La Fiscalía israelí acusó este martes al primer ministro, Benjamín Netanyahu, de haber destituido al jefe del Shin Bet (servicio secreto interno), Ronen Bar, por un “asunto personal”, durante una audiencia ante el Tribunal Supremo que se ha tenido que suspender varias veces por las protestas del público.
Esta audiencia judicial, que continúa tras más de 8 horas ante el alto tribunal ubicado en Jerusalén, busca determinar las causas del despido del jefe del Shin Bet e investiga si las conexiones entre allegados de Netanyahu y Catar son ilegales debido a un conflicto de intereses, tal y como alegan los demandantes, entre los que se cuentan todos los partidos de la oposición.
Durante la vista, el representante de la Fiscalía, Aner Helman, afirmó que si Netanyahu considera que la intención “por parte del jefe del Shin Bet es un intento de derrocarlo, claramente tiene un asunto personal” para detituirle.
“Existen vídeos del primer ministro (Netanyahu) diciendo eso”, continuó Helman según declaraciones recogidas por el diario Haaretz.
Helman añadió que no era urgente despedir a Bar y que el gobierno -que aprobó el cese la noche del 20 de marzo- y Netanyahu podrían haber esperado para consultar la decisión con la fiscal general, Gali Baharav-Miar, para fundamentar el despido.
La audiencia se vio interrumpida en varias ocasiones por protestas del público, entre ellos de la parlamentaria Tali Gotliv del Likud (el partido de Netanyahu) -que fue expulsada- y de otros asistentes que mostraron su apoyo al gobierno.
Por su parte, uno de los abogados del Gobierno, Zion Amir, insistió durante la vista que mantener a Bar sería “una afrenta a la democracia y una usurpación de poder por parte de los tribunales”, detalló Haaretz, ya que el gobierno tiene plena autoridad para destituirle.
Otro de los firmantes de las apelaciones y líder de la coalición Unidad Nacional, el opositor Benny Gantz, añadió en X que “la decisión del Tribunal Supremo debe ser respetada, cualquiera que sea”, en alusión a los llamados del gobierno de desoírla si el cese es revocado.
En la vista participaron también familiares que perdieron a sus hijos en el ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023, a petición del representante de la organización sionista B’Tsalmo, quienes respaldaron la decisión de echar a Bar y le responsabilizaron del fracaso de seguridad que permitió ese día la muerte de 1.200 personas en suelo israelí.
“El motín orquestado en la Corte Suprema y la vergonzosa explotación del dolor de las familias en duelo por parte de Netanyahu y su pueblo es una acción patética del gobierno criminal del 7 de Octubre que está tratando de dañar el estado de derecho y la vida comunitaria en Israel”, dijo en X el opositor Yair Lapid, uno de los firmantes de la apelación.