La junta escolar de Tennessee decidió retirar de su programa para las escuelas el libro «Maus», que cuenta la historia de la Shoá. Esta decisión tuvo mucha repercusion en medio nacionales e internacionales.
Durante una reunión de la junta el 10 de enero, los educadores explicaron que «Maus» era un «texto de referencia» para la instrucción de artes del lenguaje inglés de octavo grado del condado de McMinn. Una pieza central para el estudio sobre el Holocausto.
Uno de los 10 miembros de la junta del distrito, dijo que no se oponía a que los estudiantes aprendieran sobre la historia del Holocausto. Pero cuestionó por qué «Maus» era una elección apropiada porque incluye insultos y un dibujo de la madre del autor desnuda.
Ya se había acordado cambiar las palabras utilizadas en los insultos y ocultar la imagen desnuda. Pero el mismo miembro de la junta siguió planteando preocupaciones durante la reunión. Otros participantes del consejo se unieron a él.
Algunos plantearon objeciones más importantes sobre el contenido del libro antes de que la junta votara unánimemente para sacar el libro de las aulas del distrito. Su decisión ha provocado críticas y desconcierto generalizados, tanto del propio autor del libro, Art Spiegelman, como de medios muy reconocidos.
Me sorprende como pueden sorprenderse de la decisión tomada por la mencionada junta escolar del estado de Tenessee. El “estultismo pijo progre”, vulgo “buenismo” (en nada afín a la bondad) o “corrección política” (quedar bien con todo el mundo y con nadie), nos están conduciendo a pasos agigantados a trastocar principios y conceptos que por su propia realidad no admiten trastoque alguno.
Personalmente, me permitiría aconsejar a tales “miembros”, que antes de tomar decisiones tan lesivas para la formación humana de sus jóvenes, leyesen las declaraciones y manifestaciones de sus compatriotas (tropa de remplazo), cuando accedieron a los “infiernos” donde los “satanes” cometieron los más numerosos y horrorosos crímenes programados. Cuando no aprendemos en cabeza ajena, corremos el riesgo, de que nos corten la nuestra. JG