Vayakhel. Obra de todos. Reflexión.

Moshé congregó a toda la asamblea de los Hijos de Israel y les dijo: “Estas son las cosas que el Eterno ha ordenado hacer”.
Éxodo 35-1

Idea recurrente.

Es una idea recurrente en la Torá el llamado a reunirse (juntarse) a los fines de poder realizar toda tarea en común (en comunidad). El Shabat debe ser practicado en conjunto, en familia, con los cercanos, o como invitados o invitando a otros. Pero siempre reunidos y congregados.

Lo mismo con las demás festividades, y obvio en el tema del presente capítulo donde se habla de la construcción del Tabernáculo.

Juntos, pero no revueltos.

Estas palabras son de mi señora Dori, que alude a ciertas situaciones que percibe en la participación comunitaria. Y siempre me recuerda una extraordinaria película estadounidense que se titula “Mesas separadas” del año 1958.

La idea alude a que todos podamos ser de alguna manera protagonistas, sin que haya un grupo de exclusivos personajes centrales, y los otros simplemente accesorios o periféricos.

Esta conformación social, no da en sintonía con la idea de la Torá, donde debería prevalecer los rasgos de humildad, solidaridad, participación y empatía por el otro.

El ejemplo de Yaakov.

La Torá es la vida misma, y es enseñanza. Antes de fallecer el nieto de Abraham llama a “todos sus hijos”. Desde el primogénito hasta el último hijo de las sirvientas de Rajel y Leá. Todos son sus hijos. Nadie debe faltar a la cita y todos deben estar presentes.

Todos en obra. Final

Nuestros hijos son como los dedos de nuestras manos. Son distintos, pero forman la misma estructura, y todos deben estar. Ninguno debería estar ausente o amputado.

Hemos visto lo que paso antes del ataque del 7-10, confrontación en la interna judía y amenaza de cisma nacional.

La masacre de ese sábado negro, constituye un llamado de atención y a la reunión y a la solidaridad.

El mensaje fue claro y contundente, pero al mismo tiempo doloroso. La desunión y las intrigas traen consecuencias. La Torá que es la expresión de la sabiduría divina, ya nos lo había advertido desde el principio de los tiempos, bajo el mandato de cómo debía hacerse la construcción del Santuario móvil en el desierto (de la existencia humana). Por eso la Torá fue dada en el desierto y no en un vergel o en medio de un oasis.

Sin ella, la tierra queda yerma. Un lugar inhabitado o no cultivado. Entiéndase una tierra seca.

¡Shavua Tov! ¡Jodesh Tov!

Dr. Natalio Daitch