El misterio que rodeó la muerte del faraón egipcio Tutankamón, fallecido a los 18 años, ha sido finalmente resuelto gracias a nuevos estudios de ADN. La investigación genética realizada por expertos indica que la causa principal de su prematura muerte fue una serie de infecciones de malaria.
“Los resultados muestran que Tutankamón había estado infectado con malaria, y esta enfermedad pudo haber sido la causa de su fallecimiento”, explicó Tim Batty, director general de la exposición de Tutankamón. La malaria es una enfermedad transmitida por mosquitos que sigue existiendo hoy en día. Sin embargo, en el Egipto antiguo no existían tratamientos eficaces, lo que convertía la infección en una sentencia de muerte.
Además, los estudios también sugieren que el faraón sufría de varios problemas de salud, como necrosis en el pie izquierdo y la enfermedad de Köhler. Además, los investigadores barajan otras posibles afecciones genéticas, como el síndrome de Marfan, el síndrome de Klinefelter y la anemia falciforme. Otro hallazgo significativo fue la presencia de bastones en su tumba, lo que refuerza la idea de que Tutankamón sufría de problemas para caminar, probablemente como consecuencia de sus enfermedades.
El uso de tecnologías avanzadas como los análisis de ADN y las tomografías computarizadas son fundamentales para que los expertos descubran detalles que antes eran impensables. Aunque son muchos los misterios de la antigua Egipto que todavía no se han resuelto, la nueva evidencia proporciona detalles cruciales sobre su salud y las razones detrás de su muerte.