28, 26 y 5 años de impunidad

Una mujer sostiene una foto de Alberto Nisman durante el aniversario de su muerte Foto: REUTERS/Marcos Brindicci

El 18 de julio de 1994 en horas de la mañana, tuvo lugar; el atentado terrorista más letal en contra del pueblo judío fuera de Israel. Hacía solo dos años, otro atentado había dejado sin vida a 22 personas y casi 300 heridos. Este, perpetuado contra la embajada y el consulado de Israel en Buenos Aires. A diferencia del atentado del año 92, el del 94, dejó 85 víctimas mortales y más de 300 heridos. Y, la similitud entre ambos, además de haber sido en contra de objetivos judios, es la impunidad que la “justicia” argentina ha perpetuado a lo largo de estas décadas. Se cumplieron 26 años de impunidad de la AMIA y 28 del atentado a la embajada israelí.

A las 9:53 AM, un carro bomba estalló en la calle Pasteur 633, en el tradicional barrio Once, destruyendo la construcción de la “institución madre” de la comunidad judía más grande de toda America Latina la cual, sucumbió con el estruendo que ocasionó semejante hecho. Luego, convertido en noticia y finalmente reducido al olvido, a la impunidad e indiferencia.

Los culpables, se saben quienes son. Los cómplices también, y como planearon y ejecutaron algo que dejó en shock a la Argentina y a la comunidad internacional. El atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina es considerado el peor acto terrorista que ha ocurrido en Latinoamérica. A las víctimas de la AMIA, debemos sumar al fiscal Alberto Nisman, quien fuera asesinado en Buenos Aires en el 2015.

Nisman tenía lista la declaración que había concluido su investigación, donde se acusarían como perpetradores y cómplices del crimen, al ex embajador de Irán en Argentina y al ex presidente Carlos Menem, entre otros. Asimismo preparó un memorando de casi 300 páginas, acusando a Cristina Fernández de encubrimiento con el gobierno de Teherán.

El atentado a la Embajada en 1992, no solo destruyó el edificio, también afectó una iglesia, un convento, una escuela y un geriátrico. Así que no solo fue un atentado contra Israel y los judios sino también un atentado contra la sociedad argentina. Se sabe que este atroz cometido lo ejecutó Hezbollah. Sin embargo no hay hasta el momento una acusación formal y la justicia ha sido tan dilatada que ya pareciera imposible que haya justicia real. Con la AMIA, hay muchos implicados, incluso el gobierno argentino del entonces Menem. Es claro que al igual que el anterior atentado, Irán es el culpable, todos lo saben en Argentina. No es un secreto.

Ahora bien, el más reciente crimen, el del fiscal Nisman, hombre de impecables principios y trayectoria, se mantiene aún sin un desenlace. Tras años de ser amenazado, fue asesinado -a pesar que, algunos se atrevan a decir que fue un suicidio- justo el día antes de presentar las pruebas que dejaban en claro la culpabilidad de Irán y de cómo el “Memorándum de entendimiento Argentina-Irán” era una fachada para continuar con el encubrimiento. Todo terminó cuando entraron a su apartamento y le dispararon en la cabeza.

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