En un contexto marcado por el aumento del antisemitismo en Francia tras el estallido del conflicto entre Israel y Hamás en 2023, una aplicación de transporte pensada inicialmente para turistas israelíes ha encontrado un inesperado nicho entre la comunidad judía local: Monite, una app de taxis similar a Uber, pero con conductores que hablan hebreo y entienden la cultura judía.
La idea surgió de tres franco-israelíes que, ante la creciente sensación de inseguridad entre los viajeros de Israel, lanzaron la aplicación en septiembre de 2024. “Muchos nos dijeron que viajar al extranjero se había vuelto complicado, que sentían miedo al decir que venían de Israel”, explicó Ilan Amar, uno de los fundadores.
El éxito de Monite no tardó en expandirse en ciudades como París, Marsella, Lyon y Niza. Con aproximadamente 150 conductores y más de 15,000 usuarios registrados, el servicio podría expandirse próximamente a otros países con alta demanda, como Estados Unidos, Reino Unido y España.
La seguridad es un pilar clave en el funcionamiento de Monite. Todos los usuarios pasan un control online antes de poder usar la app, y los conductores deben superar una entrevista por videollamada. “Recibimos muchos comentarios positivos. La gente se siente segura con nosotros. Ya sea para recoger a niños en la escuela o familias en el aeropuerto, los pasajeros valoran no tener que esconder su identidad judía”, comentó Kevin Cohen, conductor en París desde hace seis meses.
Es una buena solución al creciente antisemitismo en Europa, pero solo porque sea un servicio voluntario y de una empresa privada no deja de ser más que parecido a la discriminación racista de los años 50s en Estados Unidos o a los guetos de la Alemania nazi o al antisemitismo en la España medieval. Tanto que hasta no parecería extraño que prohíban a está empresa operar en España, a poco que alguien se queje o simplemente por ser el país más pinturero en este tipo de cosas, en las de parecer buenos o en respetar las leyes democráticas más básicas.