El pasado miércoles se publicaron nuevos descubrimientos arqueológicos llevados a cabo en la calzada del templo funerario de la reina Hatshepsut, ubicado en Deir al-Bahri, en la ribera occidental del Nilo, cerca de la ciudad de Luxor, Egipto.
El principal hallazgo fueron una serie de tumbas excavadas en roca y pozos funerarios que datan de hace 3.600 años. Un grupo de arqueólogos encontró ataúdes antropoides de madera, uno de ellos perteneciente a un niño, que permaneció intacto desde su entierro.
Pero además se hallaron arcos de guerra, lo que sugiere que los ocupantes de las tumbas tenían vínculos militares y participaron en la liberación de Egipto de los hicsos, monedas de bronce con la imagen de Alejandro Magno de la época de Ptolomeo I, juguetes infantiles de arcilla y máscaras funerarias, entre otros.
Además, los arqueólogos descubrieron restos del templo del Valle de la reina Hatshepsut, tumbas de la dinastía XVII y parte de la necrópolis ptolemaica de Asasif, construida sobre los restos del templo.
Uno de los hallazgos más relevantes fue la tumba de Djehuti-Mes, un funcionario que supervisó el palacio de la reina Teti Sheri, y según una inscripción en la estela funeraria, la tumba data de entre 1550 y 1525 a. C..