Por Gallia Lindenstrauss
Los rumores sobre el precario estado de salud del presidente turco Recep Tayyip Erdogan se vieron reforzados recientemente por un artículo de principios de octubre en Foreign Policy titulado «Erdogan podría estar demasiado enfermo para seguir liderando Turquía».
Aunque el artículo se abstuvo de afirmar inequívocamente que este es el caso, se basa en parte en videos que circulan en las redes sociales, en los que se ve a Erdogan teniendo dificultades para caminar o quedarse dormido mientras habla.
Recientemente, se publicó un video de este tipo de la conferencia del G-20 en Italia a fines de octubre.
Muchos han vinculado el último video, en el que parece tener dificultades para caminar, con el hecho de que canceló su viaje a la conferencia climática que se está llevando a cabo en Glasgow (se afirmó oficialmente que no viajó a Glasgow debido a desacuerdos sobre los arreglos de seguridad allí).
Aunque de los videos queda bastante claro que el presidente no se encuentra bien, aun así, según su agenda, y en particular la cantidad de discursos y sus viajes al exterior, parece que se encuentra en buenas condiciones para conducir los asuntos de Estado.
También es probable que al igual que otros líderes, también reciba los tratamientos médicos más avanzados.
Los videos y contra-videos distribuidos por elementos oficiales para mostrar que el presidente está en buena forma agudizan la pregunta de qué sucederá en Turquía en la era posterior a Erdogan.
Erdogan no ha designado un heredero, por lo que no está claro si después de su partida habrá una transferencia temporal ordenada del poder al vicepresidente como está escrito en la constitución, o un caos.
El signo de interrogación sobre la actuación del presidente también refuerza los llamamientos de los elementos de la oposición en Turquía contra el sistema de gobierno presidencial introducido por Erdogan.
La exigencia de volver al sistema parlamentario es un tema fuerte que une a elementos muy diferentes de la oposición en Turquía y prepara el terreno para una reñida lucha en las elecciones presidenciales y parlamentarias previstas para 2023.
Fuente: INSS The Institute for National Security Studies