Vivimos en un mundo que “fue y será una porquería” como adjetivó Discépolo, que no se contradice con el “reino del revés” que cuenta María Elena Walsh. Imposible desmentir los conceptos de ambos.
Después de la primera guerra mundial, en el año 1919, se formó la Liga de las Naciones o Sociedad de las Naciones, para lograr que no haya más guerras, que los países diriman sus diferencias en forma diplomática y con esa Liga de Naciones como juez supremo. No logró su único motivo de existir, y tuvimos una segunda guerra mundial con decenas de millones de muertos.
Con esa mala experiencia, después de la segunda guerra mundial, en 1945 aparece la Organización de Naciones Unidas sustituyendo a la anterior Liga pero con el mismo motivo de existencia.
Gracias Discépolo, el mundo sigue siendo una porquería. Son incontables las guerras habidas desde 1945 y las en curso hoy, y la ONU no pudo evitar ni siquiera una. Y usamos el verbo “pudo” dando por verdad al verbo “quiso”.
Agregamos más leña al fuego (mejor dicho: agregaron ellos, los políticos, los diplomáticos, los gobernantes) y se formaron distintos organismos internacionales para ayudar a la ONU a no servir para nada. Aparece la Corte Penal Internacional, que no “puede” frenar al asesino en masa Vladimir Putin, al que no le alcanza con los muertos en ambos bandos, sino que amenaza con su poder atómico a la OTAN, o sea a casi toda Europa. ¿O debemos decir Eurabia? Y ya que la mencionamos, OTAN, otro organismo que no sirve para nada ya que se formó para defensa de los países integrantes y no la estamos viendo defender nada. Ante dudas preguntar a Zelensky.
Una fiscalía internacional (más de 100 países) que viendo que Israel es atacada desde siete frentes, en una guerra que no empezó, recibiendo misiles y drones desde Gaza, Líbano, Cisjordania, Irán, Irak, Yemen, en vez de acusar a esos países emite una orden de arresto contra gobernantes de Israel. Y para que no sea todo dramático agrega un toque de humor: una orden de arresto contra un terrorista islámico que se sabe que está muerto.
Agreguemos más cosas inservibles: UNWRA, UNIFIL, UNESCO, CRUZ ROJA INTERNACIONAL.
Todo lo escrito más arriba lo sabemos, el mundo entero lo sabe, pero cierran los ojos porque mirar hacia un costado quedó mal etiquetado (No me molesta el ruido de las botas, me molesta más el silencio de las zapatillas).
Pero ya que hablamos de un mundo de película, hablemos de películas, de las de verdad, de esas que a veces se ven en el cine o después de un tiempo en la televisión.
Henri Verneuil, gran director y guionista francés, en realidad se llamaba Ashod Malakian y era armenio nacido en Turquía, y su familia tuvo que huir de donde vivían por la terrible persecución que los turcos hicieron contra el pueblo armenio, especialmente en el genocidio de un millón y medio de armenios, que Erdogan se empecina en no reconocer.
Henri Verneuil escribió su autobiografía, en un libro titulado MAYRIG, en el cual se basó para hacer el guión y luego dirigir dos películas que son una joya de buen cine: 588 RUE PARADIS y MAYRIG, en 1991 y 1992, donde cuenta las dos etapas de su vida, con la ayuda de excelentes actores (muchos armenios) entre los cuales Claudia Cardinale hace de Mayrig -su madre- y Omar Sharif su padre.
En la primera parte (Mayrig) describe perfectamente cómo fue el genocidio armenio, muestra el sadismo de los turcos, matando por igual a hombres y mujeres, niños y ancianos, las diferentes formas de asesinar. Y eso está contado por un armenio, cristiano ortodoxo, y sucedió en una época en la que Israel no existía y los judíos de la zona nada tenían que ver.
La historia tiende a repetirse, musulmanes fanáticos, asesinos bestiales, persiguiendo y matando pueblos enteros que no eran musulmanes sino que tenían la culpa de ser cristianos y además pacíficos.
Recomiendo: a) traten de ver ambas películas, son una joya del cine.
b) a quienes acusan de genocidio a Israel, que vean por lo menos Mayrig así se enteran cuál es en realidad el significado de la palabra genocidio.
c) a los no judíos, que vean que el islamismo no es solamente contra Israel y los judíos, que vean lo que el islamismo turco le hizo al pueblo armenio en pleno siglo XX. Además, el sufrimiento de los armenios y cómo son recibidos en la culta Francia, donde sellan sus pasaportes con la palabra “apátrida” y son despreciados por los franceses. Sabrán entonces lo que sufrió el pueblo judío durante 2.000 años.
d) y a nuestro actual gobierno la recomendación es muy categórica: que declare que el del año 2015 fue un GENOCIDIO DEL PUEBLO ARMENIO Y LOS CULPABLES TURQUÍA Y SU IMPERIO OTOMANO. Esa declaración debe ser fuerte y vibrante, y acompañada por la respectiva denuncia ante la Corte Penal Internacional exigiendo que Turquía abone una fuerte suma como reparación a Armenia.
Como vemos, el cine no sólo es arte y entretenimiento, también es enseñanza. Como complemento a lo ya dicho, Verneuil dirigió a casi todos los grandes actores de cine francés, también algunos italianos. Menciono algunos: Fernandel, Jean Gabin, Jean Paul Belmondo, Lino Ventura, Claudia Cardinale, Omar Sharif (egipcio), Yves Montand, Bernard Blier, Renato Salvatori, Michelle Morgan, Gino Cervi, Charles Boyer y otros. Entre las muchas películas que dirigió menciono: I como Icaro, El Clan de los Sicilianos, La Hora 25, etc.
Mauricio Aliskevicius