Chiquita Levov – Texto y fotos
La Ópera Israelí volvió a poner en escena en estos días y para cerrar el año, la ópera “Yvgene Onegin” compuesta por Tchaikovky y estrenada en 1879, una pieza basada en el poema homónimo de Pushkin. Resultó una lujosa, impactante y muy lograda producción israelí de la ópera lírica que ya había tenido mucho éxito tanto del público como de la crítica cuando fue presentada en el pasado. Esta vez con la magnífica conducción de Dan Etttinger, la destacable dirección dramática a cargo de Jean Claude Auvray, la coreografía de Regina Alexandrovskaya y la impresionante escenografía de Alexander Lisyanski. Con un elenco muy destacado encabezado por Ira Bertman, Andrei Bondarenko, Rachel Frenkel y Ionut Pascu. Cuenta con nuestra recomendación y se puede ver hasta el 8.1.22
Se nos informa que es un emocionante cierre de círculo en la Ópera Israelí y en la carrera del maestro Ettinger, ya que esta fue la primera ópera que condujo como joven director al comienzo de su carrera, hace casi dos décadas. Desde entonces, Ettinger ha recorrido un largo camino, se ganó una reputación mundial, ganó muchos títulos y actualmente se desempeña como director musical de algunos de los principales teatros de ópera y orquestas del mundo.
Se trata de una pieza ejemplar de ópera en todo sentido, y combina la música, el drama y los sucesos de los protagonistas que sufren por un destino amargo. Una fascinante pieza que exige una riquísima escenografía y un costoso vestuario, todo ello muy especial y notable en esta producción israelí. La ópera se estrenó dos años más tarde de lo planeado, ya que según su programación iba a estrenarse en marzo del 2019, pero debió cancelar su presentación por el comienzo de la epidemia.
Es una fiel y poética adaptación de la literatura, con la historia del joven aristócrata ruso Onegin, un seductor que atrae a las mujeres y las abandona. La heroína Tatiana, (en la espléndida interpretación de Ira Bertman) se enamora y es despreciada por el joven. Por aburrimiento Onegin flirtea con Olga hermana de Tatiana y novia de su amigo Lansky, hecho que termina en duelo y la muerte del amigo. Años más tarde un Onegin abatido se enamora de la joven que despreció, y sufre al ser rechazado pues ella está felizmente casada con un príncipe.
A diferencia de la mayoría de las más famosas heroínas de ópera que terminan con la muerte u otra desgracia, Tatiana permanece viva pero muy sufrida y angustiada, como es costumbre en la mayoría de las obras literarias escritas en Rusia en aquellos tiempos. En una de sus cartas, Tchaikovsky escribió: “Estoy enamorado de la protagonista Tatiana, estoy encantado con la poética de Pushkin y compongo música que me seduce… En esta poética y en su forma, de una totalidad plena y resonante hay algo que toca el corazón de todos”.
En esta producción israelí se ponen muy en evidencia todos estos sentimientos, a través de una excelente interpretación musical, vocal y dramática. Hemos apreciado como el director Jean-Claude eligió traducir los cambios emocionales y mentales de los personajes en dramáticas imágenes escénicas: salones de baile glamorosos, bailes gloriosos y canciones populares de masas en las que los personajes se destacan como solitarios e inquietos. Muy especial es también la escenografía.
Por que comenta la actuación solamente de Ira Berman. Hubo dos elencos y ambos fueron muy exitosos. La tarea de Ella Vasievitzky tambien ha sido muy concincente