Por Amira Oron y Ofir Winter
El 39º presidente de los Estados Unidos, Jimmy Carter, se despidió del mundo, este mes, a los 100 años.
Aunque Carter se convirtió en una figura controvertida en Israel a lo largo de los años debido a sus duras críticas a su política sobre la cuestión palestina, tanto sus críticos como sus admiradores aún reconocen su decisiva contribución a uno de los acontecimientos más formativos de la historia de Oriente Medio: el innovador acuerdo de paz entre Israel y Egipto.
Los líderes de ambos países han honrado con razón su memoria, especialmente estos días.
El presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, envió sus condolencias a la familia del presidente Carter, al pueblo estadounidense y al actual presidente de Estados Unidos.
En un breve panegírico, describió a Carter como un gran líder mundial, un símbolo de los esfuerzos humanos y diplomáticos, y un modelo de amor, hermandad y una profunda creencia en la paz y la justicia, cuyo camino otros en todo el mundo continúan siguiendo.
Al Sisi también se refirió al papel de Carter en la consecución del acuerdo de paz entre Israel y Egipto, que, según afirmó, está grabado en los anales de la historia.
Con estas palabras, al Sisi expresó la importancia que Egipto todavía atribuye a la paz con Israel.
El presidente israelí, Isaac Herzog, publicó su propia declaración, recordando el compromiso de Carter con la paz entre las naciones.
Añadió: “La paz entre Israel y Egipto, que él dirigió, se considera un logro diplomático histórico e innovador que sigue sirviendo como ancla de estabilidad en Oriente Medio y el norte de África incluso décadas después”.
Es cierto que la paz entre Israel y Egipto sigue siendo “fría” y su potencial aún no se ha materializado plenamente, incluso después de más de cuatro décadas y media.
Sin embargo, los niños de ambos países están expuestos a la misma imagen icónica en sus libros de texto: la firma de la paz en la Casa Blanca, a la que asistieron Carter, Begin y Sadat.
Los estudiantes de noveno grado de Egipto memorizan las cláusulas del acuerdo de paz: la devolución del Sinaí, el establecimiento de relaciones amistosas (diplomáticas, económicas y culturales) y las negociaciones para el establecimiento de una autonomía palestina.
Al mismo tiempo, los estudiantes de sexto grado de Israel aprenden las palabras del primer ministro [Menachem] Begin: “No hay enemigos eternos. Después de todas las guerras llega lo inevitable: la paz” (citado en la investigación de IMPACT-se).
Es de esperar que esta imagen reflejada en Egipto e Israel garantice la conmemoración continua del carácter y el legado de Carter entre las generaciones futuras.