El Jefe del Estado Mayor de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), teniente general Herzi Halevi, reconoció la necesidad de seguir ampliando las filas en un momento en el que los frentes de Gaza y del Líbano siguen activos, y que eso pasa por examinar alternativas para lograr que los judíos ultraortodoxos, cuya presencia sigue minoritaria, se unan a las tropas.
“Conocí el lunes a un soldado de la Brigada Givati herido en Rafah. Él es haredim (judío ultraortodoxo), quería alistarse pese a que su familia al principio no le apoyó. Así que nuestra pregunta es ¿cómo podemos crear mucho más como él? Eso es lo socialmente correcto porque las FDI deben ser más grande”, indicó Halevi tras visitar el norte del país junto a oficiales del Ejército.
Halevi quiso también poner en valor el trabajo de los reservistas y les garantizó que compensarán su esfuerzo.
“A todos los reservistas, les digo y entiendo los costes (familia y empleo) y la carga. Mantendremos el apoyo. Tenemos que brindar soluciones, reconocimiento y compensación para un estudiante o alguien cuyo negocio se haya visto muy afectado”, recalcó.
El estallido de la guerra contra el grupo terrorista islámico Hamás en Gaza y el inicio de la campaña terrestre israelí contra la organización terrorista chií Hezbollah en el sur del Líbano, ha obligado a Israel a llamar a filas a diversas brigadas de reservistas para poder hacer frente a estas dos operaciones mientras la cifra de soldados heridos y muertos sigue creciendo.
El pasado mes de junio, la Corte Suprema de Justicia puso fin a la exención militar de la que habían estado gozando durante décadas los judíos ultraortodoxos recordando que este sector de la población también está obligado a servir en las FDI.
Esta decisión judicial no ha supuesto, de momento, la llegada significativa de los haredim a las Fuerzas de Defensa de Israel.
Actualmente hay unos 2.800 judíos ultraortodoxos sirviendo, de los cuales 780 vienen de fuera de Israel, según la ONG Nahal Haredi, fundada por rabinos que acompañan a soldados religiosos. Aurora y EFE