Por Kobi Michael
El acuerdo sobre la liberación de los rehenes y el alto el fuego, que se encuentra en sus últimas etapas de formulación, es un hito importante para los palestinos, ya sea Hamás, la Autoridad Palestina o el público palestino.
Desde la perspectiva de Hamás, el acuerdo es un logro significativo y nada menos que una victoria, incluso a un alto costo en vidas y destrucción.
Según la organización, su propia supervivencia como fuerza gobernante y militar en la Franja de Gaza, después de 15 meses de guerra contra el ejército más fuerte de Oriente Medio, constituye una victoria.
Hamás ha logrado preservar su activo más importante desde el punto de vista estratégico, mantener el control de la Franja de Gaza, como un paso hacia su codiciado objetivo de apoderarse de todo el sistema palestino.
La liberación de los terroristas palestinos, “prisioneros” en la terminología palestina, muchos de los cuales son miembros de alto rango de Fatah, es otro logro significativo.
Este espíritu de lucha y resistencia avergüenza a la Autoridad Palestina, pone de relieve su fracaso y la futilidad de la vía diplomática que eligió en lugar de la resistencia, y fortalece la posición política y nacional de Hamás, que ya goza de un apoyo mayor que el de Fatah.
El acuerdo también infunde un renovado espíritu de lucha a Hamás y a su dirigencia.
Khalil al Hayya, un alto funcionario de Hamás, declaró que “el acuerdo de alto el fuego es el resultado de la firmeza de nuestro pueblo durante más de 15 meses, y la lucha continuará durante generaciones y no cesará”.
Por lo tanto, incluso cuando los residentes de Gaza, que sienten un gran alivio al final de la guerra, se despierten al día siguiente y encuentren Gaza en ruinas, sin un hogar al que regresar, su frustración, rabia y dolor no se traducirán necesariamente en protestas contra Hamás.
Hamás ya se ha preparado, durante la guerra y, sin duda, después, para reprimir cualquier protesta o intento de disenso con violencia y determinación.
Cuando Khalil al Hayya habla de la lucha en curso, debe verse como una señal de que seguirá luchando por reemplazar a Fatah en la dirección de la Autoridad Palestina y la OLP.
Desde la perspectiva de Hamás, el acuerdo es otro paso en el camino, otra grieta en el muro de la Autoridad Palestina antes de que Hamás finalmente se la arrebate a Fatah.
Los líderes de Hamás tienen cuidado de presentar el acuerdo como una victoria para el pueblo palestino y una insignia de honor para la resistencia de los ciudadanos palestinos en Gaza.
Se prodigarán muchos halagos a todos los habitantes de Gaza, y los líderes de Hamás no dudarán en compartir el logro con los residentes de Gaza para calmar las tensiones, moderar la oposición, inspirar ánimo y renovar el espíritu de lucha.
Por lo tanto, en cuanto a Hamás, no hay nada nuevo bajo el sol.
La organización sigue centrándose en reconstruirse y mantener su firme control sobre Gaza y sus residentes, continuando resueltamente su lucha contra Israel hasta que se alcance el objetivo final, aunque se demore.
Es fundamental mantener la mente lúcida, ser cauteloso y estar preparado para anticipar las amenazas y evitar sorpresas o caer en trampas conceptuales que son meras ilusiones.