Por Tamir Hayman
Los hutíes son el último títere del Eje chií que no han revaluado su accionar ni ha frenado sus armas.
A lo largo de la campaña contra la organización terrorista yemení, la coalición liderada por Estados Unidos ha cometido errores operativos: no atacó la infraestructura del régimen hutí; los líderes de la organización no fueron eliminados; no se mantuvo una continuidad operacional sostenida – sólo acciones para eliminar amenazas inmediatas-; no se llevaron a cabo operaciones terrestres, ni siquiera misiones de fuerzas especiales; e Irán no ha pagado un precio por las acciones de su proxy [apoderado].
¿Se produjo anoche el cambio tan esperado?
Ojalá que sí.
Esta es la primera prueba de proyección de poder de Trump, que enmarcará todas las amenazas que ha proferido hasta ahora.
Si presenciamos algo extraordinario, entonces la diplomacia de “Abrir las Puertas del Infierno” seguirá siendo efectiva.
Pero si esto no detiene a los hutíes, proyectará debilidad, no sólo hacia Hamás sino principalmente hacia Irán, y la diplomacia de poder de Trump será vista como hueca.
La verdadera prueba es la salida, no la entrada.
La única pregunta que importa no es cuántos ataques lanza Estados Unidos; sino si el Mar Rojo volverá a abrirse a todos los buques.
Esperaremos y veremos: por ahora, las cosas se ven mejor que antes.
Fuente: INSS – The Institute for National Security Studies