cómo se han enfrentado las diferentes sociedades al recuerdo de los capítulos más oscuros de su historia.
«¿Cómo han superado Argentina o Uruguay la dictadura? ¿Qué pasó en Guatemala? Es interesante comparar aquí estos aspectos», cómo abordar «la cuestión de la memoria histórica tras las dictaduras asesinas», indica el director.
Y asegura que aún quedan campos de investigación en temas como «la colaboración de Franco con la Alemania de Hitler, de cómo se ha comportado España con refugiados de entonces, hasta qué punto les dio asilo, hasta qué punto entregó personas».
Además, «hay un renacimiento de los estudios sobre el agresor, con nuevos métodos, en un intento de comprender el porqué», explica por su parte la socióloga Éva Kovács, directora de Investigación del instituto.
Pese a lo trágico de los temas investigados, Rásky asegura que la entidad que dirige «no está embebida en tristeza», pues resulta «casi bello» ver el interés de nuevas generaciones en comprender lo que ha pasado.
«Eso es algo que sentimos por la resonancia. Este año tenemos 90 candidatos para 8 puestos (de becas)», dice el director, y recuerda que, de todas formas, «el estudio de la historia es inagotable». EFE
Aurora: el título está muy mal redactado e induce a error.
Con España puede ocupar toda una planta, todavía quedan 115.000 víctimas republicanas enterradas anónimamente en fosas comunes, muchas en las cunetas de carreteras españolas, mientras los gobiernos de la derecha, herederos directos de los criminales fascistas, sigue haciendo el ridículo ante la Historia fiel a la anacrónica tradición española, y los socialistas actúan con timidez, cuando no en connivencia, temerosos de las amenazas veladas de la ultraderecha oculta y muy respetuosos con un pacto que se hizo por el olvido para que se lograse la democracia actual, pacto a todas luces absurdo o cómplice según los parámetros de una democracia o de personas decentes. En cuanto a la colaboración de la España fascista con Hitler y a los judíos durante el fascismo, se empieza a saber algo juntando trozos de información de allí y de allá, porque cuando comenzó a quedar claro que Hitler perdería la guerra los fascistas españoles destruyeron todos los documentos que les incriminaban como colaboradores del nazismo y deformó su imagen hasta el punto de prácticamente convertirse en aliados de las democracias y los mejores protectores de los judíos desde toda la vida. Nada más lejos de la realidad, ningún aliado envía 50.000 falangistas filonazis al frente ruso junto a los nazis, y menos financiados en parte obligando a las comunidades sefardíes en España a donar una gran cantidad de dinero, y qué decir de las primitivas frases que dejaron escritas contra los judíos, Franco el primero y su cuñado falangista Serrano Suñer como el principal lameculos de los nazis y las SS, naturalmente se transformó tras la derrota de los nazis y hasta su muerte lo negó todo. Hoy día hay una cohorte de historiadores, periodistas, intelectuales, políticos, jueces, religiosos católicos, que continúan impidiendo toda búsqueda de la verdad. Un buen resumen de lo que se sabe hasta ahora puede ser el libro «Los últimos españoles de Mauthausen» de Carlos Hernandez.
Una vez, estando en España, un joven español, compañero de estudios del familiar que haba ido a visitar, me aseguró que hasta hoy día, en los pueblos, se sabía exactamente de qué lado estuvo cada familia durante la guerra civil 80 años atrás… Pero igual me asombró bastante lo que dijiste en tu comentario : ‘Hoy día hay una cohorte de historiadores, periodistas, intelectuales, políticos, jueces, religiosos católicos, que continúan impidiendo toda búsqueda de la verdad’. Quieren preservar la ‘paz social’ del país a toda , y sobre todo a costa de las familias. Pero hoy España forma parte la Unión Europea, y la legislación europea está en vigor en toda Europa, incluida España. Las familias tienen el derecho de conocer el paradero de sus familiares asesinados y las circunstancias de su muerte. Me parece que gestiones a nivel europeo podrían lograr mucho más para las familias que lo que España les ha permitido lograr hasta hoy…
…a toda costa…
Por si parece un chiste, aclaro que el juez Garzón se inhibió de la denuncia contra los crímenes del franquismo porque no iba a prosperar por trabas legales y para que tribunales menores permitieran desenterrar las víctimas de las fosas comunes. Se monto otro lío, y esta sentencia dice que los tribunales locales son incompetentes y faltos de conocimientos.
Poco después entró un gobierno de derechas del Partido Popular y eliminó la ley de crímenes de lesa humanidad, paralizando los juicios contra criminales nazis. En el 2015 el más alto tribunal español dijo que el Partido Popular se pasó de la raya, aunque desconozco qué ocurrió o si cambiarán algo de la ley.
Lo de las familias de un bando puede ser cierto en los pueblos pequeños, pero con tantos años de democracia debería ser cosa del pasado, yo soy de una familia derechista y católica, con algunos individuos ultras, y me parecen restos de un pasado a olvidar, al igual que a la mayoría de los españoles. Pero cada día pongo más en duda esta mi teoría ilusa porque no es lógico, coherente, normal, decente, justo, democrático, o cualquier otra palabra que todo el mundo debió aprender desde niños, que haya 115.000 cadáveres, que pueden llegar a 140.000 porque son suposiciones, y a ningún gobierno se le ocurra identificarles y darles sepultura, mientras la derecha lo impide y lo paralizó cuando el último gobierno socialista comenzó a identificar a unos pocos miles. Lo han denunciado en la Unión Europea pero no hacen caso, y al juez Baltasar Garzón le liquidaron cuando se atrevió a investigarlo judicialmente. Otros crímenes de lesa humanidad han sido paralizados por la derecha, como las denuncias a los criminales nazis y kapos en los campos de concentración y tuvieron que pasar las denuncias a otros países mediante trucos jurídicos, o los niños robados en los hospitales españoles pasaron más rápido por la justicia argentina. Son muchos más crímenes, como las monjas asesinas de niños y torturadoras de presas a su cargo, los campos de concentración en España con muertes por hambre, agotamiento, enfermedades y por trabajos peligrosos, los abusos de autoridad y discriminaciones, también administrativas por ley contra familiares de masones, aunque hubiesen muerto fusilados, confiscaciones de bienes y recaudaciones de dinero a los sobrevivientes, reeducaciones a los niños de republicanos. Nada de esto se puede denunciar ni los españoles lo conocen, y por ejemplo, cuando temporalmente apareció la ley socialista de memoria histórica la maquinaria de la derecha se puso en
Lo de las familias de un bando puede ser cierto en los pueblos pequeños, pero con tantos años de democracia debería ser cosa del pasado, yo soy de una familia derechista y católica, con algunos individuos ultras que me parecen restos de un pasado a olvidar, al igual que a la mayoría de los españoles. Pero cada día pongo más en duda esta mi teoría ilusa porque no es lógico, coherente, normal, decente, justo, democrático, o cualquier otra palabra que todo el mundo debió aprender desde niños, que haya 115.000 cadáveres, que pueden llegar a 140.000 porque son números a partir de suposiciones, y a ningún gobierno se le ocurra identificarles y darles sepultura, mientras la derecha lo impide y lo paralizó cuando el último gobierno socialista comenzó a identificar a unos pocos miles. Lo han denunciado en la Unión Europea pero no hacen caso, y al juez Baltasar Garzón le liquidaron cuando se atrevió a investigarlo judicialmente en España. Otros crímenes de lesa humanidad han sido paralizados por la derecha, como las denuncias a los criminales nazis y kapos en los campos de concentración y tuvieron que pasar las denuncias a otros países mediante trucos jurídicos, o los niños robados en los hospitales españoles pasaron más rápido por la justicia argentina. Son muchos más crímenes, como las matanzas de civiles que aun hoy son poco conocidas, la locura de sangre en la plaza de toros de Badajoz, la masacre en la carretera Málaga-Almería que hoy día es la zona más fascista de España, la protección a los criminales nazis alemanes y a la red de huida nazi ODESSA, las monjas asesinas de niños y torturadoras de presas a su cargo, los campos de concentración en España con muertes por hambre, agotamiento, enfermedades y por trabajos peligrosos, los abusos de autoridad y discriminaciones, también administrativas por ley contra familiares de masones, aunque hubiesen muerto fusilados, confiscaciones de bienes y recaudaciones de dinero a los sobrevivientes, los enriquecimientos ilícitos de empresarios que hoy día tienen mucho prestigio, reeducaciones forzadas a los hijos de republicanos. En ninguna democracia moderna podría existir un gigantesco monumento con la cruz cristiana más grande del mundo donde están enterrados los dos líderes fascistas, Franco y José Antonio, y que es uno de los más visitados, mientras a los familiares con restos de republicanos que colocaron allí no se les permite sacarlos del lado de sus verdugos. Nada de esto se puede denunciar con normalidad ni los españoles lo conocen, y por ejemplo, cuando temporalmente apareció la ley socialista de memoria histórica la maquinaria de la derecha se puso en marcha: acusaron al líder histórico de los comunistas por un fusilamiento masivo de presos fascistas, aparecieron fosas aquí y allá con muertos fascistas, religiosos, niños y madres, y hasta de la Brigadas Internacionales por una supuesta limpieza interna… Lo cierto es que 115-140 mil son muchos miles como para taparlo o estafar a los españoles otra vez, mientras los muertos fascistas la inmensa mayoría están enterrados y homenajeados, y sus familiares recompensados, así que la únicas explicaciones plausibles son que en España exista una gran familia mafiosa de intereses inconfesables o que el país sea un gigantesco manicomio. Los únicos que hacen algo son los partidos comunistas y separatistas, que en no pocas ocasiones les dan más adhesiones a los herederos de los criminales de la derecha porque son los enemigos del statu quo hasta para la izquierda moderada.
Comentario repetido tres veces. La web de Aurora funciona cuando y como le da la gana.
Lo mismo hace Macri en Argentina, deslegitima a los organismos de DDHH y desmonta secretarías y oficinas gubernamentales de investigación de crímenes de la dictadura y sus cómplices. Nada nuevo con las derechas.
Lo de las familias de un bando puede ser cierto en los pueblos pequeños, pero con tantos años de democracia debería ser cosa del pasado, yo soy de una familia derechista y católica, con algunos individuos ultras que me parecen restos de un pasado a olvidar, al igual que a la mayoría de los españoles. Pero cada día pongo más en duda esta mi teoría ilusa porque no es lógico que haya 115.000 cadáveres, que pueden llegar a 140.000 porque son números a partir de suposiciones, y a ningún gobierno se le ocurra identificarles y darles sepultura, mientras la derecha lo impide y lo paralizó cuando el último gobierno socialista comenzó a identificar a unos pocos miles. Lo han denunciado en la Unión Europea pero no hacen caso, y al juez Baltasar Garzón le liquidaron cuando se atrevió a investigarlo judicialmente en España. Otros crímenes de lesa humanidad han sido paralizados por la derecha, como las denuncias a los criminales nazis y kapos en los campos de concentración y tuvieron que pasar las denuncias a otros países mediante trucos jurídicos, o los niños robados en los hospitales españoles pasaron más rápido por la justicia argentina. Son muchos más crímenes, como las matanzas de civiles que aun hoy son poco conocidas, la locura de sangre en la plaza de toros de Badajoz, la masacre en la carretera Málaga-Almería que hoy día es la zona más fascista de España, las monjas asesinas de niños y torturadoras de presas a su cargo, los campos de concentración en España con muertes por hambre, agotamiento, enfermedades y por trabajos peligrosos, los abusos de autoridad y discriminaciones, también administrativas por ley contra familiares de masones, aunque hubiesen muerto fusilados, confiscaciones de bienes y recaudaciones de dinero a los sobrevivientes, los enriquecimientos ilícitos de empresarios que hoy día tienen mucho prestigio, reeducaciones a los niños de republicanos, colaboraciones con criminales nazis alemanes y con la red de huida ODESSA. En ninguna democracia moderna podría existir un gigantesco monumento con la cruz cristiana más grande del mundo donde están enterrados los dos líderes fascistas, Franco y José Antonio, y que es uno de los más visitados, mientras a los familiares con restos de republicanos que colocaron allí no se les permite sacarlos del lado de sus verdugos. Nada de esto se puede denunciar con normalidad ni muchos españoles lo conocen, cuando temporalmente apareció la ley socialista de memoria histórica la maquinaria de la derecha se puso en marcha: acusaron al líder histórico de los comunistas por un fusilamiento masivo de presos fascistas, aparecieron fosas aquí y allá con muertos fascistas, religiosos, niños y madres, y hasta de la Brigadas Internacionales por una supuesta limpieza interna… Lo cierto es que 115-140 mil son muchos miles como para taparlo o estafar a los españoles otra vez, mientras los muertos fascistas la inmensa mayoría están enterrados y homenajeados, y sus familiares recompensados, así que la únicas explicaciones plausibles son que en España exista una gran familia mafiosa de intereses inconfesables o que el país sea un gigantesco manicomio. Los partidos comunistas y de regiones separatistas son los que más hacen contra el olvido, partidos que tienen intereses ajenos a la izquierda y republicanos moderados.
Estos son dos casos de ejemplo, el texto contra una denuncia del juez Garzón contra el franquismo:
http://www.derechos.org/nizkor/espana/doc/inhibit.html
Por si parece un chiste, aclaro que el juez Garzón se inhibió de la denuncia contra los crímenes del franquismo porque no iba a prosperar por trabas legales y para que tribunales menores permitieran desenterrar las víctimas de las fosas comunes. Se monto otro lío, y esta sentencia dice que los tribunales locales no son legalmente competentes y faltos de los conocimientos necesarios.
Y la denuncia contra cuatro SS y un kapo que sí fue admitida en España:
http://www.derechos.org/nizkor/espana/doc/querella.html
Poco después entró un gobierno de derechas del Partido Popular y redujo al mínimo posible la ley para crímenes de lesa humanidad, paralizando los juicios a criminales nazis en los campos donde estaban republicanos españoles. En el 2015 el más alto tribunal español dijo que el Partido Popular se pasó de la raya con la reducción, desconozco si cambiarán algo de la ley.
Perdón, son cuatro nazis SS. Iwan Demjanjuk o Iván el Terrible, aunque algunos le denominan kapo, también era un ucraniano oficial SS.