RISE Israel, es un think tank sin fines de lucro que tiene como objetivo promover en Israel una economía competitiva, sostenible e impulsada por la innovación.
Recientemente, el organismo publicó un informe que arrojó unas cifras preocupantes: en la última década, el número de startups fundadas en Israel ha disminuido en un 45%, pasando de 1.432 al año en 2013 a solo 788 en 2023.
Los números generan preocupación ya que las startups de tecnología son una fuente fundamental de puestos de trabajo y uno de los principales motores de la economía israelí. El sector tecnológico contribuye con el 20% del Producto Bruto Interno, representa más de la mitad de sus exportaciones totales y sus empleados generan más de un tercio de los ingresos fiscales nacionales.
Algunos de los principales factores que influyen en esta disminución son los efectos económicos de la guerra con Hamás, la inestabilidad política derivada de las reformas judiciales propuestas y el contexto global de desaceleración económica.
Danny Biran, investigador principal de RISE Israel, explicó que “la disminución de startups es preocupante porque tendremos menos empresas que puedan emplear a muchas personas en los próximos años”.
Hay que agradecerle a la extrema izquierda y a Lapid (el no es ni eso, solo anti Bibi) que llamaron a boicots por tratar que que el sistema judicial sea parte del estado y no una interferencia en su gobierno.